Por sí sola, como región, Galicia supera con creces la producción eólica de la mayoría de países de la Unión Europea durante el pasado 2010, un ejercicio, en general, inmejorable para el negocio del viento. Tan bueno en el caso de la comunidad que permitió batir todos los récords históricos, hasta los 8.416,3 gigawatios por hora (GWh), casi un 30% más que el año anterior. Sin apenas evolución en la potencia instalada, en la capacidad para generar más electricidad por el parón que vive el sector a la espera de lo que ocurra con el macroconcurso de la Consellería de Economía –el segundo reparto tras la paralización del proceso impulsado por el bipartito– y el ritmo que impondrá el Gobierno central a la entrada de más parques, la clave del incremento está en las condiciones meteorológicas. En los temporales y los abundantes días de inestabilidad. De ahí que también los embalses de la comunidad registraran un balance energético sin precedentes.

La producción acumulada por los aerogeneradores representa casi el 29% de toda la electricidad que aportó la comunidad en 2010 al conjunto del sistema, alrededor de 29.300 GWh, según las estadísticas provisionales del Ministerio de Industria, y frente a los 26.700 de 2009. De nuevo Galicia se puso a la cabeza en el aprovechamiento del viento como fuente energética. Pese a que Castilla y León y Castilla-La Mancha la adelantaron hace ya un par de ejercicios en potencia instalada, la actividad de sus parques fue menor, con 7.790,8 y 7.735,2 GWh, respectivamente.

Un liderazgo que se traslada incluso al conjunto del continente. Solo España en su totalidad –por primera vez también a la cabeza del resto–, Alemania, Reino Unido, Francia y Portugal experimentaron una producción de su eólica más elevada que la de Galicia. La autonomía precede a grandes potencias europeas como Italia (8.374 GWh) y Dinamarca (7.808) en el ranking elaborado por el observatorio europeo para el seguimiento del sector, Eurobser´ER, e incluso es más alta que la producción que suman los Países Bajos y Suecia, los siguientes en la lista.

Durante lo que va de 2011, la eólica en España se anotó otro importante hito en su particular historia. Fue la tecnología con mayor producción de electricidad. El 21% del consumo se cubrió con la aportación de los parques, lo que permitió, evidentemente, que todas las renovables tuvieran un lugar destacado en la cesta energética del mes pasado, hasta el 42,2% de la demanda de hogares e industrias. ¿La eólica podría convertirse este año en la principal generadora? No. El presidente de Red Eléctrica de España (REE) lo descartaba hace unos días en la rueda de prensa anterior a la Junta de Accionistas de la compañía. "Lo que esperamos es que la eólica siga aumentando y se acerque a los dos primeras tecnologías", explicaba Luis Atienza. Esas dos fuentes principales son los ciclos combinados, con el 23% de la producción en 2010, y la nuclear, con el 21%.

La integración en la red de toda la producción eólica gallega y la del resto del país no es una tarea sencilla. Porque sí, es una fuente limpia, que ayuda a combatir el cambio climático, pero que todavía tiene una gran asignatura pendiente –y posiblemente irremediable, por lo menos al 100%–, que es la gestionabilidad. El viento ha llegado a suministrar en un día el 43% de toda la electricidad, pero también tan solo el 1%. Su actividad es, además, mucho más habitual cuando precisamente el consumo es mucho menor, durante las noches, con lo que a medida que aumenta la generación con los parques está creciendo también el apagado de instalaciones para garantizar la seguridad. Porque el sistema necesita en todo momento que la electricidad que circula por las líneas sea exactamente la misma que se demanda.

Las desconexiones por restricciones equivalieron el pasado año al 0,5% de toda la producción eólica del ejercicio, junto a un 0,3% derivado de la congestión de varios nudos a los que se engancha la producción de molinos en varios puntos del territorio. Así que la energía eólica que se perdió en 2010 alcanzó los 3.400 GWh. Puede parecer poco en el balance eléctrico total –de casi 260.000 GWh–, aunque REE reconoce que en los últimos años este tipo de medidas están aumentando mucho. La exportación a otros países es una de las vías de escape para compensar. Con Francia, por primera vez en la historia también, hubo más exportación que importación de electricidad.