José Luis Rodríguez acaba de ser nombrado Delegado Especial de la Agencia Tributaria en Galicia. Reconoce que su labor es luchar contra el fraude pero necesita la colaboración de la ciudadanía. "Lo que falta es conciencia social, pero esta conciencia social sólo se logra de dos formas: luchando contra el fraude y educando", afirma.

–Soy consciente de que lleva poco tiempo en el cargo, pero ¿ha pensado en algún cambio?

–Cuando alguien llega a un puesto de responsabilidad tiene que seguir la línea de trabajo que se viene realizando. Por supuesto, siempre se puede introducir algún cambio puntual. Hay que tener en cuenta que la Agencia Tributaria es una organización estatal y por lo tanto aplicamos las directrices que emanan de la dirección de la agencia. El mismo trabajo que se hace en Galicia es el que se hace en Madrid o en Canarias. Claro que luego esas directrices hay que adaptarlas y aplicarlas al territorio en cuestión.

–Una de las especificidades de Galicia es la droga.

–Tradicionalmente, más en el pasado, ha sido un punto de entrada de droga. Ahora, con los últimos datos de las aprehensiones que hemos tenido ha cambiado esa percepción.

–¿Aquí se defrauda más o menos que en otras comunidades?

–Es muy difícil medir el fraude. Hay estudios que evalúan el fraude según determinadas magnitudes y lo relacionan con el PIB. La verdad es que no hay una metodología común ni en la Unión Europea ni en España que nos diga cómo medir el fraude. Y tampoco hay una metodología que nos permita medir el fraude por comunidades. No disponemos de datos para decir que el fraude en Galicia es mayor que en otras comunidades.

–Pero la cifra de fraude es importante.

–Lo más importante no es ponernos de acuerdo en cuál es la cifra de fraude sino cómo luchar decididamente contra el fraude. Y ahí la Agencia Tributaria ha hecho grandes esfuerzos en estos últimos años.

–¿Por ejemplo?

–En un periodo de crisis económica donde la recaudación de los tributos del Estado ha caído desde el año 2007, aunque en los dos últimos años se ha ido recuperando un poco, la recaudación de los actos derivados de las actuaciones de control que realiza la Agencia Tributaria ha subido. El año pasado fueron 10.643 millones, que sirvieron para impulsar el aumento de los ingresos del Estado. En los últimos tres años fueron 28.000 millones. Son una aportación muy importante porque de lo contrario tendría que salir a través del aumento de impuestos o del gastos.

–¿Estarán orgullosos entonces?

–Sí, pero es un fracaso social que aún en nuestro país se siga pagando con dinero B; es un fracaso social que todavía nos estemos planteando si tenemos que pagar con IVA o sin IVA y esa actitud se tiene que acabar. La Agencia Tributaria lucha contra el fraude pero necesita la colaboración de la ciudadanía.

–De sus palabras concluyo que no comparte la idea de que con la actual situación económica las familias se planteen defraudar más.

–El fraude nunca es justificable. Debemos ser conscientes de que todos disfrutamos de servicios públicos. Tenemos unas magníficas autovías que nos permiten a los gallegos comunicarnos internamente y con el resto del territorio; queremos tener un AVE; tenemos una sanidad excelente; tenemos una educación generalizada para todos los ciudadanos y eso hay que pagarlo. El dinero no sale del aire, sale de lo que cada ciudadano aporta a través de los impuestos.

–Pero da la sensación de que les falta vender mejor sus logros.

–La Agencia Tributaria no puede informar de lo que hace. Tenemos el deber de confidencialidad y no podemos informar de todas las situaciones que realizamos. Desarrolla un trabajo metódico y planificado, pero silencioso, y rinde cuentas del trabajo que realiza, pero lo rinde donde debe rendirlo: en el Parlamento.

–Pero creo que ese mensaje no llega después a la sociedad.

–Nosotros no nos prodigamos mucho en los medios. ¿Por qué no nos prodigamos? Porque no es nuestro trabajo. Sólo salimos cuando hay algún delito importante o alguna aprehensión de droga€ pero detrás de esa foto hay un trabajo metódico y planificado que no se ve.

– En otros países se pagan más impuestos y sus habitantes tienen la sensación de que son necesarios, aquí aún no se ve así. ¿Por qué?

–Lo que falta en nuestro país es la percepción de que todos tenemos que pagar impuestos para poder mantener las carreteras. Lo que falta es conciencia social, pero esta conciencia social sólo se logra de dos formas. Primero, luchando contra el fraude, y segundo, educando, tanto en la escuela como en la familia. Es cierto que debido a que nuestra democracia es joven nos falta esa percepción, esa educación, pero eso es labor de todos: labor de la escuela y de la familia.

–¿La crisis va a servir para algo en esa lucha?

–La crisis, en ese sentido, nos va a servir para darnos cuenta de que tenemos que luchar contra el fraude; de que se tiene que acabar lo de pagar en B un inmueble y de que se tiene que acabar lo de con IVA o sin IVA. Si la crisis sirviera para eso, este delegado se daría por satisfecho. Entre todos debemos aumentar la conciencia social de la ciudadanía. Hacienda somos todos y todos tenemos que luchar contra el fraude. Hay que denunciar a la Agencia Tributaria aquellas conductas antisociales.