El Plan de Dinamización Demográfica de Galicia que el Consello de la Xunta aprobó hace diez días se marca unos ambiciosos objetivos de recuperación de la natalidad. Se propone nada menos que aumentar la tasa de fecundidad (la que señala el número de hijos por mujer en edad fértil) en un 47% hasta el horizonte del año 2020, al pasar del índice actual de 1,08 a 1,59, que es la media de la Unión Europea. De cumplirse esta previsión o acercarse a ella, con la vista puesta en el horizonte de 2020, por entonces se tendrán que registrar en Galicia unos 32.000 nacimientos al año, lo que significa fomentar unos 10.000 más que los actuales, que apenas superan los 22.000.

"Promover la dinamización demográfica de Galicia logrando ascender posiciones en el ranking de las 303 regiones europeas relativo al índice sintético de fecundidad, caminando hacia el objetivo de aumentar la media de 1,08 hijos por mujer que se registra en Galicia hasta acercarse a la media europea, situarse en 1,59 hijos", es el objetivo principal que figura en el plan "2012-2015, horizonte 2020" elaborado por la Xunta. La Consellería de Traballo confirmó que ésa es la finalidad, pero no precisaron una fecha concreta en la que conseguirse, más allá de matizar que se trata de la previsión para el horizonte del año 2020. O sea, que el objetivo puede alargarse en el tiempo.

Históricamente, la cifra de 32.000 nacimientos al año no es excesiva. De hecho son los valores en los que se movía la comunidad gallega al inicio de la década de los ochenta, cuando ya se vislumbraba una tendencia de descenso. Sin embargo, las condiciones socio-económicas son bastantes distintas a las de entonces, como advierte el profesor de Geografía Humana de la Universidad de Santiago, Carlos Ferrás. A pesar de las ayudas, incentivos y ventajas que puedan prestar las administraciones, factores como la actual crisis, el desempleo, el casi inexistente flujo de entrada de inmigrantes o que el 50% de los menores de 35 años de no tenga trabajo y por ello no estén en condiciones de formar una familia, pueden condicionar sobremanera el crecimiento demográfico. "Puede que resulten demasiados optimistas los objetivos", considera Carlos Ferrás.

En todo caso, la meta marcada por la Xunta está en consonancia con la necesidad de acercarse al índice de fecundidad necesario para garantizar el relevo generacional. Se trata de aproximarse a la media comunitaria de hijos por mujer, que está todavía medio punto por debajo del índice 2,1 que todos los expertos consideran el mínimo para garantizar el relevo generacional. Por debajo de esta tasa, una población está condenada al envejecimiento progresivo, aunque el ritmo depende de cuánto se acerque a ese número de 2,1 hijos por mujer en edad fértil.

De todas formas, el Plan de Dinamización Demográfica sufrirá una revisión en el año 2015. En esa fecha se podrá comprobar cómo evoluciona la tasa de natalidad de Galicia y tomar las medidas correspondientes, bien para reforzar los incentivos, cambiarlos o modificar los objetivos en función de la respuesta que muestre la sociedad.

Porque al ritmo que avanza Galicia, con 7.700 defunciones más que nacimientos al año, la condena a perder en solo diez años un 5,2% de su población actual y ver con el número de habitantes desciende en 147.000.

Veinte años sin apenas avances desde la primera alerta por el declive demográfico

La alerta por el declive demográfico de Galicia no es nueva. El primero en dar la voz de alarma fue Manuel Fraga al inicio de su longevo mandato en Galicia, a principios de los años noventa. Su propuesta, entonces, de fomentar la natalidad no fue muy bien recibida. Él mismo reconocía que al principio provocó "una gran carcajada y críticas muy pintorescas".

Pero fue el primero que lanzó un programa para fomentar los nacimientos, con ayudas de 300 euros por hijo durante los tres primeros años. En esencia, esta política es la única que se aplicó en la comunidad autónoma y que aún sigue vigente, si bien se incrementó la cuantía hasta los 360 euros y se completó con otras, como más facilidades para acceder a la guarderías o ayudas por reducción de jornada laboral para atender a los niños. Pero en veinte años, muy poco ha cambiado la política de incentivos a la natalidad, con el paréntesis de la cheque-bebé de 2.500 euros impulsado por Zapatero –que fue anulado con la crisis– o las ayudas de 200 euros como máximo para las familias que tiene que dejar a sus hijos al cuidado de una empleada del hogar o en una guardería.

Con el bipartito, los programas apenas variaron y lo mismo sucede en la etapa de Feijóo al frente de la Xunta. No obstante, en esta legislatura se ha lanzado el Plan de Dinamización Demográfica con un programa de 50 medidas propuestas por el Gobierno gallego que aún deberá ser debatido y ratificado en el Parlamento para su aprobación. La idea de la Xunta es que, gane quien gane las próximas elecciones, el siguiente gobierno dé continuidad al plan ahora presentado.