Las plazas de acceso a la universidad para el próximo año en toda España, teniendo en cuenta el cómputo de titulaciones, disminuye para el próximo curso: casi 6.000 plazas menos en el ámbito nacional para acceder a la Educación Superior. Solo hay un incremento significativo, aprobado por el Ministerio de Educación tras reunirse con las comunidades autónomas y que el propio departamento destaca: Medicina. El cupo de matrícula en el país aumentará un 1,5%, pasando de 6.813 pupitres a 6.919. El departamento que dirige Ángel Gabilondo dejó claro que es para hacer posible la formación del número de médicos que necesita el país.

Curiosamente, el único recorte drástico de plazas solicitado por las universidades gallegas para una titulación fue en la Universidade de Santiago para Medicina, una titulación pata negra que da prestigio a la institución académica. Sin cambios prácticamente en el conjunto de las titulaciones, pero Compostela solicitaba 100 plazas menos para el próximo curso para futuros médicos, rebajándolas de 400 a 300. El argumendo del decano de la Facultad, Juan Gestal, apoyado por el rectorado de la universidad compostelana, era justo el contrario al esgrimido desde Madrid: ajustarse a las necesidades del mercado laboral. Finalmente, la Xunta desoyó el criterio de recorte de la universidad compostelana y defendió en Madrid las 400 plazas actuales. Cifra que se aprobó definitivamente en la Conferencia Estatal de Política Universitaria.

¿Hacen falta médicos o no? ¿Cuántos se licencian cada año en la comunidad? ¿Cuántas plazas para médicos residentes (MIR) se crean en los hospitales y centros de salud de la comunidad gallega? ¿Se ajusta oferta y demanda?

Los datos son significativos. Este año hay 339 plazas en los complejos hospitalarios gallegos para médicos que acaban la carrera e inician su especialidad, es decir, médicos internos residentes. Pese a que hay 400 plazas de acceso, suelen licenciarse cada año entre 250 y 270 facultativos en Galcia, lo que cubriría de modo estimativo, el 75% de los puestos para doctores en la comunidad. Como referencia, en el ámbito nacional, los últimos datos hablan de 7.131 puestos MIR y 6.813 plazas de acceso al conjunto de facultades. Según expertos en docencia, el excedente de plazas MIR al año en comparación con los licenciados en el país es de 1.500 puestos. En este punto entraría el debate del porcentaje de médicos comunitarios y extracomunitarios en la sanidad pública del país.

Si no sobran facultativos para cubrir todas las especialidades, ¿por qué ese intento de recortar plazas lanzado por la universidad compostelana y que fue rechazado, además, por la Dirección xeral de Universidades? Especialistas de las comisiones de docencia clínica de los hospitales de Vigo y A Coruña consultados por este periódico, que prefieren salvaguardar su identidad debido al actual debate sobre la descentralización de la docencia de Medicina y hasta que esta polémica se resuelva, aseguran que el motivo que se esconde tras este intento de recorte es precisamente ese, la descentralización.

Solo hay una titulación de Medicina en Galicia, de larga tradición y prestigio, que es la de Santiago. Una titulación y una facultad. La propia universidad compostela advirtió en numerosas ocasiones que carecía de capacidad para formar a tantos alumnos. ¿Solución? En la parte práctica, utilizar los hospitales de las demás ciudades, hasta ahora Vigo y A Coruña; un hecho desde hace años.

Debate de fondo

El problema y el debate, en estos momentos en auge, surge cuando tanto la Xunta como las demás universidades (Vigo y A Coruña) apuestan por formar también a los alumnos de 2º ciclo en la parte teórica. Hubo varios intentos en los últimos meses de sacar adelante aulas experimentales, para grupos reducidos, para iniciar poco a poco la descentralización teórica. Santiago se negó rotundamente, mientras que la Xunta abogó siempre y aboga por valerse de todas las infraestructuras sanitarias de Galicia para optimizar la formación de los futuros facultativos.

"La clave está en utilizar la capacidad logística de Galicia para formar a esos 400 médicos anuales y no en reducir las plazas para evitar el problema. Recortas las plazas y se acaba el debate de la descentralización. No es así. Es un error. ¿Qué ocurre? Que si se merman las plazas y ya no hace falta compartir la docencia porque puede sola la facultad de Santiago, parece eliminarse un problema. Pero, ojo, con esta reducción se puede resentir el sistema sanitario gallego en tres o cuatro años, cuando se note la falta de facultativos, y en unas especialidades más que en otras", explica un docente clínico vigués, que añade que con esta teoría de menos plazas, "no se traslada la teórica y Santiago no tiene nada que temer; como si se sembrara en otras facultades la necesidad de tener una segunda titulación de medicina en Galicia o incluso una segunda facultad, que es el gran temor de Compostela".