El logro de un anhelo político perseguido durante 30 años le ha durado a Gerardo Conde Roa nueve meses. El alcalde de Santiago anunció ayer su dimisión como regidor después de que la justicia iniciase contra él un proceso para esclarecer si defraudó al fisco cuando no declaró 291.000 euros procedentes del IVA de la venta de 61 pisos de su promotora. El dirigente popular formalizará hoy su adiós en un pleno municipal y tras votar a su sustituto en otro pleno, el teniente de alcalde Ángel Currás, dimitirá también como concejal. "Una ciudad como Santiago no se merece un alcalde en mi situación", alegó tras reiterar que abandona el ayuntamiento "con las manos limpias".

Conde Roa compareció al mediodía de ayer como estaba previsto, rodeado de parte de su equipo de gobierno y de su esposa en una atestada sala de prensa. En ella, no solo reiteró su inocencia en la investigación de Hacienda que luego ha derivado en un proceso judicial, sino que desvinculó el caso de su vida política. Además, negó presiones del PPdeG y del presidente del partido y la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para que dimitiese. "No estuve sometido a ninguna presión", indicó. "Feijóo no me pidió que dimitiese, nadie tiene que indicarme lo que tengo que hacer, las decisiones las tomo yo, no un tercero. Los tiempos los marqué yo", aseguró.

Su decisión, sin embargo, se produjo tras una reunión de urgencia el domingo en la sede autonómica del partido presidida por Feijóo. Según Conde Roa, simplemente le comunicó su decisión al líder y este la aceptó. ¿Quería entonces el presidente de la Xunta que siguiese en el cargo? "No soy un exégeta de lo que puede pensar o no", respondió el regidor, si bien desde el PP reconocen que el partido era partidario de su dimisión.

Durante 41 minutos, Conde Roa justificó su abandono del ayuntamiento al que llegó por primera vez en los años 80 para no perjudicar, por este orden, a su familia, partido y ciudadanos. Y matizó que tomó la decisión tras serle comunicado ayer el auto del juez instructor del caso, José Antonio Vázquez Taín, en el que se le imputa en el caso. Además, anunció que recurrirá la decisión.

El escrito del juez, sin embargo, deja entrever que se le comunicó su imputación la semana pasada y que solo elaboró un nuevo auto debido a la trascendencia pública del caso.

La intención de no provocar "daños colaterales" a sus allegados y compañeros de partido, aunque su situación "podría ser motivo de resistir", llevó a Conde Roa a anunciar su adiós diez días después de conocerse que dedicó a pagar las deudas de su empresa inmobiliaria Gestlander el IVA de la venta de 61 inmuebles, como él reconoció. Pero se va, insistió, sin beneficiarse de su puesto. "Mi vida pública está limpia. Otros se van con la maleta llena, no es mi caso. Me voy sin ningún beneficio personal", declaró.

Durante su comparecencia quiso explicar a la prensa –a la que dijo no guardar "rencor"– cómo ve su carrera. "He subido 10 ó 12 ochomiles y vuelvo a estar abajo, a pie de montaña", comparó tras pedir diferenciar entre "errores personales y de Gobierno".

El que lograra desbancar al PSdeG de la alcaldía de la capital de Galicia tras tres décadas –declaró que se marcha tras aportar "cierto éxito" en las urnas"– dejó en el aire su regreso a la primera línea política y defendió que la decisión de decantarse por Ángel Currás en lugar de por Paula Prado, número dos de la lista, para sustituirle fue producto del acuerdo de los ediles, sin interferencias de nadie. "No me voy para mandar desde la trastienda", dijo.

Su sustituto, hermano del exconselleiro de Educación Celso Currás, fue director de la Fundación Cidade da Cultura entre 2000 y 2005 y antes director económica administrativo para que Santiago se convirtiese en Ciudad Europea de la Cultura.

"El PP marca su nivel de exigencia, que otros tomen nota"

Conde Roa, que también adeudó 7.000 por impago del IBI con el ayuntamiento que gobernó hasta desde julio, aseguró que nadie en el PP le pidió su dimisión, pero luego reivindicó para su formación el marcar "un nivel de exigencia" vinculado a la dimisión de cargos políticos imputados.

Aunque esa máxima no se aplicó a otros cargos de la Administración autonómica, el regidor lanzó dardos al regidor de Lugo, el socialista Xosé López Orozco, imputado en la Operación Campeón tras ser acusado por Jorge Dorribo de favorecer a sus empresas a cambio de patrocinios.

Para Conde Roa, que tachó de "patético" el comportamiento de la oposición municipal por criticarlo, pidió a cargos en su situación, en alusión a Orozco, que "tomen buena nota" de su decisión y recordó que este dio "excusas de una puerilidad asombrosa". "En otras ciudades se puede entender, aquí no", dijo sobre su caso antes recordar un dicho de Manuel Fraga para alabar a Santiago: "Tras ser Papa, en el mundo lo más importante es ser alcalde de aquí".

Por su parte, Orozco criticó al conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, por "confundir las acusaciones de un presunto culpable, como Dorribo, coa Axencia Tributaria, que certifica unos hechos admitidos" por Conde Roa.

El juez refrenda su imputación en un auto al detectar indicios de que el político tuvo "intención defraudatoria"

Apenas tres folios supusieron ayer un golpe para Conde Roa. El magistrado del Juzgado de Instrucción número 2 de Santiago, José Antonio Vázquez Taín, emitió un auto especial para aclarar su imputación debido a la relevancia del caso. En él explica que la toma de declaración y lectura de derechos supone ya la comunicación de la imputación al acusado. Conde Roa, por su parte, contradijo esta versión y aseguró que solo ayer conoció ese estado y por ello dimitió.

En su auto, Taín, expone que ha detectado "indicios fácticos claros de la conducta típica investigada e intencionales suficientemente fundados como para continuar" con la investigación sobre un presunto delito de fraude en un proceso que en breve derivará en un juicio oral.

En el documento, Taín sostiene que, a pesar de sus deudas, Conde Roa conocía su obligación de declarar el IVA recibido por la venta de 61 inmuebles y que "pese a ello, omite tal actuación". Y aquí añade un elemento determinante en el futuro del proceso: "Lo hace acompañando tal comportamiento de una serie de actuaciones, que es preciso comprobar, y que podrían revelar la concurrencia de esa intención defraudatoria".

A pesar de todo, el juez instructor del caso elude concretar esos indicios para "evitar que si se filtra el presente auto se provoque un juicio mediático".

Al ser preguntado por estos indicios, el regidor pidió no realizar "lecturas parciales" del auto, en el que el juez establece que, pese a los indicios, no puede prejuzgar la inocencia de imputado.

Además, establece que la intención de Conde Roa de pagar los 291.000 euros cuando pudiese solo "puede ser conocida a través de los actos externos". Y no presentó ni autoliquidación del IVA ni lo pagó.