El Consejo de Ministros autorizó ayer la licitación de las obras pendientes para ejecutar por completo el AVE gallego y posibilitar su entrada en servicio a finales del año 2015. Pero a diferencia de las previsiones iniciales, ya no se hará todo por la fórmula público-privado. La opción elegida finalmente por el Ministerio de Fomento conjuga las dos modalidades: una parte se construirá mediante un concurso público convencional y con fondos exclusivamente del Estado y otra, se desarrollará con contratos de colaboración público-privada, en los que las empresas adjudicatarias se encargarán de aportar un porcentaje de capital, que luego recuperarán, con intereses, en forma de un canon anual.

Con la aprobación por parte del Gobierno, los concursos ya han superado todos los trámites administrativos y ahora ya solo queda que la licitación del AVE se publique en el Boletín Oficial del Estado. Pero tampoco será de una tacada, como era la idea original, sino que ahora se realizará por lotes y de forma escalonada en el tiempo. Las primeras se publicarán antes de que acabe este mes y corresponderán al tramo entre Lubián y Ourense.

Mediante el concurso público ordinario se adjudicarán las obras de plataforma de los cinco tramos todavía sin iniciar de la provincia de Ourense (Lubián-Vilavella, Vilavella-Vilariño de Conso, Vilariño de Conso-Cerdedelo, Cerdedelo-Porto y el acceso a la ciudad de Ourense). En el resto del corredor que discurre por tierras gallegas, las máquinas ya están trabajando. Estas obras que se financiarán exclusivamente con fondos del Estado consisten labrar el trazado sobre el terreno, con los pertinentes desmontes y la construcción de los viaductos y túneles.

El resto de la ejecución del AVE, que incluye la colocación de las vías, la electrificación y la instalación de los dispositivos de seguridad y de comunicación, así como el mantenimiento de toda la infraestructura por un periodo de 25 años se realizará por la fórmula de colaboración público-privada y se aplicará a todo el trazado entre Ourense y Olmedo (Valladolid), de 346 kilómetros de longitud y con las obras de plataforma en marcha, si bien a partir del año 2015 también se sumarán las tareas de mantenimiento de la línea Santiago-Ourense, que entrará en servicio el próximo año.

El Ministerio de Fomento no explicó ayer el alcance total de la inversión ni cómo se repartirán los costes de financiación entre el Estado y la empresa privada. Los aclarará hoy José Blanco en A Coruña, donde presentará los detalles del proyecto, así como el calendario que seguirán los concursos y el número de lotes en que se dividirán.

¿Por qué los cambios en los modelos de licitación y de financiación del AVE gallego? Fuentes de Fomento explicaron que durante este tiempo se estuvo trabajando con varias alternativas y que al final se escogió la fórmula "más interesante en estos momentos". Y se decidió optar por conjugar los dos sistemas de financiación (con fondos públicos íntegramente y con participación privada) y romper la licitación en bloques porque así se agiliza el inicio de las obras en los tramos más retrasados –los de la provincia de Ourense– y además se ahorran unos 1.000 millones en euros en costes financieros porque la situación económica de ahora ha cambiado sustancialmente con respecto a cuando Fomento comenzó a rediseñar el AVE, con la incorporación al ministerio del lucense José Blanco.

Varias alternativas

"Elaboramos un abanico de posibilidades para, llegado el momento, elegir la más ventajosa teniendo en cuenta la situación económica de España e internacional, las disponibilidades presupuestarias y también la situación de las empresas constructoras y de las entidades financieras. El contexto actual ha cambiado por completo con respecto a hace un año", aseguraron fuentes de Fomento.

Cuando Blanco decidió impulsar el AVE gallego para completar la conexión con Madrid antes de finalizar 2015, España generaba, argumentan desde Fomento, mucha desconfianza en los mercados internacionales y tenía dificultades para acceder al crédito exterior, que además exigían unos intereses muy altos, mientras que las empresas y los bancos tenían más facilidades y ventajas. Por eso se había pensado en la colaboración público-privada, para que fueran las empresas adjudicatarias las que adelantasen parte del capital y así se descargaba de presión al Gobierno central.

Pero ahora, añaden las mismas fuentes, la situación es la contraria. Los mercados han recuperado la confianza en el Estado y le resulta más fácil y barato acceder al crédito exterior que a empresas y bancos. Por lo que una parte, las obras de plataforma del tramo Ourense-Lubián se licitarán por concurso ordinario y se financiarán con fondos públicos. Este cambio, junto con el nuevo contexto económico internacional, permitirán al Estado ahorrar unos 1.000 millones de euros en costes financieros de un presupuesto inicial de 6.000 millones.

Pero hay una segunda razón. La fórmula de colaboración público-privada, por su complejidad burocrática, obligaría a licitar las obras a final de año y comprometería los plazos finales. Pero ahora, el Adif ya podrá sacar a concurso de forma inmediata los tramos entre Lubián y Ourense para que se adjudiquen este año. Cada uno se licitará por separado, según fuentes de Fomento, y los primeros se publicarán en el BOE antes de finalizar este mes. Los lotes de participación privada se licitarán más tarde y hoy el ministro precisará el calendario.

En todo caso, desde Fomento insisten en que el proyecto del AVE gallego "está atado y bien atado" de forma que resultará imposible, sea quien sea el próximo gobierno, que intente paralizarlo. La fórmula definitiva para sacar adelante el AVE gallego se cerró el jueves por la noche y ayer la avaló el Consejo de Ministros.