La globalización y la tecnología aceleran el ritmo del mundo. En estos diez últimos años el planeta ha tenido tiempo para vivir un tsunami que devastó el sureste asiático, la segunda guerra de Irak, el atentado del 11-M en Madrid o el accidente nuclear de Fukushima, además de otros acontecimientos menos traumáticos, como la exploración de Marte con una sonda o la proliferación de los smartphones e internet.

Los tiempos judiciales, no obstante, discurren a otra velocidad. Hizo falta casi toda esta década para finalizar la fase de instrucción del caso Prestige e iniciar un juicio que, de entrada, durará siete meses. El 16 de octubre la Audiencia Provincial de A Coruña dará la salida, apenas un mes antes de un aniversario negro, y la llegada no está prevista hasta finales de mayo del año que viene.

Se trata de la mayor odisea judicial de la historia de Galicia y su principal testigo, un barco de 26 años de edad con bandera de Las Bahamas, construido en Japón, propiedad de una empresa de Liberia y que navegaba bajo las órdenes de un capitán griego con rumbo a Gibraltar, es mudo y yace en el fondo del océano.

- Los hechos. El 13 de noviembre de 2002, el Prestige lanzaba, a 28 millas de Fisterra, un SOS advirtiendo de un peligro "no definido" del que fue responsable una vía de agua. El 19 de noviembre se partía a la mitad a 250 kilómetros de la costa, después de una errática travesía, de complejas negociaciones y de una primera marea negra que llegó el 17 a la Costa da Morte. A las ocho de la mañana, el mar devoró a su presa: primero la popa, y después la proa. Pocos días después, el 3 de diciembre, la ría de Arousa conocía también las primeras manchas de fuel. De hecho, la contaminación llegó al litoral francés, que es parte también en el juicio.

- Los acusados. En el banquillo deberían sentarse cuatro personas, aunque, por ahora, una de ellas continúa en paradero desconocido. Se trata del filipino Irineo Maloto, primer oficial del buque, que ha sido declarado hace unos meses en rebeldía para que el juicio pueda llevarse a cabo sin su presencia. Los que sí estarán son el capitán del barco, Apostolos Mangouras, un jubilado de 77 años que, hasta la fecha del juicio, ha regresado a su Grecia natal; Nikolaos Argyropoulos, el jefe de máquinas, que, a diferencia de Maloto, sí fue localizado por la Interpol el año pasado en Grecia; y el ahora ex pero entonces director general de la Marina Mercante, José Luis López-Sors. Aunque la jueza que instruyó el caso, Carmen Veiras, exculpó al único cargo del Gobierno que aparece en el listado, los recursos de las acusaciones particulares de afectados, Nunca Máis e Izquierda Unida lograron que la Audiencia de A Coruña ordenase de nuevo su imputación por considerar que su gestión de la crisis fue la "peor" posible.

- Las condenas. La complejidad del juicio que albergará A Coruña a partir de octubre se puede comprobar en la magnitud de las cifras que se manejan: están personadas 2.128 partes defendidas por 51 letrados. Entre los personados se encuentran instituciones como la Xunta, la Deputación de A Coruña, cofradías de pescadores de Galicia, Asturias y Cantabria o armadores. "Nunca Máis" –que pide cinco años de cárcel para López-Sors– o Izquierda Unida no reclaman dinero, por ejemplo, sino que se aclare la gestión de lo ocurrido; el fiscal solicita 12 años de prisión para Mangouras y 2.233,76 millones de euros de indemnización –86 de ellos para Francia y el resto para el Gobierno español–, mientras que cofradías como la de Cangas y Aldán demandan cuatro años de cárcel para Mangouras y 72.000 euros de multa, al igual que para el primer oficial y para el jefe de máquinas.

- El sumario. Además de pasar ya previamente a la historia por su supuesta duración, el macrojuicio del Prestige destaca por el volumen de datos que maneja la justicia. Durante la fase de instrucción se acumularon 297.000 folios que están custodiados en las dependencias de la Audiencia Provincial de A Coruña.

- Los testigos. La Audiencia ha admitido 139 testigos –seis a última hora– y 98 pruebas periciales. Los testigos comenzarán a declarar el 11 de diciembre y se calcula que las sesiones concluyan tres meses, a una media de siete por día. Las pruebas periciales se discutirán entre el 19 de febrero y el 25 de abril, se reservarán otros dos días para las conclusiones (7 y 8 de mayo) y 20 días más que los letrados presenten sus informes.

