Mientras unos 3.500 padres están en lista de espera para conseguir guardería para sus hijos, las escuelas infantiles privadas tienen un tercio de sus plazas vacantes. Según un estudio realizado por las tres asociaciones del sector, de las 12.000 matrículas que ofertan aún permanecen sin cubrir 3.600, justo las que necesitaría la Xunta para garantizar la atención a todas las familias que están en espera. La razón de que se estén vaciando las aulas de los centros privados es, por un lado, la caída de la natalidad pero sobre todo la crisis económica que fuerza a muchos padres a reducir el número de horas que dejan a sus hijos en las escuelas infantiles o bien prescindir directamente de este servicio y recurrir a la ayuda de los abuelos.

Una plaza en una guardería privada cuesta entre 300 y 400 euros al mes. Según Esmeralda de Saá, portavoz de Agadei, Asoga y Aeiou –las tres asociaciones que aglutinan a las empresas del sector– las familias están prescindiendo de servicios para reducir su factura mensual. "Ya no contratan el servicio de comedor ni de transporte y los traen solo en horario de mañana, cuando no los dejan todo el día con los abuelos", explica.

La consecuencia es que a principio del curso aún tienen 3.600 plazas vacías y por las tardes están a mitad de su capacidad. La situación es crítica y aboca al cierre a algunas de estas guarderías. Según las tres asociaciones del sector, en Moaña, Nigrán y A Coruña ya cerraron centros.

Una de los balones de oxígeno que reciben de la Administración es el cheque infantil, una ayuda que concede la Xunta para que los padres que no consiguieron plaza en la pública puedan matricular a su hijo en una privada. Sin embargo, la patronal se queja de que la cantidad que reciben del Gobierno gallego para pagar el servicio por alumno, unos 215 euros, no les permite cubrir costes. "Muchos centros se están dando ya de baja del cheque infantil porque no les compensa", se queja Esmeralda de Sáa.

A esto se suma el "retraso" en la resolución de las ayudas del cheque infantil puesto que iniciado el curso escolar aún no se han adjudicado las ayudas. Cuando se resuelva, parte de las plazas vacantes de estas guarderías podrán cubrirse, pero, según sospechan las tres asociaciones del sector este año se reducirá el número de cheques.

Por esta razón, exigen a la Xunta que concierte más plazas con las privadas y deje de abrir guardarías públicas. "La plaza le saldrá la mitad más barata que construir un nuevo centro", defiende De Sáa.

También reclaman que se les autorice para que, por las tardes, cuando tienen el 50 por ciento de las plazas vacantes, puedan ofrecer actividades complementarias a niños de hasta diez años de informática, baile o inglés y así sacar rendimiento a sus intalaciones.