Es investigador especializado en neumología y biólogo de formación. Tras años en los laboratorios, tanto en Galicia como en el extranjero, en diciembre se acaba su contrato. Todavía no sabe si se irá al paro o si habrá posibilidad de seguir en el Instituto de Investigación Biomédica (INIBIC) vinculado al Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña.

En su situación están otros dos compañeros, de modo que, si no consiguen continuar, el proyecto en el que trabajan quedará a medias, sin terminar. "Es una pena que teniendo un proyecto ya casi concluido (falta un año) no se pueda terminar por falta de personal. Y, en otros casos, hay personal y no se consiguen proyectos", comenta Luis Mariñas. Investiga sobre marcadores moleculares de diagnóstico precoz de cáncer de pulmón: "terapias celulares aplicadas a cáncer pulmonar y asma", añade para ser más claro. Le apasiona su trabajo, desde siempre, pero reconoce que no ha sido fácil ir pasando las diferentes etapas. Al principio, en la fase predoctoral, estuvo en Francia, Brasil y Barcelona. Regresó para leer la tesis. "Ya con una Ángeles Alvariño me pasé dos años en Madrid, en el Instituto de Salud Carlos III. El contrato te obliga a irte dos años al extranjero, a hacer tu vida fuera con 1.300 euros al mes. Eso, con 35 o 37 años y familia, pues es complicado", expresa Mariñas. Añade que incluso tuvo que adelantar dinero por retrasos en los pagos. "Entre siete y ocho meses en los que tuvimos que autofinanciarnos a la espera de cobrar", critica.

"Entiendo que no hay plazas pero todo el mundo, pero tenemos que conocer las reglas de juego; una previsión y no cambiar cada año de plazos y planes. Y lo que no tiene sentido es que le has costado a la Xunta cinco años de carrera, tres años de tesis, tres años de postdoctoral y después no te sacan partido como investigador, cuando ya estás formado, en las últimas etapas. Creo que es una equivocación", explica Mariñas.