-En Galicia hay casi un 7% de jóvenes gallegos que renuncia al trabajo por cargas familiares. ¿Por qué?

-Habría que analizar mucho los datos. Puede ocurrir que muchos vivan con sus padres y respondan que están a su cargo. De todas maneras, estamos viviendo una redefinición de los papeles del hombre y la mujer.

-¿Se está normalizando que lo haga el hombre?

-Los cambios culturales son lentos. La profesora Marina Subirats habla de una nueva frontera por la igualdad que aún no se ha cruzado. Por lo general son las mujeres quienes se hacen cargo de sus familiares.

-¿Cambia en los jóvenes?

-En la medida en que no pueden emanciparse y viven con sus padres responden que los cuidan. Ahora es bastante más complejo independizarse y la inserción laboral exige inestabilidad hasta los 30 años. Pero en el caso de cuidar de los hijos, las parejas jóvenes se plantean quién tiene el mejor trabajo y deciden quién se queda en casa en función de eso. Antes no existía ese planteamiento.