Era cuestión de horas. Pese a que el alcalde de Santiago se resistió en los últimos días a dimitir tras ser imputado por un supuesto delito fiscal, Gerardo Conde Roa tiene previsto presentar hoy su renuncia a la Alcaldía. La decisión fue comunicada ayer por el regidor a sus concejales en una reunión convocada de urgencia y presidida por el jefe del Ejecutivo y el presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo. El anuncio de su salida de la Alcaldía se producirá el mismo día en que el juez instructor del caso dictará el auto en el que confirma la imputación del alcalde por delito fiscal y apenas 48 horas después de que Feijóo se reuniese en Madrid con la dirección nacional del PP e informase a Mariano Rajoy del caso personalmente.

Durante la reunión en la sede regional del PP, Feijóo recordó a Conde Roa y a los concejales convocados la exigencia ética del partido respecto a los cargos, algo que contrapuso a lo que ocurre en otros partidos, en referencia a casos como el Campeón. Esta investigación sobre una supuesta trama de pagos irregulares a ayudas públicas que salpica a cargos del PP, BNG y PSdeG, se cobró la dimisión de los cargos imputados del PP (Pablo Cobián) y del BNG (Fernando Blanco). Según expuso Feijóo durante el encuentro, la investigación por un supuesto delito fiscal a Conde Roa no solo afecta al partido, sin también a la Xunta, motivos que forzaron al alcalde a presentar su dimisión para evitar dañar al PP.

Una vez comunicada a los concejales la decisión de abandonar la Alcaldía, Conde Roa y Núñez Feijóo abandonaron la sala y dejaron a los concejales para que eligiesen al sucesor. El todavía alcalde es partidario de que el relevo caiga en su número dos y concejal de Cultura, Ángel Currás.

En su declaración el pasado jueves ante el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Santiago, José Antonio Vázquez Taín, el alcalde de Santiago admitió que debe a Hacienda 291.000 euros por no pagar el IVA de 61 viviendas por la promotora Gestlander cuando todavía estaba en la oposición y de la es administrador único. Sin embargo, el regidor mantuvo que no había cometido delito alguno porque "no hubo afán de ocultación".

Las presiones desde la dirección del PP para que abandonase su cargo no solo se dieron en privado. En público, también hubo pronunciamientos sobre el futuro político de Conde Roa. El mismo día en que el alcalde compostelano declaraba por una deuda de casi 300.000 euros con Hacienda, recibía la sentencia política de Feijóo: "El rigor que se le pide a un político está por encima del que se exige al resto de la sociedad".

Días antes, varios dirigentes del PP, entre ellos su número dos, Alfonso Rueda, y el presidente del partido en la provincia de A Coruña, Carlos Negreira, condicionaban el futuro político de Conde Roa a su declaración judicial y le advertían de que el partido cumpliría los estatutos, que recogen la apertura de expedientes a los cargos imputados.

El único balón de oxígeno que le quedaba al regidor se desinfló con su comparecencia ante el juez, quien el jueves le comunicó su imputación al alcalde. No obstante, será hoy cuando el magistrado emitirá el auto ratificando los cargos y argumentando los motivos de su decisión.

La decisión judicial llevó al PP a retrasar también hasta hoy el acuerdo tomado mismo día: abrirle expediente informativo. Un expediente que se transformará en sancionador cuando el juez confirme que Conde Roa deberá sentarse en un banquillo por delito fiscal, una decisión que podría producirse en el plazo de una a dos semanas.

La denuncia de la Fiscalía contra el alcalde compostelano por supuesto fraude fiscal llevó a la oposición a pedir su dimisión. Ni a PSdeG ni a BNG convencían las explicaciones dadas por Conde Roa convocada para hablar en exclusiva de la investigación. Ambos partidos urgían a Feijóo que tomase cartas en el asunto, porque, según los nacionalistas, de lo contrario sería "cómplice" de una práctica delictiva. Desde que trascendió la querella contra el alcalde, el PP eludió apoyar a Conde Roa y el sábado ya adelantó la decisión que se avecinaba, al señalar la dimisión como la vía de salida.