La doble ración de cafeína, en taza y refresco, le servirán para animar su habitual locuacidad y como herramientas de trabajo durante la conversación, armas para ejemplificar la deriva de la economía, en esta especie de gurú que es ahora Mario Conde, a punto, como desveló FARO, de saltar al ruedo político de nuevo -en las generales de 2000 lo hizo con el CDS y consiguió 23.576 votos-, seguido por miles de personas en las redes sociales y las muchas charlas con las que recorre el país. Si lo hace a propósito, el acento gallego le sale redondo. Una y otra vez defiende que es "el momento" para lanzar "un proyecto ganador", con la misma claridad con la que avisa que su pasado, lejos de perseguirle, es su "gran activo". Acaba de llegar de Fisterra, donde comprobó que la gente "está peor de lo que pensaba". En la cabeza le ronda la historia de dos marineros "de más de ochenta" y su incapacidad "para saber quién son". Pescadores, contrabandistas, delincuentes contra el medio ambiente... "Tristes. Muy indignados -relata-. ¿Y sabe quién dice todo esto? Gente que nunca pescó, que nunca salió a navegar, me decían. Cuando un hombre de ochenta años dice eso, algo muy gordo pasa". El exbanquero mantiene que la sociedad está en estos momentos "en una pelea por la supervivencia", con años de "barbecho" para una "explosión" popular. "Que yo no quiero que crezca -dice-. Pero no la puedes parar".

-¿Por eso vuelve a la política?

-Hay que ser muy respetuosos. Vamos a los hechos. Hay un partido y un congreso.

-Sí. Sociedad Civil y Democracia, el 6 de octubre.

-Me parece poco respetuoso decir "el partido de Mario Conde". Hay miles de personas inscritas y se operará con total normalidad. No se exigen condiciones. Puede haber hasta reventadores. Da igual. Hay una explosión social y si yo digo que no es controlable... Ese partido tiene que votar unos órganos directivos y, después, ¿qué significa? Que está en la lucha electoral, clarísimamente.

-¿Qué lucha electoral?

-La que toque. No depende del partido. De lo que convoquen. ¿En Galicia? ¿Cuándo van a ser? ¿Se van a anticipar?

-¿Se van a anticipar?

-Depende. Si se anticipan las vascas, seguro. Es un hecho.

-Otro hecho. ¿Por?

-Es una información. Si no es así, lo está [por el presidente de la Xunta] dudando. Este movimiento que ha hecho y que yo creo que se le puede volver en contra...

-Me imagino que habla de la reforma electoral para ahorrar con la reducción de diputados.

-¿Y por qué de 75 a 61? ¿Y por qué no a 63? ¿57? ¿22? Es cambiar algo para que nada cambie y justificarlo además con que se van a pagar colegios... Oiga, ¡pero si usted tiene un montón de sitios y asesores para recortar! Bájeles el sueldo a la mitad, ahorra más y hablamos en las siguientes elecciones. ¿Y por qué no reduce, que es mucho más democrático, el límite del 5% para partidos nuevos en un momento donde la sociedad lo está demandando? ¿A quién quiere perjudicar?

-¿El PPdeG teme perder?

-Si no es eso, se le parece muchísimo. El PP hasta la fecha ha perdido nueve puntos de intención de voto. Cabe la posibilidad de que Galicia sea un reducto aislado y eso se pierda en toda España menos aquí. Uno se lo puede creer, igual que en Marte hay no sé qué... Galicia se gobierna por uno o dos diputados. Y no vale decir que PSOE y BNG pueden no subir. En Andalucía, el PSOE no subió. ¿Qué pasó? Que 450.000 votos del PP se quedaron en casa.

-Ya, pero la oposición no vive mejores momentos. El PSdeG a las puertas de las primarias y el BNG literalmente dividido.

-Las elecciones no se ganan. Se pierden. La última vez que se ganaron en España fue en 1982, y las ganó un señor de una estructura moral muy característicamente extraña que se llama González.

-Al que por cierto usted votó. Y fue la única vez que votó.

-Exactamente. Ése ganó. Para que tú ganes unas elecciones en España tiene que haber una situación social medio convulsa y un proyecto que rompa clarísimamente con lo establecido. Hoy la hay y con un proyecto se pueden ganar unas elecciones.

-¿Qué grado de implicación va a tener en un proyecto así?

-Cuando llegue el momento de las elecciones...

-Empecemos con el congreso.

-Yo voy a estar con absoluta y total seguridad.

-¿En el comité ejecutivo?

-Eso no depende de mí.

-¿De quién depende?

-De los votos.

-Pero de usted sí depende presentar una candidatura. ¿Lo va a hacer?

-99,9% de posibilidades que sí.

-Pues eso es un paso.

-Es que si a estas alturas no lo pensara, estaría en lo que llaman pensamiento esquizofrénico, que no es lo mío. Evidentemente sí estoy ahí. Pero es que quiero que hablemos en serio porque para aplaudir como van PP y PSOE a los congresos no estamos.

-¿Qué razones le mueven?

