Son muchos los gallegos que se encontraron hace unos meses, de repente, con que no podían retirar el dinero invertido en la compra de participaciones preferentes u obligaciones subordinadas de Novagalicia Banco. Las distintas plataformas cifran en 70.000 los afectados en Galicia. La asistencia a la manifestación celebrada este miércoles por las calles de Moaña revela dos cosas: que se trata de un problema con un gran número de implicados y que la clase política local y que la inmensa mayoría de la ciudadanía apoya las reclamaciones de los convocantes.

Hasta el momento han adoptado diferentes caminos para exigir la devolución de sus ahorros, desde protestas ante las entidades hasta visitas al Parlamento gallego con la intención de lograr una solución por parte del ejecutivo autonómico. Hoy, a las 18.00 horas, serán recibidos por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, una cita por la que llevan tiempo esperando y de la que esperan lograr algo positivo.

No existe un perfil del afectado, aunque no son pocas las personas de avanzada edad que se ven envueltas en este problema. La necesidad también es distinta en cada familia, sin embargo, siguen rechazando una salida individual a los casos como puede ser el arbitraje propuesto en su día por la Xunta. Mantienen la necesidad de encontrar una salida global y que no anule su capacidad de acción ante la Justicia en caso de que fuese necesario. Existen plataformas de afectados por toda Galicia, pero como otras tantas veces es en O Morrazo en donde cristalizó por primera vez el movimiento.

Francisco Marcos González , Vecino de Cangas: "Nunca creí que volvería a coger una pancarta"

A sus 66 años y después de sus actividades sindicales durante el Franquismo €lo que le obligó a pasar dos años en Alemania€ Francisco Marcos afirma que "nunca pensaba que ía coller máis unha pancarta", pero se vio envuelto en el problema de las participaciones preferentes y desde Navidad es parte activa del movimiento de protesta para exigir la devolución de sus ahorros. "O interventor do banco recomendoume, no 2003, que metese os cartos neste producto, dicindo que os podería retirar cando quixese. Menos mal que a miña muller non me deixou depositar máis cartos", explica con ironía. En estos momentos tiene 24.000 euros atrapados y explica, para acabar con ciertos mitos, que la promesa era de un tipo de interés del 2%.

Tras ver en la prensa que había afectados decidió acudir a un colectivo de consumidores. "Nos xuntamos cinco de Cangas co mesmo problema. Repartimos panfletos no mercadillo e os casos caían como moscas", revela.

Reconoce que su caso no es de los peores pero exige una solución "porque hai xente que ten todos os aforros da súa vida atrapados". Muestra su enfado con el trato que recibieron en el Parlamento gallego y espera que los gestores políticos ofrezcan una salida rápida.

Álvaro Rodríguez pérez y María Gallego, Matrimonio de Meira (Moaña): "Nacimos en la miseria y vamos a morir en la miseria"

Tiene 83 años y acudió en silla de ruedas a la manifestación de los afectados por las preferentes, el pasado miércoles en Moaña, ayudado por su hijo Alberto, y con su mujer María Gallego Riobó (75 años), detrás, portando una pancarta con otros vecinos. Álvaro Rodríguez Pérez, natural de Moaña,es diabético, no ve de un ojo y sufrió varias anginas de pecho. Su delicado estado de salud le obliga a ayudarse de una silla de ruedas. Asegura que trabajó con su mujer toda la vida como para que ahora, y por culpa del banco, los ahorros del matrimonio estén retenidos y no los puedan retirar. Su mujer, que asegura que toma pastillas para poder dormir desde que estalló el problema de las participaciones preferentes y subordinadas de Novagalicia, intenta a veces tranquilizar a su marido: "Nacimos en la miseria y vamos a morir en ella", le dice para resignarlo A veces él comenta, aunque no lo vaya a hacer, que un día se lleva por delante a la gente del banco, que a su edad ya no va a la cárcel. María también se despierta por las noches "desesperada" y con ganas de hacer una tontería.