"La probabilidad de un vertido en Galicia aumenta"

En A Costa da Morte, la zona más afectada por la marea negra del Prestige, las heridas ya se cerraron, pero quedan todavía las cicatrices. Lo reconoce, por ejemplo, el alcalde de Carnota, Ramón Noceda, quien señala que en las zonas rocosas todavía persisten las manchas que inmortalizan la tragedia, o el alcalde de Fisterra, José Manuel Traba, quien lamenta que en arenales como O Rostro o Arnela queden capas de fuel que, además, son "difíciles de sacar" porque se encuentran por debajo de la línea de la marea.

En la zona cero de la catástrofe, el Concello de Muxía, donde las olas teñidas de negro golpearon las farolas y los muros de las viviendas cercanas al océano, prefieren hacer borrón y cuenta nueva, pese a que todavía sigue siendo una incógnita si algún día se levantará un parador prometido hace ya una década.

Su regidor, Félix Porto, opta por recordar, frente a la marea negra, aquella otra, vestida de blanco, que atrajo a miles de voluntarios a las costas gallegas. "No nos olvidamos de la marea negra; las imágenes se han quedado grabadas en todos los concellos afectados, pero preferimos quedarnos con la otra parte: la reacción de los que vinieron a ayudar". Gracias a su trabajo, destaca, y a la labor "increíble" de la "sabia" naturaleza, los espacios costeros están "restaurados". La misma furia que acosó al Prestige hasta partirlo en dos y hundirlo en el océano, los temporales característicos de la zona, ha servido para lavar los arenales y los acantilados y para devolver el marisqueo y la pesca a su estado habitual, explica.

Para Porto, el juicio que iniciará su andadura en otoño debería servir "sobre todo para que se depuren responsabilidades sobre lo que ocurrió para que no vuelva a ocurrir". No obstante, explica, aunque se incrementaron los medios destinados a combatir la contaminación, una tragedia similar puede "volver a ocurrir en cualquier momento", por lo que, "toda la inversión que se haga en materia de prevención es poca".

Coincide con él el alcalde de Carnota, Ramón Noceda, quien considera que el futuro pasa por que se pongan medios para que algo similar "no vuelva a suceder", entre ellos, los puertos refugio. Lamenta que sigan siendo una asignatura pendiente. Sobre el macroproceso que se iniciará en octubre, declara: "De la justicia esperamos justicia, aunque ha ido muy lenta. Esperamos que la sentencia sea ejemplarizante y que resulte favorable a los intereses de la gente del mar y de cuantos fueron perjudicados", declara.

El regidor de Fisterra aspira a que el proceso judicial "aclare" qué ocurrió. "Todo", enfatiza. "Nos gustaría que las responsabilidades recaigan en quien las tenga y que no se diluya el tema", añade. Traba considera, en todo caso, que las condiciones de seguridad han mejorado, pero que hay que insistir, y asegurarse, en que los buques viajen en buenas condiciones. "Porque el corredor se ha alejado, pero aun así la contaminación llegará a la costa. Es necesario establecer un protocolo", proclama.

Hasta Baiona llegó el luto. Su regidor, Jesús Vázquez, desea que los responsables "paguen las consecuencias de lo que hicieron en Galicia". En su costa, señala, no quedan cicatrices del Prestige, aunque concede que tampoco fue de las áreas más afectadas. No obstante, es consciente de que la experiencia puede repetirse y, para evitarlo, hay que "prevenir" y "vigilar" que los armadores "tengan los barcos en las debidas condiciones".

Para la Deputación de A Coruña, personada, como la Xunta, en la causa, el juicio, ante todo, debe finalizar en una sentencia "justa". "Los tribunales tienen que tener en cuenta que los transportes de crudos sin las debidas garantías pueden provocar graves perjuicios económicos y personales a los Estados", señalan desde el organismo que preside Diego Calvo. Este organismo provincial destaca que, pese a la gran catástrofe que el petrolero arrojó a la costa, todas las Administraciones trabajaron "hasta ahora para intentar recuperar una situación de normalidad".

