El ministro de Fomento y portavoz del Gobierno, José Blanco, advirtió ayer de que no dará "pábulo a difamaciones ni a falsedades" vertidas contra él en la Operación Campeón y dejó claro que no se arrepiente de haber exigido responsabilidades a políticos del PP cuando se han visto envueltos en escándalos. "Soy creyente, el examen de conciencia me lo hago todos los días, pero no tengo nada de lo que arrepentirme", dijo al concluir el Consejo de Ministros. El principal imputado en la Operación Campeón por una supuesta trama de subvenciones fraudulentas de la Xunta, Jorge Dorribo, lo acusa de cobrar 400.000 euros en comisiones a cambio de conseguir por parte del Ministerio de Sanidad un trato favorable a sus empresas de elaboración de fármacos. El departamento de Sanidad desmiente este supuesto trato de favor.

Preguntado Blanco por si en los últimos días ha recibido mensajes de apoyo del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, respondió que éste le transmite "todos los días" mensajes "de ánimo y de apoyo", pero "no sólo en esta semana" sino desde que empezaron a trabajar juntos. Sobre las explicaciones que él exigió al entonces presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, por el caso Gürtel, Blanco avisó que no entraría en el "juego de las diferencias" porque "no es el momento".

El ministro añadió también que no tiene intención de "estar desmintiendo cada día una cadena de falsedades" en relación con la trama y recordó que ha solicitado a la juez el levantamiento parcial del secreto del sumario para que esté claro "quién ha vertido falsedades" y a partir de ese momento poder ejercer acciones legales, civiles y penales, para que "caiga todo el peso de la ley" sobre quien le ha "calumniado gravemente".

El titular de Fomento hizo hincapié en que había que diferencia entre los "hechos", que el Gobierno central no dio ninguna ayuda a las empresas de Dorribo, y las "falsedades", que son las "presuntas declaraciones de un presunto delincuente que ha sido encarcelado por falsedad y por fraude".

Sobre la Operación Campeón se pronunció ayer también el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, quien censuró el "sinsentido" de las denuncias realizadas por el PSOE gallego, que ven una relación directa entre la reunión que Feijóo mantuvo con Dorribo en octubre de 2010 y las subvenciones que la Xunta concedió a Nupel a los pocos meses. "Cuando hay luz y taquígrafos, no hay problema", comentó Rueda, por el hecho de que la audiencia fuera oficial y se desarrollara en el despacho del presidente de la Xunta.

Por su parte, el Ministro de Justicia, Francisco Caamaño, destacó ayer que siempre pide al Consejo General del Poder Judicial que investigue todas las filtraciones y se mostró convencido de no hay nada contra el ministro. "Lo único cierto es que Dorribo llamó a las puertas del Estado y no se llevó nada, y llamó a la Xunta y, según parece, se llevó cuatro millones de euros", aseguró.

Y la asociación Preeminencia del Derecho ha presentado un escrito ante el Tribunal Supremo solicitando que se investigue al ministro de Fomento por un supuesto delito de tráfico de influencias derivado de las declaración judicial realizada por Jorge Dorribo. A juicio de esta asociación, la mera reunión en el área de servicio entre Blanco y Dorribo reúne visos de delito de tráfico de influencias con independencia de que estos hechos "hayan sido seguidos o no de gestiones efectivas" por parte del miembro del Ejecutivo.