"Nadie le está diciendo al Gobierno que no gobierne, pero sí que nos escuche". Mato considera que es "tan obvio" que el ministro de Educación debería haber convocado un Consejo de Universidades antes de llegar a un desencuentro como el ocurrido el miércoles que le resulta "incluso difícil de explicar". "No sé si el ministro leyó la Ley Orgánica de Universidades; en ella dice que cuando un porcentaje de rectores solicitan un Consejo Extraordinario hay que convocarlo", explicó el rector vigués tras el plante protagonizado, por primera vez en treinta años, por representantes de todas las universidades de España (50 públicas y 25 privadas) esta semana en Madrid. La Universidad de Vigo exige al Ministerio de Educación, que finalmente sí los recibirá, la retirada del Real Decreto de medidas urgentes.

€¿Habrá que aplicar el decreto tal y como está redactado en estos momentos?

€El decreto plantea muchas dudas, incluso medidas que, si se aplican tal y como están escritas, no serán eficientes, como por ejemplo, los cambios en la dedicación lectiva de los profesores en función de los sexenios de investigación.

€¿Es posible su retirada?

€Pedimos la retirada pero para poder hablar y definir bien las medidas. Sería bueno que el ministerio nos escuchara y se dejara aconsejar porque sabemos del tema y es por el bien de la universidad y del país.

€¿Qué puede añadir sobre la actitud del ministro?

€No sé si fue una improvisación o si desconoce la ley que obliga a convocar un consejo cuando una mayoría de los miembros lo requiere, que fue lo que pasó en este caso. ¡Es tan obvio! El consejo es como el parlamento de las universidades españolas y está para debatir las medidas y consensuarlas. Da la sensación de que el ministro llega con un concepto previo de las universidades, de ineficacia, que no es real.

€La Universidad de Vigo, y el resto de instituciones académicas de España, se oponen a la subida de las tasas de matrícula.

€No tiene sentido en una situación tan complicada como la actual para las familias. Un aumento, por ejemplo, de un 25% en la tasa de matrícula supone para la universidad un crecimiento de un 1% en su presupuesto. Solo un 1% en los ingresos y para las familias esa subida supone mucho más.

€¿No compensa el aumento?

€Somos una de las pocas instituciones públicas que podemos conseguir recursos por nosotras mismas. De hecho lo estamos haciendo en un porcentaje aproximado del 30%, es decir, ese porcentaje está llegando por el esfuerzo propio.

€En el ámbito de Galicia se discutió varias veces la opción de subir tasas pero no llegó a aprobarse.

€Es que el ingreso es mínimo. Otro asunto es que se pretenda cambiar el modelo de universidad y orientarla más hacia una institución en la que la matrícula del alumnado sea importante en la financiación. He de decir que en la relación con la Xunta no hemos tenido problemas. Las últimas medidas tomadas en Galicia, en el plan de financiación, fueron consensuadas con el Gobierno autonómico. Nada que ver con lo que está pasando en el ámbito nacional, con la aprobación del decreto sin negociación previa alguna.

€¿Qué ocurre con los cambios en la dedicación y las horas de clase de los profesores, en su doble tarea docente e investigadora?

€Si no se revisa el planteamiento actual puede haber un problema y convertirse en un gasto, al contrario de la filosofía de la medida. Por ejemplo, en una universidad que tenga muchos catedráticos o profesores titulares con sexenios si todos se limitan a 160 horas de docencia, el mínimo, puede ocurrir que sea necesario contratar más profesores porque habría escasez de docentes. Si lo que se quiere evitar es más gasto, es mejor tratar este asunto y estudiar caso por caso, porque no todas las universidades están en la misma situación.

€¿Qué otros fallos ve en la normativa de ajustes?

€Somos eficientes en investigación, estamos en un buen puesto. Sería bueno no centrar las exigencias en los sexenios. Yo, lo que haría, y así se lo transmitiré al ministro de Educación en cuanto tenga oportunidad, es exigir transferencia, es decir, no solo sexenios a los profesores sino transferir el conocimiento de modo que se genere riqueza y empleo en las empresas. Sería óptimo en la actualidad, por situación económica y eficacia.