Xunta, patronal y sindicatos UGT y CC OO se sentaron ayer de nuevo a la mesa para firmar, en el marco del diálogo social –en el que la CIG no participa–, catorce nuevos acuerdos para fomentar la creación de empleo, incrementar la competitividad del tejido productivo o prestar atención a las personas en riesgo de caer en situación de exclusión. De los catorce, el de mayor calado está orientado al fomento de la contratación de los considerados colectivos más desprotegidos y con mayores dificultades para acceder al mercado de trabajo: los jóvenes sin cualificación y los parados de larga duración, desempleados que agotaron el cobro de las prestaciones, beneficiarios de la Renta de Integración Social (Risga) o personas sin trabajo de más de 45 años. Para ellos, se han creado sendas modalidades específica de apoyo, de carácter experimental, que prevé incentivos para las empresas que los contraten de entre 2.500 y 6.000 euros.

También hay otros acuerdos para mejorar la movilidad de los trabajadores, favorecer la integración social y laboral de las personas que cobran el Risga, incrementar la participación de los agentes sociales en los órganos consultivos de la Xunta o una apuesta por mejorar el suministro energético y la autosuficiencia para impulsar la competitividad empresarial. El resto de los acuerdos, aunque se firmaron ayer, ya se conocían con anterioridad, porque el Gobierno gallego y los agentes sociales fueron informando de ellos conforme se alcanzaba el consenso, como los referentes al sector naval, para crear un sello de calidad, o a la automoción.

Estos pactos, cuya principal finalidad es la de crear empleo, se firman precisamente cuando el desempleo en Galicia, y también en España, alcanza niveles históricos. Actualmente en la comunidad hay 258.234 parados, 48.000 más que cuando el PP de Feijóo llegó a la Xunta.

El programa destinado a fomentar la contratación de jóvenes sin cualificación combinará la formación en un centro reglado, para adquirir la acreditación, con un contrato laboral posterior con una duración mínima de seis meses. El incentivo para la empresa será de 2.500 euros, que podrá obtener otros 2.500 si convierte, después, en indefinido el contrato. La Consellería de Traballo considera que al menos se apuntarán 300 jóvenes a los cursos de formación.

El segundo programa novedoso está dirigido a los parados de larga duración, desempleados que agotaron las prestaciones, beneficiarios de la Risga o personas sin trabajo de más de 45 años. La modalidad consiste en combinar un contrato a tiempo parcial del 70% de la jornada con el resto del tiempo dedicado a mejorar sus capacidades laborales. Para las empresas que se acojan a esta línea, los incentivos serán de 3.500 euros, con la posibilidad de llegar a los 6.000 si finalmente el contrato se convierte en indefinido.

El resto de las modalidades ya existentes, continúan como hasta ahora, que junto con las dos nuevas, dispondrán para este año de un presupuesto de 11,5 millones de euros.

Para mejorar las posibilidades de desarrollo de las personas perceptora de la Risga, se ha llegado a un acuerdo para cambiar su funcionamiento, abandonando su concepción anterior, de ser considerada únicamente como una prestación económica de emergencia con carácter temporal. Ahora su filosofía es otra, pues la ayuda en sí se compaginará con un itinerario personal para salir al mercado de trabajo. La prestación básica se mantendrá, pero habrá una cuantía adicional para las personas que se esfuercen por encontrar un trabajo, como inscribirse en cursos de formación, y cuando encuentre un empleo, la Risga se mantendrá durante los seis primeros meses, aunque se irá mermando cada mensualidad hasta extinguirse.