La Xunta considera que un suceso similar al del Prestige, la Administración estaría preparada, ya que se activaría el Plan Nacional de Contingencias –la modificación del gallego está "ultimándose", hacen notar– y sería el Estado quien coordinaría todos los medios. "Estamos mucho mejor preparados para un incidente de esas características, tanto en medios como científicamente", resaltan.

Como un Leviatán herido, el Prestige sigue sangrando a un ritmo de unos diez litros al día. Las previsiones de los científicos más optimistas confían en que en unos 8 años las bacterias y su voracidad vacíen unas bodegas en las que según Repsol quedan unas mil toneladas. Pero el Prestige podría no estar tan muerto como parece y, frente a las bacterias que devorarían el fuel, habría otras que harían lo mismo con el casco. Ese es el modelo en el que trabajaron científicos como José Luis de Pablos, investigador del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), quien cree que "un seguimiento de la cantidad de fuel que se está liberando en la superficie ayudaría a precisar" si su modelo, que preveía un vertido "importante" en los próximos años, es "correcto". No sería preciso bajar al pecio. Bastaría con satélites, dice.

De Pablos cree que "no hemos aprendido nada" de catástrofes como la del Prestige. "Al menos los dirigentes", matiza. Para este experto, lo más importante, además de establecer puertos refugio –una materia pendiente– es tener protocolos de actuación. "Cada vez estamos más cerca del próximo desastre, la probabilidad de un nuevo vertido en Galicia aumenta a medida que el tiempo pasa", señala, y hay que evitar la "improvisación". "El error, según nuestro trabajo conjunto ICM-CSIC y Ciamat, publicado en 2011, de alejar el Prestige, costó mucho dinero al contribuyente", subraya De Pablos, quien espera que la sentencia sea "ejemplarizante e imparcial".

"El que contamine debe pagar", indica, "pero el resto deberíamos preguntarnos ¿se podría haber gestionado mejor? Yo creo que sí y de ello deberíamos aprender la lección". Antonio García Olivares, coautor del artículo de 2011, sugiere que "el protocolo que se está implementando para el Mediterráneo entre varios países dentro del proyecto MEDESS-4S podría extenderse al Atlántico para establecer un protocolo alejado de decisiones políticas".

De Pablos, y otros investigadores del CSIC, el CIEMAT y de la Pennsylvania State University, patentaron, avanza, un sistema alternativo al de la extracción parcial del fuel por bolsas. "Intentamos copiar el sistema con el que la naturaleza aísla los pecios, el sedimento", señala, y "acelerarlo". "Para ello replicamos sistemas de contención usados para almacenar residuos radiactivos", explica. La patente incluye un método para hacer sencillo el sistema de depósito y "mucho más barato" que la extracción de Repsol, que costó 110 millones de euros.

"Hay que resarcir a los perjudicados"

Las cofradías personadas en el caso y representadas por el abogado Alberto Muñoz aspiran a que el macrojuicio –que, entiende este letrado, no debería prolongarse durante tantos meses– ponga las cosas en su sitio. Eso significa, explica el letrado, antes de nada, "resarcir los daños a los perjudicados".

Y es que, si bien en algunos foros se define al Prestige como el tercer accidente más caro de la historia –el primero sería Chernobyl y el segundo, el accidente del "Columbia"–, sin ir tan lejos, los marineros notaron, además de problemas de salud incluso cinco años después de la catástrofe–, cómo sus ingresos mermaban.

Aunque científicos del Instituto Oceanográfico de Vigo insisten en que la naturaleza está recuperada, la Universidade de Santiago en sus estudios habló de pérdidas de 774 millones, sólo en medio ambiente, que se sumarían, según los mismos investigadores, a otros 805 millones en comerciales.

El otro gran objetivo, añade Muñoz, es que "el juicio sirva para que no se vuelvan a cometer los mismos errores", "que haya responsabilidades y que sean condenados con un procedimiento que tiene garantías". Para este letrado, que defiende la imputación de López-Sors, es clave "que no haya ningún tipo de problema a la hora de condenar al Estado por su mala gestión". "Lo que importa es que ante un siniestro semejante no se vuelva a hacer lo que se hizo", incide. Por otra parte, añade, hay que "enviar un mensaje de que se penalizan estas cuestiones", en alusión a las navieras.

También el abogado de Nunca Máis, Pedro Trepat, espera que se depuren responsabilidades "de toda índole" y como un "escarmiento ejemplarizante" para que no se reproduzcan actuaciones "tan irresponsables".