Cuando el ministro de Industria dejó caer que España estaba lo suficientemente cubierta de instalaciones renovables hasta que el consumo eléctrico despierte del letargo en el que está sumido por la crisis, la Xunta ya apeló a las particularidades del "recurso" aquí. No solo que hay viento, sino que además es de una calidad inmejorable para alimentar los parques y dejar al sector en Galicia como uno de los más rentables del país. A eso vuelve a agarrarse en un intento de aportar algo de luz a su concurso eólico tras la decisión de José Manuel Soria de suspender el pago de primas a cualquier nueva planta, lo que choca de frente con los 2.325 megavatios (MW) que se repartieron en la comunidad. La Consellería de Economía evita criticar el obvio impacto de las medidas de Moncloa en sus planes y apuesta por remitir una propuesta propia para "un marco adecuado de remuneración", a la vez que se acoge a una supuesta excepcionalidad en el decreto que permite mantener pagos a los recintos de "mayor rendimiento".

Esa posibilidad aparece en la normativa publicada el pasado sábado en el BOE, aunque sin demasiada concreción. Al margen de la supresión de las tarifas y complementos por eficiencia, "el Gobierno podrá establecer reglamentariamente regímenes económicos específicos para determinadas instalaciones de régimen especial, así como el derecho a la percepción de un régimen económico específico".

¿Cuáles? "Aquellas instalaciones de producción de energía eléctrica de cogeneración o que utilicen como energía primaria, energías renovables no consumibles y no hidráulicas, biomasa, carburantes o residuos agrícolas, ganaderos o de servicios". Incluso aunque tengan una potencia superior a los 50 MW, el límite para saltar a ser considerada del régimen ordinario.

Pero con condiciones. El Ministerio de Industria avanza que tendrá en cuenta la potencia instalada, el nivel de tensión de entrega de la energía a la red, la contribución "efectiva" a la mejora del medio ambiente, el ahorro de energía primaria, la eficiencia energética, el tipo de energía empleada, los costes y "unas tasas de rentabilidad razonables".

Sobre la propuesta en la que trabaja el departamento de Javier Guerra no hay detalles. La consellería –que sigue adelante con el concurso– pide tiempo para estudiar los cambios. En todo caso, insiste en la defensa "de los intereses de la comunidad" y del "alto nivel de eficiencia" de los parques en Galicia.

Críticas al bipartito

La Xunta no critica directamente a Industria, pero culpabiliza al "bipartito" de "paralizar" el desarrollo del sector con el "freno" a la entrada de megavatios en el registro de preasignación –las instalaciones en ese trámite siguen teniendo derecho a primas–, "lo que hace más complicada la situación de la comunidad". Al Ejecutivo de Zapatero le achaca el resto de la culpa, con un "déficit tarifario insostenible" por "la falta de una política energética".