Galicia vivió ayer una nueva jornada negra de incendios. Decenas de fuegos asolaron Galicia, pero de forma especial la provincia de Ourense, sonde se registraron los mayores daños. Al caer la noche, un frente de diez kilómetros en llamas entraba en el área de mayor protección del parque natural de Xurés. La Consellería de Medio Rural informó que al menos fueron arrasadas 700 hectáreas de monte raso y arbolado, teninedo en cuenta que la Xunta solo contabiliza los incendios mayores de 20 hectáreas.

De poco sirvió que como medida de prevención, el Gobierno gallego tomara la decisión de reforzar este fin de semana la presencia policial en los montes, desplegando hasta 90 agentes de la Policía Nacional adscrita a la comunidad autónoma, casi el cuádruple de lo normal.

Pero eso no impidió que se registraran decenas de fuegos, muchos de ellos provocados durante la madrugada del sábado, como el que se produjo a caballo entre los municipios de Pontevedra y Poio. Varios focos diseminados y consecutivos que se inciaron sobre la una y media de la madrugada pusieron en peligro varios núcleos de población, casas y establos.

"Pasamos toda la noche sin dormir para defender la casa del fuego", aseguraba Severino Fernández, un vecino de Poio. "Si no trasladáramos los animales, estarían todos muertos", añadía su hermano Enrique. Los vecinos sostienen que los focos fueron apareciendo a lo largo de la carretera que comunica A Caeira con Campañó, por lo que están convencidos de su origen intencionado.

El despliegue de medios en toda Galicia fue máximo y exigió la participación de la Unidad Militar de Emergencia en los incedios de Paderne de Allariz y Pontevedra, donde las llamas cercaron un almacén de bombonas de butado en Campañó. Además del Ejército, en las tareas de extinción pariciparon dos helicópteros y seis aviones. Cuando se controlaron las llamas, ya habían arrasado con 72,5 hectáreas.

De grandes proporciones también fue el incendio registrado en el parque natural de Xurés, en el concello de Lobios. El fuego creó un frente de diez kilómetros que, al caer la noche, amenazaba la zona de mayor protección. A las ocho de la tarde, el incendio seguía fuera de control tras haber consumido más de cien hectáreas. Otro incedio que engulló más de cien hectáreas fue el producido en Manzaneda, pero el de mayor envergadura de los registrados fue el de San Cristovo de Cea, que ayer se dio por controlado tras arder varios días. Medio Rural cifra en 156 las hectáreas devastadas por las llamas.

El mayor riesgo, en todo caso, se dio en la parroquia de Chas, en el municipio de Montederramo, donde se declaró el nivel 1 de alerta durante un par de horas, ante el peligro de que las llamas afectaran a la población o a sus bienes, y A Peroxa, que a medianoche seguía vigente.

También se registraron incendios, según el parte facilitado por Medio Rural, en Monterroso, Vilar de Barrio, O Bolo o Carballedo, en todos los casos con una afectación superior a las 20 hectáreas.