Álvaro trabajó toda su vida de marinero con la ayuda de su mujer. María señala que acudía con él al mar, trabajó cogiendo marisco, en el monte, en lo que hiciera falta y comprando y vendiendo marisco en el Berbés, en Vigo. Eran tiempos díficles y hasta llegaron a dormir en las calles de la ciudad "todo para llegar a poder comprar una casa". Lograron una vivienda pequeña en Meira, en donde residen y criaron a sus cuatro hijos. La mujer recuerda que cuando le decía a su marido que debían meter algún dinero en la casa, él siempre le contestaba que había que ahorrar para cuando fueran mayores y se encontraran enfermos. Llegaron a esa etapa y se han visto en el drama de no poder retirar su dinero debido al "corralito" de las preferentes. Fue el director de la sucursal quien les aconsejó meter el dinero en ese producto y aseguran que siempre se les garantizó que podían retirarlo cuando quisieran. No fue así, el año pasado necesitaron 6.000 euros y el banco se los negó.No les quedó más remedio que acogerse a la única posibilidad que les ofreció la entidad y pedir un préstamo. Su hijo Alberto, que vive con ellos y necesita de su ayuda, asegura que el préstamo era sin intereses, pero el lunes pasado recibieron una carta del banco en el que les confirman un interés del 2,7%, el mismo que recibían de las preferentes hasta febrero. "Esto es un drama para todo el mundo", asegura la familia.

José Boubeta Fernández, Afectado de Moaña: "Lo que más me duele es que perdí la confianza en los bancos; hay que temer por todo"

Es cliente de la Caja (hoy Novagalicia) desde hace 52 años y, por su condición de invidente, tenía una confianza especial en su oficina. Perdió la vista a los 38 años y, como afectado por las preferentes, dice que "sigo siendo cliente porque debo serlo". No se dio cuenta que era afectado hasta que hizo unas obras en casa y fue a retirar el dinero. Le dijeron que no podía tocar la cuenta, aunque era un afortunado porque tenía un vencimiento hasta 2019. También le ofrecieron un crédito por si necesitaba el dinero, pero no lo hizo. Revisó todos los papeles. En el contrato firmado no aparecía ninguna fecha de vencimiento y cuando pidió la fecha de admisión la descubrió "pero es difícil que una persona se pueda enterar". En febrero, en pleno problema, pudo vender algún dinero y dice que no se preocupa si es que en 2019 le devuelven el dinero, aunque en estos momentos dice que hay que dudar de todo. Lo que más le duele es que ha perdido la confianza en los bancos. El miércoles acudió a la manifestación porque se siente estafado y engañado y cree que debería de haber un castigo para la clase banquera "en vez de marcharse de rositas".

Es el rostro más visible de los afectados de Moaña en su condición de portavoz en este municipio. En 2009 le llamó el director del banco vendiéndole un para los clientes de toda la vida. Él insitió en que no quería jugar con el dinero pero le garantizaron que no había riesgo. Al final, con su mujer metieron los 20.000 euros de ahorros y los 2.000 de la cartilla de su hijo pequeño, de 5 años. Cuando estalló el problema, el comercial de la oficina del Real les dijo que él también tenía a su hijo en la misma situación. De nada le vale a Santomé que piensa los millones de indemnización que se llevaron los directivos de la entidad. Él tiene 53 años y trabaja como marinero de bajura, después de toda una vida en alta mar y en profesiones de riesgo como en las plataformas o como buceador. "Esto es un atraco, no tiene nombre, el Banco de España y los gobernantes tienen que resolverlo". Se pregunta qué gente joven va a creer en los bancos ahora: "Si no se arregla, es un caos. Alguien tiene que meter la mano para que esto se arregle. La cúpula de Novagalicia quiere negociar con ellos. ¿Lo qué? Van a seguir en la calle mientras no vean su dinero seguro.

Cristina Mouriño Carrera, Vecina de Cangas: "Compraron ese producto sin mi consentimiento"

Sostiene, como otros afectados, que ella no firmó la compra de participaciones preferentes. Cristina Mouriño Carrera, canguesa de 39 años, explica que en 2005 puso su dinero en un "depósito puente" que tenía vencimiento cada tres meses. "Podía sacalo cada trimestre. Se non pedía a retirada o renovaban automaticamente", explica. Tras escuchar que se estaban formado protestas acudió a la sucursal para informarse, en donde le dijeron que su caso era distinto.

