La comunidad gallega será "pionera" en España en regular el uso de la energía geotérmica de muy baja temperatura para su aprovechamiento en instalaciones de calefacción, climatización y agua caliente en edificios. Así, aspira a contar ya durante esta legislatura con la primera empresa de fabricación de bombas de calor. La orden que regula esta fuente de energía la presentaron ayer el conselleiro de Economía, Javier Guerra, y el director xeral de Industria e Enerxía

Con esta norma, según destacó el conselleiro, la Xunta pretende "hacer accesible al conjunto de la sociedad gallega el uso cotidiano de la energía geotérmica". De hecho, precisó, la orden está diseñada para clarificar y facilitar el procedimiento de autorización de instalaciones de energía geotérmica.

Así, constituye un procedimiento administrativo "sencillo" y "exprés" para su desarrollo y obtención de la autorización de estas instalaciones, de manera que se clarifican los criterios exigibles a las bombas de calor para que estas instalaciones térmicas sean consideradas como instalaciones que emplean fuentes de energía renovable y regula el registro de aprovechamientos geotérmicos, asociados a las instalaciones térmicas.

El aprovechamiento de la energía geotérmica se basa, de manera sencilla, en un circuito cerrado y enterrado con un fluido en su interior que se calienta a unos 15 o 20 grados –que es la temperatura de la tierra a unos pocos metros de profundidad– y que, ya un superficie o dentro de una edificación, una bomba de calor se encarga de potenciar su poder calorífico para transferirlo al agua sanitaria o a la calefacción. Esta misma bomba, pero cambiando su ciclo de funcionamiento, también puede operar como climatizador al transferir a la tierra el calor extraído de la vivienda.

El conselleiro destacó que este sistema ya se ha implantado, en una fase de demostración, en algunas escuelas infantiles, la biblioteca de la Universidade de Vigo o el centro de salud de As Neves. Para llevarlo a cabo, colabora el Centro Tecnolóxico de Eficiencia e Sustentabilidade Enerxética (EnergyLab). La implantación de estas tecnologías en edificios de uso social supuso una inversión de un millón de euros por parte de la Xunta.