A los altos cargos de la Xunta ya no les estará esperando siempre el mismo coche oficial ni el mismo conductor, pero seguirán teniendo a su disposición el parque móvil autonómico. A partir del primer trimestre del próximo año, solo el presidente, los diez conselleiros y los cinco delegados territoriales tendrán asignado un coche con chófer en exclusiva. Los 160 altos cargos restantes perderán este privilegio y los vehículos que usan ahora pasarán a integrarse en la "flota de incidencias" del Gobierno autonómico.

Este cambio, sin embargo, no significará que no usen coche oficial, sino que ahora tendrán que solicitar uno cada vez que lo necesiten. "Y se les asignará el que esté disponible", explicó ayer el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, tras la reunión del Consello de la Xunta, que aprobó este cambio en el funcionamiento interno de la Administración. En estos momentos, el vehículo que tienen asignado los altos cargos permanece paralizado hasta que éste se desplaza.

La Xunta asume con este sistema parte de una propuesta planteada en verano por el diputado socialista José Manuel Lage, que pedía que los coches oficiales no acudiesen a recoger a los altos cargos a sus domicilios.

Rueda prevé con este nuevo sistema un ahorro de 1,3 millones de euros anual: 190.000 en gastos de funcionamiento, 633.000 en seguros, 182.000 en horas extra y 360.000 en gasto de taxis para notificaciones judiciales, que ahora aprovecharán estos coches para realizarlas, detalló el conselleiro.

La norma no afectará a todos por igual. Un 30% de altos cargos –directores xerais y secretarios xerais, entre otros– reside en Santiago, donde se ubica la sede de la Xunta en el edificio de San Caetano. A partir del próximo año estos tendrán que acudir a su puesto de trabajo cada mañana por sus propios medios: un vehículo ya no irá a buscarlos a su casa, como ahora. Sí lo harán para los otros 55 altos cargos que viven fuera de la capital de Galicia, si bien estos deberán compartir vehículo con aquellos que tengan su domicilio "en su misma área geográfica". Presidencia ultima cómo organizar estos turnos y prevé una media de ocupación de "tres personas por vehículo".

Rueda, que compareció ante la prensa junto al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, explicó que esta decisión no supondrá despidos, pero sí permitirá optimizar las plantillas. "No habrá que cubrir bajas", dijo a modo de ejemplo antes de indicar que ahora los vehículos estarán a disposición de las necesidades de la Administración y no solo de los altos cargos. "Prescindiremos de coches, para ganar productividad y reducir el gasto en taxis", declaró también Núñez Feijóo.

Primera fase

La medida aprobada ayer supone la segunda fase del plan de racionalización del parque móvil de la Xunta, que, según Presidencia, ha supuesto en una primera fase un ahorro de casi tres millones de euros en lo que va de legislatura. Máis de un millón y medio se ahorro en el gasto de funcionamiento de los vehículos, 128.000 en pólizas de seguros, 154.000 en vestuario de los conductores y 500.000 en notificaciones judiciales que no se realizaron en taxi, entre otras cuestiones.