El pasado mes de febrero fue a retirar su dinero, "e cando buscaron os meus datos descubrín que con eses cartos compraron preferentes, no ano 2010, sen o meu consentimento. Por sorte só tiña 9.000 euros, que no 2005 era canto tiña aforrado", apunta.

Participa en la plataforma de afectados y, como el resto de compañeros de colectivo, ahora apunta directamente a la clase política. "Non sei o que pretende facer a dirección de NGB, pero os gobernos deben actuar. Igual que hai cartos para Bankia, por que non para isto? deben saber que todos somos iguais", indica.

Espera que de la reunión de hoy con el presidente de la Xunta salga algo positivo "porque nestes momentos son Feijóo e Rajoy aos que lle toca mandar e solucionar o problema" y alude a que la cosa se puede poner peor si el problema se enquista. "Os ánimos se están a quentar. hai xente que o toma peor que outra, pero iso depende da situación que se vive en cada casa", señala.

Indica que en su caso, hasta leyendo la letra pequeña de su contrato, queda claro que no compró preferentes y habla de engaño y de "mala fe. Pois non creo que todos os afectados sexamos analfabetos que firmamos sen saber o que facíamos".

Carlos Vilariño. Afectado de Cangas: "Los políticos deben entender que somos gente sencilla"

Carlos Vilariño, cangués de 49 años, tenía la intención de depositar sus ahorros en un plazo fijo en el año 2005 "cando no banco me propuxeron adquirir participacións con algo máis dun 3% de interese. Dixéronme que avisando cunha semana de antelación podía recuperalos", explica. Desde entonces iba metiendo dinero a medida que ahorraba e incluso llegó a retirar una parte sin mayores dificultades en 2009, "pero cando me enterei de que había problemas, o pasado mes de novembro, fun a retirar os cartos e me dixeron que non podía porque non era posible vender o producto no mercado secundario".

Durante las primeras movilizaciones a Vilariño le llamó la atención encontrarse a tanta gente a la que le había pasado exactamente lo mismo. "A maioría non tiñamos coñecemento deste tipo de productos. A raíz do problema foi cando descubrimos que se trata de depósitos a perpetuidade e de que son productos de inversión e non de aforro", indica. Hasta entonces también desconocía que su dinero se podría devaluar y que incluso le podía dejar de dar intereses "como está a ocorrer". Lamenta que tres miembros de su familia no puedan disponer de 30.000 euros que pusieron en un producto que "ofrecía seguridade e liquidez".

Considera que la manifestación del sábado por las calles de Moaña pude dar sus frutos y lamenta "a cantidade de xente maior con este problema, como se mirou. Moitos non poderán axudar aos seus fillos que agora están en paro", alerta.

Fía la solución a una medida política y le pide a los responsables colaboración y que "comprendan que somos xente sinxela. Pequenos aforradores".

Xosé Ramón Santomé, Portavoz de los afectados de Moaña: "Si no se arregla, esto es un caos; alguien tiene que meter la mano para solucionarlo"

Es el rostro más visible de los afectados de Moaña en su condición de portavoz en este municipio. En 2009 le llamó el director del banco vendiéndole un para los clientes de toda la vida. Él insitió en que no quería jugar con el dinero pero le garantizaron que no había riesgo. Al final, con su mujer metieron los 20.000 euros de ahorros y los 2.000 de la cartilla de su hijo pequeño, de 5 años. Cuando estalló el problema, el comercial de la oficina del Real les dijo que él también tenía a su hijo en la misma situación. De nada le vale a Santomé que piensa los millones de indemnización que se llevaron los directivos de la entidad. Él tiene 53 años y trabaja como marinero de bajura, después de toda una vida en alta mar y en profesiones de riesgo como en las plataformas o como buceador. "Esto es un atraco, no tiene nombre, el Banco de España y los gobernantes tienen que resolverlo". Se pregunta qué gente joven va a creer en los bancos ahora: "Si no se arregla, es un caos. Alguien tiene que meter la mano para que esto se arregle. La cúpula de Novagalicia quiere negociar con ellos. ¿Lo qué? Van a seguir en la calle mientras no vean su dinero seguro.