Con cuentagotas, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, va avanzando cómo tiene previsto afrontar el reajuste de los presupuestos autonómicos, que deberán reducirse ante la previsión de una fuerte recesión que afectará a España y el seguro descenso de las transferencias del Estado por la menor recaudación por impuestos. Ayer aseguró que, a día de hoy y sin saber aún las previsiones económicas del Gobierno central, el objetivo de la Xunta es mantener intacto el gasto social y las inversiones y centrar el ajuste presupuestario sobre los 90.000 empleados públicos de la Administración autonómica. Sobre ellos pesarán el "esfuerzo y los sacrificios".

Hoy mismo, la conselleira de Facenda, Elena Muñoz, se reunirá con los sindicatos para presentarles el decálogo con las medidas propuestas para recortar los gastos. Por el momento solo se conocen dos, la de reducir de 9 a 6 los días libres por asuntos propios –con lo que se ahorran las sustituciones en la sanidad y en la justicia–, y la de suspender temporalmente el plus que cobran los 142 ex altos cargos. Pero habrá más medidas para, como dijo Feijóo, "anticiparse" a la caída de los ingresos de las comunidades autónomas, a falta de conocer los números exactos, que de ser muy exagerados podrían derivar en un ajuste presupuestario más acentuado.

La idea de la Xunta es no tocar, por el momento, los salarios de los funcionarios ni los complementos autonómicos, pero no queda descartada de aquí a final de año. "Vamos a intentar no tocar las remuneraciones de los funcionarios y vamos a ver si durante todo el año podemos mantener el compromiso", dijo tras el Consello.

Sin anunciar qué propondrá a las organizaciones sindicales que representan a los 90.000 empleados públicos, Feijóo se apresuró a declararse "orgulloso" de los funcionarios porque, dijo, la mayoría "entenderá los sacrificios que se le va a pedir".

"Estamos planteando a los que tienen trabajo un esfuerzo para los que no lo tienen y estamos priorizando las decisiones sobre esfuerzo y sacrificios en los empleados públicos de la comunidad autónoma, que van a dar ejemplo de solidaridad ante todos los gallegos que no tienen trabajo", aseguró.

¿Por qué se basará este ajuste previo de los presupuestos en los funcionarios? "Porque son personas que tienen garantizada su nómina y, en el momento en que estamos, bien merece un esfuerzo por parte de ellos", argumentó el presidente de la Xunta. El gasto en personal asciende a 3.600 millones de euros, más de un tercio de todo el presupuesto de Galicia para 2012.

Con estas medidas, el Gobierno gallego pretende mantener a salvo el gasto social y la capacidad inversora. Pero nada dijo Feijóo sobre el alcance del ahorro que busca conseguir con estas medidas sobre los empleados públicos. Tan solo comentó que será una cuantía "importante". Parte de esta reducción de gasto se conseguirá reduciendo los días de asuntos propios de 9 a 6, por lo que serán muchas menos las sustituciones que se deben cubrir y pagar, especialmente en la sanidad y la justicia.

Negociación

En cuanto al plus de altos cargos, que actualmente cobran 142 funcionarios, Feijóo insistió ayer en su suspensión será temporal y que la duración de la medida dependerá de lo que se "pacte" con las organizaciones sindicales cuando se les presente la propuesta.

Preguntado por la posibilidad de que se produzcan conflictos sociales por los recortes y las reformas que impulsará el Gobierno central, Feijóo aseguró que confía en la "madurez" de la sociedad española y manifestó su deseo de que los "conflictos" que se ven en Grecia o que se vieron en Portugal no se planteen en España. "España debe ser la Alemania del sur de Europa", dijo.

En su reunión de ayer, el Consello de la Xunta aprobó el anteproyecto de Lei da Xuventude y la autorización para repotenciar tres centrales hidroeléctricas en el río Xallas (A Coruña), a cambio de garantizar por parte de las concesionarias un aumento del caudal ecológico.