Instituciones Penitenciarias concedió el pasado mes de junio el segundo grado penitenciario a Mohamed Bouharrat, condenado por los atentados del 11-M en Madrid, que cumple 12 años de cárcel por colaboración con banda armada en la cárcel pontevedresa de A Lama. Bouharrat obtuvo el nuevo régimen tras manifestar por escrito su arrepentimiento y rechazo de la banda terrorista, emulando la vía Nanclares utilizada por presos de ETA para obtener beneficios penitenciarios a cambio de pedir perdón y alejarse de la banda.

La decisión de Instituciones Penitenciarias le abre la puerta para comenzar a disfrutar de salidas de prisión, puesto que además el arrepentido ya ha cumplido la cuarta parte de su condena y mantiene un buen comportamiento, requisitos exigidos para poder obtener permisos ordinarios. Podría beneficarse de 36 días al año fuera del penal.

Los otros cinco internos condenados por su participación en el atentado del 11-M que cumplen pena en A Lama, así como los presos pertenecientes a ETA, están clasificados en el régimen carcelario más restrictivo, el primer grado, que impide la vida ordinaria con el resto de presos así como los permisos ordinarios.

Para alcanzar el segundo grado, Mohamed Bouharrat ha utilizado un método similar a la denominada vía Nanclares, el camino trazado por el Gobierno en 2010 para los presos de ETA que quisiesen conseguir algún beneficio penitenciario como ser acercados a Euskadi: pedir perdón por su delito y romper con su organización de manera explícita.

Buena conducta

La dirección de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, aprobó la concesión del nuevo régimen en junio, a propuesta de la junta de tratamiento de la prisión de A Lama, según ha podido saber FARO.

Bouharrat cumple dos penas en estos momentos: doce años por pertenencia a banda armada, vinculada al 11-M, sentencia dictada por la sección segunda de la Audiencia Nacional, y otra de ocho años por robo con violencia y lesiones dictada por un juzgado de Móstoles.

El segundo grado, según Instituciones Penitenciarias, permite al recluso disfrutar de permisos ordinarios que pueden sumar hasta 36 días al año fuera de prisión. Además, es el primer paso para alcanzar el tercer grado, el régimen más laxo, que establece hasta 48 días de permiso con una duración máxima de hasta siete jornadas y la posibilidad de incorporarse al Centro de Inserción Social y no tener que regresar a la cárcel.

Bouharrat es uno de los seis condenados por los atentados de marzo de 2004 en Madrid que provocaron la muerte de 191 personas y 1.800 heridos que cumplen condena en el penal pontevedrés de A Lama. Todos fueron declarados culpables de pertenencia a banda terrorista y uno, Othman El Gnaoui, fue considerado por la justicia "autor material" de la masacre.

Todos ellos, al igual que los presos vinculados a la banda terrorista ETA, se encuentran en un régimen de primer grado, más restrictivo con las visitas y que impide todo tipo de permisos.

La vía etarra

La vía Nanclares fue bautizada así en el año 2010 cuando el entonces ministro del Interior y hoy líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ofreció la concesión de beneficios penitenciarios a los miembros de la banda €negados en aplicación de la doctrina Parot que los distingue del resto de reos€ a cambio de suscribir testimonios de arrepentimiento y desvincularse de ETA, con la intención de abrir una brecha en la organización y debilitarla a nivel interno, lo que consideraba clave para lograr la entrega de las armas de la banda y su desmantelamiento. Posteriormente, Fernando de Luis Astarloa y José Manuel Fernández Pérez lograron la libertad condicional usando este método, bautizado así por el penal situado en Nanclares de Oca, cercano al País Vasco.

De esa vía pudo aprovecharse Mohamed Bouharrat, que firmó su petición ante la junta de tratamiento de la prisión de A Lama junto a su declaración de arrepentimiento. El centro pontevedrés trasladó a Madrid la propuesta. Fue en junio cuando los servicios centrales de Instituciones Penitenciarias abordaron su caso y aprobaron su clasificación como interno en régimen de segundo grado.

Bouharrat es el único condenado por el 11-M que ha accedido al segundo grado, si bien otro preso por los atentados del 2004 estudia también recurrir a esa vía. Se trata de Rafá Zouhier, condenado a diez años de prisión y cuyo abogado aseguraba en mayo que tratarían de usar este método, según publicó el diario Vozpópuli, para lograr el traslado desde el penal gaditano de Puerto I a un centro de la Comunidad de Madrid.

Otros cinco reclusos en Pontevedra, uno de ellos condenado a 42.922 años de prisión como "autor material"

Con Mohamed Bouharrat, en la cárcel pontevedresa de A Lama cumplen condena otros cinco reos por su implicación en los atentados del 11 de Marzo de 2004, si bien uno solo fue hallado culpable de ser uno de los "autores materiales" de la matanza.

Se trata de Othman El Gnaoiu, condenado a 42.922 años de cárcel por una masacre que causó 191 muertos y más de 1.800 heridos con varias bombas en trenes que circulaban por la Comunidad de Madrid.

La segunda condena más alta es la de Hamid Ahmidan, que se enfrenta a 23 años de prisión por pertenencia a banda armada y tenencia de sustancias nocivas para la salud pública (tanto material explosivo como químico).

Similar a la de Bouharrat es la situación de Abdelmajid Bouchar, alias "El Gamo", y Rachid Aglif, ambos con una pena de doce años y 18, respectivamente, por pertenencia a banda armada. En el segundo caso también fue hallado culpable de tenencia de explosivos

También se encuentran en la prisión pontevedresa de A Lama Mohamed Larbi Ben Sellan, que cumple una pena de doce años de prisión.