Al menos por el momento, todas las medidas concretas de contención salarial para la plantilla que Novacaixagalicia expuso primero en el consejo de administración y luego a los sindicatos como parte fundamental de su estrategia para cumplir el decreto de solvencia se quedan solo en ideas. En "ejemplos", como explicó ayer el director general adjunto, Javier García de Paredes, en un nuevo encuentro con los representantes de los trabajadores. La entidad cambia sus planes iniciales ante el revuelo generado, y la amenaza incluso de huelga, por "una hoja en blanco" que prevé llenar de contenido a partir de la semana que viene en una mesa de trabajo. La cúpula acudirá a la negociación con "todos los esfuerzos" necesarios para lograr el "máximo consenso", pero con la advertencia también de que la reestructuración en los gastos es "obligada". Del otro lado, el personal también tiene su propio aviso. Que hay muchos capítulos a los que se puede meter la tijera. "Pero por el de los sueldos no pasaremos", coinciden sus portavoces.

Fue una cita breve, de poco más de veinte minutos. Los sindicatos empezaron por pedirle marcha atrás a la caja con una carta pactada entre todas las formaciones, salvo UGT, que optó por entregar un dossier con sus planteamientos de ahorro. De Paredes admite que, al margen de las cuestiones que lanzó en un principio la dirección –el fin de la extra de beneficios, con los trienios únicamente en las pagas ordinarias y la congelación salarial– , "podría haber otras". "Nos dijo, en palabras textuales, que el partido empezaba con un documento en blanco", asegura Luis Mariño, de CC OO.

"No tenemos ninguna intención de adoptar medidas unilaterales, salvo que no encontráramos un consenso que pretendemos encontrar siempre, y haremos todos los esfuerzos para encontrarlo", explicaba el director general adjunto a la salida de la reunión. Javier García de Paredes recuerda que los nuevos requisitos de fondos propios impuestos por el Gobierno cambian las reglas de juego en la reestructuración financiera y las fusiones que estaban en marcha. "Como consecuencia, la dirección tiene la obligación –defiende– de implementar esas nuevas medidas que afectan a los costes de explotación y lo vamos a hacer, pero lo vamos a hacer con el máximo consenso sindical". Novacaixagalicia habla de "ajustes" que afectarán "a todo el cuadro de personal". "La dirección es cuadro de personal", añade De Paredes, que, eso sí, niega que exista ninguna predisposición a recortar los salarios entre un 5% y un 20%.

Pero el objetivo es la reducción de los gastos de explotación, la partida en la que está incluida –y que más peso tiene–, el mantenimiento de la plantilla, en 43,5 millones al año hasta 2015. Un descenso del 20% para que la eficiencia se quede en el 50%. Es decir, que la mitad de los ingresos se queden en el bolsillo. Ahora, el coste de la explotación del negocio absorbe más del 60%.

La vuelta de tuerca en la revisión de gastos forma parte del plan de recapitalización interna con el que Novacaixagalicia quiere aminorar la petición de dinero público al FROB y donde las dos vías para adaptar sus recursos pasan por la desinversión en grandes créditos y acciones en empresas de bolsa por valor de 2.900 millones, además del saneamiento en 3.000 millones del balance tanto por los préstamos dudosos como en inmuebles.

Acuerdo

En el camino hacia ese clima de entendimiento que persigue la entidad, todas son buenas palabras para los sindicatos, a los que, por cierto, se les pidió durante el encuentro que evitaran los comentarios con los medios de comunicación. De Paredes destaca "el ejercicio de responsabilidad" que están demostrando. "Su compromiso con los trabajadores, pero también su compromiso con la entidad", afirma.

Pues a los sindicatos les cuesta creer que la retirada de las propuestas por parte de la caja sea "real". "Tampoco es así exactamente", asegura Mariño. "Ellos las ponen como medidas posibles a la espera de otro tipo menos malas. ¿Retirada efectiva? Nosotros, desde luego, somos muy cautelosos", insiste. Más que nada porque los sindicatos son conscientes de que el pago al personal se llevan el papel protagonista de todos los gastos de explotación. Unos 640 millones de euros de un total de 931,5 en el agregado de los balances de las cajas gallegas entre enero y diciembre del pasado año. "Se nos ocurren muchos gastos que se pueden tocar", incide.

El mismo mensaje que sale desde la CIG. "No vamos a entrar a negociar ningún tipo de recorte, nos da igual que sea en una paga o en un concepto salarial, al final es prácticamente los mismo –señala Clodomiro Montero–. Lo que están tratando es de decirles a los posibles inversores que están dispuestos a todo con tal de ganar rentabilidad". Los representantes de la plantilla han pedido a De Paredes información sobre la evolución del ERE con las prejubilaciones y cuántos altos cargos se apuntaron a esa medida y las indemnizaciones que cobraron, además de "transparencia" con "la subida salarial" decida en octubre en la cúpula.

"¿Ellos se lo suben y nos piden a nosotros que lo bajemos?", critica. Montero calcula que la suma de lo que cobraban las direcciones de ambas entidades antes de la fusión equivale al salario de 721 trabajadores que superen los 20 años de antigüedad. Tanto la CIG como UGT reconocen que la amenaza de movilizaciones sigue en pie, aunque en este momento prefieren ser discretos con la posibilidad de llevarlas a cabo.

Propuesta en solitario

La propuesta de UGT recoge, entre otros muchos aspectos, la incorporación a las sedes centrales del personal que trabaja ahora en unidades de servicios desplazadas, la eliminación del servicio de plazas de garaje, la disposición de coches oficiales solo para copresidentes, director general y adjunto, la revisión de las fórmulas de contratación de empresas externas para garantizar ofertas más baratas, la restricción de los teléfonos móviles, la fusión de las fundaciones y la adecuación de los macroórganos de gobierno "a las necesidades reales". Incluso apuesta por la ampliación del ERE para facilitar la salida de otros 550 trabajadores que cumplan los 55 años hasta 2013. El sindicato asume la importancia de la austeridad, pero sin medidas "injustas", por lo que pide que la dirección general preste "un apoyo claro, explícito, duradero y ejemplar".