-Tres. Son mis viejas ideas, es la hora y porque es un partido de ida y vuelta. No tenemos edad para más. Queremos cambiar el marco normativo, un conjunto de leyes que seguirán vivas durante mucho tiempo. Si no lo hacemos, no lo van a hacer. ¿Estamos hablando de una fase constituyente? Exactamente. Crear un nuevo marco jurídico después de los desperfectos ocasionados durante los últimos 200 años para blindar las libertades.

-Eso suena a tirarlo todo. ¿200 años de desperfectos?.

-Siguiente pregunta. ¿Es todo un error?

-Yo pregunto, no respondo. Pero no lo creo

-No todo es un error. Pero sí quiero dejar clarísima una cosa. Es imprescindible una auditoría de las libertades del Estado.

-¿Solo de las libertades?

-Es la clave de todo. ¿Qué hay detrás de la libertad de la vida? ¿La propiedad afecta a la libertad? Sí. La libertad económica es el artículo 348 del Código Civil. La conquista de la Constitución es la consagración de los derechos y libertades fundamentales. Detrás de la libertad está todo lo demás.

-En este país se presentan cada día grandes auditorías, y poco cambia. ¿Por qué tendría que creerle a usted?

-Porque las auditorías económicas me tocan los pies. La auditoría de libertades sería la primera que se haga en este país.

-¿Cómo se hace eso?

-¡Amigo! Sometiendo al análisis todo el funcionamiento del sistema en su conjunto. Por ejemplo. Hay que hacer una auditoría de cómo ha funcionado la magistratura durante los últimos años en determinados procesos. No vayas a creer que yo tengo especial interés en el mío.

-¿Pero...?

-Estaría perfectamente legitimado, ¿de acuerdo? Ha habido muertos de por medio. Pero no es eso lo que me mueve.

-Cualquiera que esté leyendo esto ahora podría pensar que se mueve por la revancha.

-Exacto. Pero los actos de revancha son mucho más baratos hoy hacerlos de otra manera. [Risas].

-¿Entiende que se pueda interpretar así?

-Sí. Pero no, no, no. Por eso no me interesa. Tenemos que construir un modelo y para hacerlo necesitamos saber dónde están los fallos. Para blindarlas, tenemos que saber cómo se han violado las libertades. No para exigir responsabilidades, porque entre otras cosas, somos respetuosos con algo que se llama prescripción. Pero tenemos que saber qué es lo que ha pasado. El sistema ha violado sistemáticamente voluntades. No lo dudes.

-Perdone que insista. Pero, tal y como está la economía, es llamativo que usted hable antes de nada de la magistratura.

-Porque es mucho más importante. Nos organizamos en una convivencia. La esencia de un modelo basado en el orden jurídico y no en la violencia es la magistratura.

-¿Y en qué parte de la lucha quiere estar?

-Tengo un problema, y es una pedantería. Yo sí salí a pescar, sé cómo funciona el barco. A mí un banquero no me puede decir que algo no se puede hacer porque los activos totales medios en comparación... Sé cómo funciona el sistema de los medios de comunicación. Los partidos políticos. No me pueden contar rollos. Me los sé. Y no cuesta tanto cambiar.

-¿Cuánto tardaría?

-Seis meses. ¿Cuánto tiempo tardas en arrancar un coche? Depende. Voy, escondo las llaves y te digo, búscalas.

-Y usted sabe dónde están...

-Y cómo se le da. Y si alguien ha desconectado un cable, sé dónde. Si sabes cómo se hace, quieres hacerlo y cuando lo cambies te vas a ir a tu casa, no es tan complicado. No vamos a vivir de esto. Vamos a establecer unos mecanismos para que la sociedad civil participe directamente y esto no se vuelva a repetir.

-Al lado de las evidentes simpatías que despierta, a usted le persigue, le sigue su pasado. La condena de 20 años por el caso Banesto. El enemigo político lo tiene fácil.

-¿Ah, sí? Vamos a verlo.

-¿Me va a decir que no es consciente de eso?

-Lo primero que voy a hacer es pedirle responsabilidades a usted Estado por no ejecutar una resolución del comité de derechos de la ONU que anuló la condena. Usted no tiene ni palabra. Como digan eso, me lo ponen en casa. Voy a demostrar hasta qué punto creó un tribunal que fue manipulado. Si un comité de juristas internacionales cree que todo ese proceso tuvo unas mínimas garantías, entonces yo me largo al día siguiente. Pero, si no, se va a largar usted. Punto uno. Punto dos. En todo caso, cumpla usted su palabra. En 1961 usted firmó como Estado su adhesión y mandó al comité a un abogado para defenderlo. Y usted Estado perdió [casi lo deletrea]. Su condena ha sido anulada. La mía. Usted no tiene legitimidad para decirme nada cuando falta a su palabra e incumple un tratado internacional que se llama de los derechos y libertades civiles. ¿Se entera usted, Estado?

-Parece que espera que ocurra y tiene preparado el discurso.

-¿Sabes lo que pasa? Que mi pasado no me persigue. Es mi gran activo. Porque demuestra que usted Estado es un inmoral.

