La obra tuvo gran difusión "en un momento de fuerte inquietud, tanto en la universidad como en el debate político y social en el resurgir nacionalista". Según Vence, "O atraso económico de Galicia" significaba pensar en la comunidad desde sí misma, "víctima de una historia hecha y escrita por un estado central incapaz de promover el desarrollo y, sobre todo, incapaz de reconocer y atender nuestros intereses, rompiendo los mitos centralistas y provincianos".

–¿Qué expresaba la obra en cuanto a los defectos y virtudes de la comunidad en los setenta?

–Denunciaba la situación de atraso económico provocado por las políticas de la dictadura, pero sobre todo como resultado de una larga historia de dominación y expolio por un poder centralizador o centrípeto.

–¿Poder, emigración?

–Sí, también denunciaba los mecanismos de expulsión del excedente generado en Galicia a través de la dependencia comercial, industrial y financiera. Trataba además las consecuencias de no tener poderes autóctonos consolidados ni instituciones propias. En definitiva, aunque no sea algo explícito en el libro, creo que invitaba a una lectura de nuestra situación y de nuestra historia desde la perspectiva de la soberanía, es decir, de las consecuencias de la ausencia de soberanía.

–¿Le dio fuerza al nacionalismo?

–Contribuye a reformular la tradición nacionalista, dándole una fundamentación económica más sólida. En ese momento (dos años antes Paz Andrade había publicado una obra sobre la marginación social de Galicia) había un cierto resurgir del análisis económico y social de nuestro país, en particular desde el ámbito nacionalista, y ´O Atraso´ fue sin duda la pieza central, la síntesis creativa de todo este hervidero de ideas. Su carácter compacto, en formato ensayístico, asequible para el gran público, lo convirtió en la obra de referencia del nacionalismo de los setenta, y su visión trascendió incluso más allá de ese ámbito.

–¿Se cumplió lo que postulaba sobre Galicia?

–Propugnaba un desarrollo autocentrado, en el marco de una economía de planificación descentralizada, una economía más orientada hacia el aprovechamiento integral de nuestros recursos, endogeneizando en el país el conjunto de las cadenas productivas. También pretendía la superación de la dependencia política. Obviamente, no se cumplió lo que él propugnaba. En realidad.

–¿Qué pasó?

–Desde entonces hubo una serie de cambios muy importantes en el país que eran difíciles de entrever a partir del diagnóstico de la obra pero, al mismo tiempo, muchas cosas que ´O atraso´ formulaba como necesarias no ocurrieron. Quizás las más profundas son justamente las que siguen aún sin mudar.

–¿Qué piensas hoy sobre lo que Beiras expresó en la obra?

–Como diagnóstico de la situación concreta actual es obvio que ´O Atraso´ no puede estar al día. Permanece en cambio como una obra que ofrece un marco interpretativo de nuestra historia, dos factores explicativos que nos permiten comprender cómo llegamos hasta aquí, qué papel jugamos en el Estado o qué trabas estructurales impidieron nuestro desarrollo. Esos factores de la dependencia, la colonización financiera, la falta de poder político soberano o la insolidaridad institucional siguen estando ahí.

–¿Cómo te influyó?

–Tropecé con el libro de muy joven, siendo un chaval de trece años y me sirvió de despertador. Más tarde, lo trabajé más a fondo en la carrera y, sin duda, marcó mi trayectoria como economista e investigador. Aunque las raíces son menos perceptibles con el paso del tiempo, esta obra contribuyó a moldear mi visión de la economía y de los problemas del país.