"Desde que uso la quiropráctica ya no me duelen las cervicales". Elena Vargas es una veinteañera que sufre problemas de espalda y hace poco que acude al quiropráctico porque la fisioterapia no le ayudaba. "Ahora me noto mucho más relajada", asegura la joven. No es el único caso. Fina Rivas asegura que se curó de un asma alérgica a los 20 años gracias a las terapias naturales y a un cambio en sus hábitos de vida. "Me puse a tratamiento y al año habían desaparecido todos los síntomas de la enfermedad", relata. Ésta es una de las razones por las que quiso conocer más sobre la medicina naturista. Dejó la carrera de Psicología y ahora trabaja en una clínica como especialista en reflexoterapia podal.

A Tino, Fina consiguió curarle el escepticismo cuando le detectó un problema de intestino con solo mirarle la planta del pie. Tino lo confirma. "Es asombroso que se pueda dibujar un problema de salud en un lugar así", explica este joven. Fue necesario que pasasen tres años para que los médicos le detectasen una colitis ulcerosa.

Estos son solo tres ejemplos que evidencian que la medicina natural está en auge. El delegado en Galicia de la Federación Española de Terapias Naturales, Juan Luis Gómez, le pone cifras e indica que un 30% de la población gallega ya se encomienda a los métodos naturales para poder aliviar sus males de salud. Además, revela que aunque seguimos estando a la cola en su uso, la confianza en estos remedios primitivos va en aumento en nuestra comunidad. "Cuando el paciente toma primer contacto, la desconfianza inicial desaparece. Además, aquí hay la tradición del curandero y el brujo", explica.

Incontables son las técnicas tradicionales de sanación que se podrían incluir dentro del conjunto de la medicina natural. A opinión de Gómez, las terapias manuales como la Osteopatía o la llamada medicina energética del Reiki triunfan entre los gallegos. "Esto es porque la población gallega esta más envejecida y el carácter tiende a ser más depresivo por culpa del clima", subraya.

No obstante, buena parte del colectivo médico desconfía de las terapias alternativas debido a la falta de estudios que prueben su eficacia. "Cuanta menos base científica tengan, menos vamos a estar conformes", informan desde el Colegio de Médicos de Pontevedra. En cualquier caso, el paciente es el que sentencia. "Ambas medicinas son buenas (...) La medicina convencional es una joya, pero la medicina alternativa también", zanja Fina.