-En el PPdeG hay quien piensa que esto es una estrategia para que le llamen del partido.

-Si ésa fuera mi intención, ya se habría producido la intención.

-En todo caso, ¿Galicia podría servirle para testar el salto a la política nacional?

-Soy gallego, este país me interesa mucho y tomar Galicia como banco de pruebas sería lo último que yo haría. Yo no estoy diciendo que vaya, porque además si Feijóo convoca en octubre no se puede hacer nada.

-¿Y en noviembre?

-Podría ser, pero muy complicado. Pero podemos ensayar. Aquí se han confundido dos cosas capitales. La cultura y la defensa de los valores de una zona de España, y otra cosa es que eso se tenga que traducir en el año 2020 en una estructura jurídico-política excluyente. ¿Por qué no abrimos el debate de lo que nos ha aportado la configuración de la comunidad autonóma al objetivo qué pretendíamos defender? ¿Cuánta de nuestra actividad está normada por leyes que se hacen, ya no en el Parlamento español, sino en Europa? ¿El 80%? ¿Por qué no abrimos el debate constituyente en Galicia y renunciamos de una vez a que nos impongan determinados dogmas? La clase política no lo abrirá porque no es un debate sobre la sociedad gallega sino sobre su medio de vida. Y yo tengo el primer interés en que ese debate se realice en Galicia. Porque si lo hacemos, se puede extrapolar. ¿Es que somos menores de edad? ¿Es que los gallegos no estamos preparados? Abramos este debate y nuestras conclusiones pueden ser extrapolables para la reconfiguración del Estado.

-Hace dos años y medio, en otra conversación, usted me dijo claramente que con sus libros y sus amigos le bastaba en la vida. Que no tenía ninguna intención de ser referente para nadie.

-Hablamos en 2010. ¿Este país era este país?

-Para nada.

-Te estaba diciendo lo que iba a hacer en un país que ya no existe. ¿Sabes lo que era el 2010? El barbecho. No nos dimos cuenta y ahora está creciendo. Pero te aseguro que la cebada va para arriba.

"España necesita entre 500.000 y 600.000 millones"

-¿Nos van a rescatar?

-Nos han rescatado ya.

-No es de eufemismos.

-No. La pasta de la banca, que una parte ya está para comprar deuda pública, no es suficiente. En mi modesta opinión, la economía española necesita un flujo de liquidez instantáneo, no para cubrir pérdidas, sino para ponerla en marcha. Hace tiempo calculé unos 500.000 o 600.000 millones.

-¿Y de dónde sacan más condicionalidades tras tanta tijera?

-Es que eso no va a ningún lado. Las condicionalidades son de acreedores, están pensando en ver cómo recuperan el dinero. Yo no estoy hablando de acreedores, sino de mi empresa, que tengo que hacer que funcione. Así me arruino. Ni usted va a cobrar ni yo voy a vivir.

-¿Qué falta entonces?

-Voluntad política.

-¿Solo eso?

-Hacer lo que te han mandando los españoles, que es gobernar.

-Pues usted definía a Rajoy como cauto.

-Es que yo sí creo que es cauto. A base de no querer arriesgar, puedes estar generando el mayor de los riesgos. Rajoy llegó prometiendo que podía solucionar esto y que no iba a subir impuestos, ni directos ni indirectos, que dijo que es una política socialista nefasta que conduce a la pobreza. De lo primero dice ahora que no depende de él, y lo segundo ya vemos. Se han roto las bases del contrato sobre el que los españoles votamos en 2011.

-¿Acabará la legislatura?

-Va a depender de la presión social. Es discutible que diga que tiene legitimidad después de lo que hemos hablado. Al final el Estado son personas. Si Europa, con esa mentalidad de acreedor, ve cierta descomposición del Estado en el sentido de catalanes y vascos por un lado y por otro una protesta social, le va a decir que convoque.

"La especulación financiera se acaba con leyes"

"La gente en este país no sabe que los bancos crean dinero. Antes había unos señores que intermediaban entre tú que ahorrabas y tú que invertías. Ahora se les llama entidades financieras. La riqueza financiera es un invento propiciado por los bancos centrales de casi todo el mundo, que han generado una masa monetaria gigantesca que no tiene contrapartida en la economía real. En lugar de la cantidad de bienes y servicios necesarios para poner en circulación ese dinero, crearon una cosa que se llaman derivados, y sobre los derivados los swaps, y sobre ellos... Hay que cortar de raíz la especulación financiera".

-¿Y dónde tiene la varita mágica?.

-¡Lo que se necesitan son leyes, coño! Y nunca se va a cambiar nada, nunca, mientras no cambies personas.

-Le recuerdo que usted fue banquero y que los banqueros se quejan de la presión normativa.

-Cuando yo estaba en banca decía cosas que luego...

-Que luego...

-Que luego viene la vida y te hace reír. Coge la hemeroteca. Nuestro pecado era tener una corporación industrial. Quince años después la copia La Caixa. Que prestábamos mucho a las empresas. Hoy la crisis es que no se les presta. Que el Banco de España era policía financiera del Gobierno. Ahora lo dice la UE.