La familia de San Cristobo de Cea (Ourense) que sobrevivió al naufragio del 'Costa Concordia' ha regresado este martes "con mucha emoción" a su domicilio tras haber vivido una "experiencia horrible" en la que pensaban que "morirían" porque era "igual que el Titánic".

Anunciación Fernández, que viajaba en el barco para celebrar su Bodas de Oro en compañía de su marido y su hija, ha explicado que llevaron un susto "muy grande" cuando comenzaron a notar "movimientos" en el barco y durante una hora "la luz se iba y volvía" y "nadie se creía que era un fallo eléctrico".

Ha relatado que se encontraban cenando y comenzaron a "venirse los platos y los vasos encima nuestro". Al colisionar el barco con una roca "había un agujero de 70 metros y no dábamos salido porque todo estaba lleno de cristales". En ese momento, su hija "fue al camarote a buscar los salvavidas" que se encontraban el camarote. "En ese momento sentimos que nos moríamos pero no sabíamos lo que pasada", ha afirmado y "nadie informaba".

Anunciación Fernández ha manifestado que no podrían creer que se trataba de un fallo eléctrico porque "el barco se estaba hundiendo" porque "el barco se torció todo". "Cuando íbamos a salir para coger los botes íbamos cogidos unos con otros", ha afirmado.

Además, ha señalado que el "peor momento" que calificó de "horrible" fue cuando los pasajeros trataban de subir a los botes para salvar sus vidas. "Fue horrible, peor imposible porque ve uno que se muere y nada más. Menos mal que mi hija fue a buscar los salvavidas aunque yo le decía que si me caía al agua me moriría igual", ha comentado.

Bote

La familia de Cea logró alcanzar el "primer bote" donde "iban muchos más de lo que se podía". "La gente andaba a cien para poder salvarse pero llegamos a la isla y nadie nos dijo nada, nadie nos informó de nada y cada uno tuvo que valerse como pudo. Lo bueno es que vimos enseguida tierra y eso hace que uno vuelva a respirar", ha manifestado.

Anunciación Fernández señaló que pasaron "mucho frío" porque estaban "con lo puesto" aunque agradeció que la "gente de la isla" fue "muy buena" con ellos y les "ofreció cama para dormir y fue la gente del pueblo quien socorrió a todo el mundo."

La mujer, que se encuentra trasplantada de un riñón, afirmó que precisaba de su medicación que había quedado en el camarote del barco y cuando alcanzaron tierra "no querían" dársela "porque valía 500 euros y eso les molestaba". Posteriormente, "mi hija insistió para que nos llevaran a un hospital y gracias a una doctora me la dieron" aunque para ello tuvieron, recuerda, "que estar desde las siete de la tarde hasta las doce de la noche".

Esta superviviente aseguró que desde entonces no ha podido "dormir bien" y que ahora piensa "mucho más" en lo sucedido. además, ha añadido que fue "una pesadilla" pero "con final feliz".