En Galicia existen 48.459 apellidos diferentes y de ellos 17.383 son únicos, es decir, solo aparecen mencionados una vez en el censo del Instituto Nacional de Estadística. Así que si se apellida Foz, Teixugueira, Pucho, Cacheira, Pedrafita, Láncara, Cans, Ames, Artes, Belvís, Arcea, Orella, Maiolo, Diaño, Paradanta, Castela, Esmeriz, Fompedriña, Esteviño, Manteiro o Paíño es alguien único porque solo usted posee ese apellido en toda Galicia. La parte negativa es que dichos patronímicos tienen muchas posibilidades de extinguirse, según alertaron Xulio Sousa y Ana Boullón, investigadores del Instituto da Lingua Galega (ILGA), de la Universidade de Santiago.

Durante la presentación de la aplicación informática que permite, a través de la web http://ilg.usc.es/cag, consultar la frecuencia con la que aparecen todos los apellidos que existen en Galicia –según el censo del Instituto Nacional de Estadística de 2001–, los especialistas defendieron la necesidad de "restituir" las formas originales de los apellidos gallegos, víctimas de la castellanización, para evitar que desaparezcan. Así lo señaló Ana Boullón, quien insistió en que no se debe hablar de "galleguizar" los apellidos, puesto que, afirma, estos son ya gallegos, solo que su grafía se ha castellanizado –así ocurrió, indicó, con alrededor del 16 por ciento del total– en un determinado momento de la historia. Al respecto puso como ejemplo Feijóo o Teijeiro.

Asimismo, recordó que ya se puede hacer esta "reversión del proceso" de manera legal y que el ILGA está trabajando en un "diccionario" en el que van a proponer "una forma de estandarizar" los apellidos gallegos, aunque la última palabra, añadió, la tendrá la Real Academia Galega, que es la que tiene "potestad normativa". "En breve publicará una relación de las formas estandarizadas en gallego para que pueda ser consultada y que se hará llegar a los registros", añadió.

Si bien la "mayoría" de los 17.383 apelativos únicos están vinculados con ciudadanos de origen extranjero, argumentó Ana Boullón, muchos son de origen gallego y corren peligro porque, además, los apellidos "tienden a concentrarse en las formas más frecuentes". Entre los apelativos de origen gallego que se encuentran en peligro detallaron algunos relacionados con la toponimia (Foz, Sada, Compostela, Noalla, Lidor, Láncara, Grove, Formariz), otros procedentes de motes (de animales, como Becerro, Aguia o Galiña; de partes del cuerpo, como Orella o Poutas; de características físicas o psíquicas, como Esquerdeiro o Maiolo, o de otro tipo, como Diaño, Diñeiro, Trueiro o Casiña), otros conectados a profesiones antiguas (Alfaiate o Zapateiro) y, finalmente, los originados en nombres antiguos (Goriño o Oliveiros).

La web presentada por Boullón y Sousa proporcionará, indicaron, información a disciplinas como la dialectología (a través de variantes de apellidos como Louzán y Louzao o de los que acaban en -ez o en -es, como Vieitez o Vieites), la historia del léxico, la demografía (sobre todo interior, del campo a la ciudad, que se nota en apellidos vinculados a topónimos) o la genealogía.