La Consellería de Traballo e Benestar ha incorporado un nuevo criterio para la concesión de la ayuda de 360 euros por hijos menores de tres años, que en la práctica supondrá que la asignación de esta ayuda sea un poco más restrictiva. El requisito que ahora se exige, y que no aparecía en las anteriores órdenes que regulan estos incentivos, es que los padres tienen que estar al día en el pago de todos los impuestos y en sus obligaciones con la Seguridad Social.

Los solicitantes de estas ayudas deben presentar una declaración conforme no tienen deudas tributarias y autorizan a la Xunta para que realice las pertinentes comprobaciones ante la Agencia Estatal de Administración Tributaria.

La explicación dada por la consellería que dirige Beatriz Mato es que simplemente se trata de una adecuación a la Ley de Subvenciones de Galicia de 2007. "La inclusión de este anexo se deriva del artículo diez de la Ley de Subvenciones de Galicia, que establece que no podrán obtener la condición de beneficiarios las personas o entidades que entre otras circunstancias no se encuentren al corriente en el cumplimiento de las obligaciones tributarias o frente a la Seguridad Social o tengan pendiente de pago alguna otra deuda con la Administración autonómica", explica la Consellería de Traballo e Benestar.

Éste es el único cambio que la Xunta ha incorporado a la orden que regula la ayudas por tener a cargo hijos menores de tres años. Con respecto al pasado año se mantiene la cuantía total de la partida presupuestaria (2,7 millones de euros) y el importe de la subvención, de 360 euros en un pago único anual por cada descendiente con menos de tres años.

Los potenciales beneficiarios son los mismos que en el anterior ejercicio –salvo los que tengan deudas con la Seguridad Social o tributarias– y para solicitar las ayudas la primera condición es que ningún miembro de la unidad familiar estuviera obligado a presentar la declaración de la renta, para lo cual el límite de ingresos es de 22.000 euros.

En todo caso, los cambios introducidos este año son bastantes más suaves que los realizados en la convocatoria de 2011, cuando la Xunta recortó en un 40% el presupuesto destinado a las ayudas por cada hijo menor de tres años, al pasar de 4,8 millones de euros a los 2,7 actuales.

La modificación introducida, que sigue vigente este año, consiste en vetar las ayudas a las personas que sin estar obligadas a presentar la declaración de la renta –por su bajo nivel de ingresos–, lo hacían de todas formas para así obtener el incentivo de la Xunta de 360 euros por hijo y al mismo tiempo beneficiarse de una bonificación fiscal por el mismo importe, algo que era posible hasta el año 2010. Esto lo hacían aquellas familias que aún teniendo ingresos por debajo de los 22.000 euros y sin tener obligación de declarar el IRPF, lo hacían de forma voluntaria porque tienen una hipoteca que desgrava o simplemente porque les sale a devolver.