Se disipa poco a poco la incertidumbre que todavía empaña el rescate europeo a la banca española. El problema más acuciante, el de las entidades bajo control del Fondo Bancario (FROB), quedó parcialmente resuelto tras la reunión del Eurogrupo celebrada en Bruselas. "Muy rápidamente tendremos disponibles 30.000 millones de euros". Se trata, como avanzó ayer el ministro de Economía, Luis de Guindos, de un adelanto urgente de la ayuda y que se destinará a las entidades más débiles: Bankia, Catalunya Caixa y Novagalicia Banco. El memorando de entendimiento –el contrato que incluye las cláusulas del rescate– se firmará el 20 de julio. A partir de entonces las entidades tendrán a su disposición un rescate exprés.

Si Novagalicia recibirá de forma inminente una inyección de "parte o todo" el capital que necesita para cumplir con su plan de reestructuración es algo que todavía no está claro. En la entidad han optado por "no dar cifras" ya que aún están pendientes de recibir el resultado de la auditoría de KPMG. En cualquier caso, la inyección de capital procederá del FROB, no del mecanismo europeo de rescate. La procedencia de los fondos no afectará de manera determinante a los planes de José María Castellano, pero sí a las cuentas públicas (computará como deuda de Estado).

NCG, del Grupo 1

De acuerdo con el memorando de entendimiento (el MoU, memorandum of understanding), Novagalicia Banco está dentro del Grupo 1 de entidades españolas, con las demás que ya han sido rescatadas con dinero público. "Las autoridades españolas empezarán a preparar los planes de reestructuración o resolución (liquidación) con la Comisión Europea en julio", dice textualmente el documento. De ahí que las nacionalizadas tengan acceso ya al adelanto de los 30.000 millones de euros este mes.

"Estos planes se culminarán a la luz de los datos de los test de estrés" y deberán presentarse en Bruselas de forma definitiva en noviembre. Novagalicia, Bankia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia –a no ser que alguna sea "resuelta", término que usa la Comisión para referirse a una disolución– deberán apartar sus activos tóxicos a un banco malo "antes de final de año". "Estos bancos (Grupo 1) son los que necesitarán más capital", agrega el memorando. Nada se sabe con seguridad, por ahora, del tipo de interés de ese préstamo, aunque De Guindos asegura que no será superior al 4%.

Bankia, urgente

Bruselas no tipifica a todas las entidades nacionalizadas por igual. Considera, a la luz de los datos consultados por FARO, que Bankia es sistémica, y que es la que más dinero necesita de forma urgente. Para ella irán a parar gran parte de los 30.000 millones desbloqueados este mes. Las demás no serán completamente recapitalizadas hasta mediados de noviembre, según el calendario que incluye el memorando.

Ahora bien, el Gobierno tendrá que habilitar "los mecanismos" para liquidar alguna de las otras compañías que forman, con Bankia, el Grupo 1. El plazo para eliminar alguna de estas entidades también finaliza en noviembre.

El proyecto de Novagalicia deberá ser aprobado por la Comisión Europea una vez finalice la due diligence de KPMG. Será entonces cuando se despeje, finalmente, el futuro del banco gallego.

Los requisitos

Los condicionantes a nivel financiero son hercúleos. El contrato del rescate, de veinte páginas, incluye requisitos tanto a las entidades que vayan a necesitar ayuda como para las que no. Bruselas exige que los planes de reestructuración que requieran de dinero público "demuestren la viabilidad futura del proyecto".

La inyección de fondos europeos deberá ser acorde con el "plan completo de reestrucuración", de modo que una entidad no pida más dinero para salvarse del que sería necesario para sufragar su liquidación de manera ordenada.

Un plan europeo que se prolongará 18 meses

El ministro de Economía, Luis de Guindos, apuntó ayer que la recapitalización del sector bancario con el préstamo de hasta 100.000 millones de euros aprobado por el Eurogrupo concluirá en un plazo de 18 de meses. "El periodo previsto para todos los desembolsos es de 18 meses y el primer desembolso se realizará antes de finales de este mes, explicó, aunque el memorando finaliza su hoja de ruta en junio de 2013.

La ayuda a la banca se materializará a través de bonos del fondo de rescate con un vencimiento medio de 12 años y medio. El Fondo Ordenado de Reestructuración Bancaria (FROB) los asignará a las entidades, que podrán descontarlos en el BCE si necesitan liquidez. El tipo de interés podría ser inferior al 3%, según De Guindos.

Guindos explicó también que Finlandia es el único país de la eurozona que ha pedido avales (conocido como colateral en el argot financiero) a cambio de su parte de la contribución al rescate bancario español, que no cubrirán el 100% sino un porcentaje "muy inferior". El Gobierno está negociando ya con las autoridades finlandesas para lograr un acuerdo antes del 20 de julio para que el parlamento del país nórdico respalde la ayuda a España. El memorándum se firmará así en una próxima reunión del Eurogrupo en esa fecha.

Cara B de la ayuda: menos oficinas y empleados

"El enfoque de la reestructuración bancaria y de esta resolución está basado en los principios de viabilidad, asunción de pérdidas y limitación de las distorsiones de competencia" en el sistema financiero español. Este es el punto 14 del memorando, que apoya una especie de purga dentro del sector.

La limpieza se elevará tanto a las entidades no viables como a la red de oficinas y plantilla, que se verán menguadas de manera drástica. Los bancos deberán rebajar su nivel de dependencia con la financiación mayorista (a través del BCE), "separar sus activos más problemáticos, evaluar y equilibrar su estructura y adoptar mejoras en el gobierno corporativo", añade el documento.

La reestructuración "operacional" vendrá de mano de la "racionalización" de la red de oficinas y trabajadores. ¿Por qué? Para lograr un "nivel sostebible de gastos en relación a los beneficios de los bancos afectados" [receptores de fondos públicos europeos]. Todos los bancos y cajas, sin excepción, deben tener un calendario "creíble" para hacer frente a los retos del futuro, especialmente a los asociados al deterioro del mercado inmobiliario y de la economía familiar.

Los bancos que reciban ayuda no podrán ofrecer dividendo a sus accionistas ni llevar a cabo políticas agresivas de captación de pasivo, lo que podría provocar una caída de la cotización de entidades medianas. El sistema al completo no podrá bajar de un mínimo del 9% de ratio de solvencia, tres puntos por encima de los requisitos de Basilea.