La Xunta aumentará las restricciones sobre los eucaliptos. La nueva Ley de Montes prohibirá plantar estos árboles en zonas de bosques autóctonos. No se podrán intercalar estas especies, consideradas invasoras, con árboles frondosos caducifolios, característicos de Galicia, como los castaños, los robles, los nogales, abedules o alisos... Y, en caso de incendio, tampoco estará permitido repoblar estos montes con eucaliptos. Además se mantiene la obligatoriedad de solicitar un informe de impacto ambiental cuando se quiera plantar un eucaliptal con una superficie superior a las 5 hectáreas.

"Se establecen cortapisas importantes a los eucaliptos. Se incrementan los sistemas de control", sostiene el director xeral de Montes, Tomás Fernández-Couto. Aunque ya existe un decreto, del año 1989, que regula las plantaciones de eucalipto en Galicia y en el que, con carácter general, se impide sustituir una masa frondosa autóctona por un eucaliptal, esta norma estaba teniendo poca repercusión práctica puesto que hasta ahora la Consellería de Medio Rural no podía delimitar la extensión y ubicación de los bosques de especies autóctonas. Una de las novedades que introduce la nueva Ley de Montes es la obligación de la Xunta de inventariar estas masas arbóreas. "Es un avance importante, porque a partir de ahora quedarán registradas y ahí no podrás introducir ni intercalar eucaliptos y además lo haremos por ley", aclara el director xeral de Montes.

Esto supone un giro radical a las políticas públicas que se estaban desarrollando hasta ahora. Aunque el bipartito intentó poner coto a la proliferación de eucaliptos no llegó finalmente a aprobarse ninguna medida para restringir su expansión. Esta especie se introdujo durante el franquismo y en los años noventa su plantación llegó incluso a estar subvencionada. Se trata de un árbol de crecimiento rápido, lo que le da ventaja con respecto a otras especies destinadas al aprovechamiento de la madera. Sin embargo, es invasora y ha ido ganando terreno en los últimos años a costa de las especies autóctonas, además de empobrecer los suelos y de que su elevado carácter pirófito favorece la propagación de los incendios. Según un informe de Greenpeace, podrían ocupar cerca de 245.000 hectáreas de monte gallego. Se estima que de los 600.000 propietarios forestales que hay en Galicia, al menos 120.000 poseen fincas con eucaliptos.

"Con la nueva ley garantizamos que las masas autóctonas que tenemos no van a desaparecer", advierte Fernández-Couto.