Xosé Manuel Beiras se muestra afable tras anunciar su adiós, junto al Encontro Irmandiño, al BNG, en cuya creación participó en 1982. El líder histórico nacionalista reconoce que crearán otro frente para presentarse a las autonómicas. "Nuestro objetivo es recuperar los 200.000 votos que el BNG perdió", comenta sobre el techo logrado en 1997 de casi 400.000 apoyos. Entonces, él era el candidato. Además, pide "diálogo" para evitar la "inestabilidad" en los ayuntamientos, descartando que los escindidos dimitan de sus cargos.

–-¿Qué tal su ánimo?

–Tengo mezcla de tristeza, porque es muy doloroso, pero por otro lado tengo alivio porque se tomó por fin una decisión. Y esperanza y muchas ganas de construir una alternativa.

–¿Cómo comunicó su baja?

–Me llamó [Francisco] Jorquera la víspera de la asamblea irmandiña para entrevistarnos con Guillerme Vázquez el lunes antes de la ejecutiva y allí se lo formalizamos. Hoy tenemos una coordinadora para establecer el método para darnos de baja y dialogar con el BNG para cuestiones de unidad de acción.

–¿Qué tal la reunión?

–Muy afable, somos viejos camaradas. El portavoz nacional se mostró receptivo para dialogar a nivel municipal.

–Entonces le sorprendería que horas más tarde Guillerme Vázquez invitase a todos los cargos irmandiños que dejen el BNG a dimitir de sus cargos…

–Es discordante de lo que dijo. Si se acepta una interlocución, precipitarse a tomar estas actitudes no es muy congruente. El diálogo es necesario. No queremos guerrear con el BNG. Queremos una separación sin malos tratos y evitar la inestabilidad. Los cargos fueron elegidos por los ciudadanos, no por el BNG.

–¿Teme que el BNG fuerce la pérdida de alcaldías como Teo?

–Confío en que no. Una cosa son sus declaraciones y otra son sus decisiones. Además, Máis Galiza está en proceso de toma de decisiones. Hay un compás de espera. Nosotros actuaremos civilizadamente con el interés vecinal por delante.

–¿Se presentará a las autonómicas su alternativa?

–Tomará sus decisiones cuando se constituya y no será solo de los irmandiños. Queremos ser un motor para un frente amplio más actual, más democrático, más participativo y abierto a la ciudadanía. Eso requiere diálogo con sectores organizados en plataformas sociales, ecologistas o el 15-M. Evidentemente, una alternativa debe aspirar a participar en elecciones. Y está previsto que las haya en Galicia a corto plazo.

–¿Les dará tiempo?

–¿Por qué no? Encontro Irmandiño cobró mucha credibilidad ante sectores que se alejaron del BNG.

–¿Se ve como candidato?

–No me veo como nada. Lo primordial es construir una alternativa que exprese la izquierda social. Hablar de candidato es precipitarse.

–¿Podrán superar la barrera del 5% de votos para acceder al Parlamento gallego?

–Es un problema. Que la izquierda y el nacionalismo se dividan en el plano electoral tiene connotaciones negativas, aunque si el sistema electoral fuese proporcional no las tendría. Por eso insistimos en la necesidad de acción contra la regresión en material laboral o el idioma. Estamos a favor de una unidad de acción, pero la proyección electoral depende del contexto. El BNG llegó a 400.000 votos en 1997 y desde entonces perdió la mitad. Con nosotros dentro no ganaría votos: sería visto como el actual BNG. Pero si nos vamos y nuestra alternativa recupera los votantes que perdió el Bloque, la suma total será mayor a la que tiene ahora el nacionalismo. Esa es la intención. El resultado sería peor si nos peleamos. Pero dos no pelean si uno no quiere. Otra cosa es si hay agresión: existe la legítima defensa.

–Ya tiene una idea de nombre para su nuevo partido…

–Será un frente amplio. De ahí saldrá algo… si se acepta.

–¿Le decepcionaría que Máis Galiza se quedase en el BNG?

–No creo que se quede. Puede quedar alguna parte.