Una "misa privada" en una capilla "privada". Ésta es la justificación que tanto desde el PP como el monasterio de Poio sostienen sobre la presencia de carteles con mensajes electorales en el altar durante la celebración de una misa el pasado domingo, como reveló este diario. La polémica generó ayer duras críticas por parte de BNG y PSOE. El regidor, el nacionalista Luciano Sobral, criticó el hecho de mezclar "lo político con la religión" y negó que fuese un sitio "adecuado llevar la precampaña", mientras que su socio de gobierno, la teniente alcalde socialista Chelo Besada, tachó de "retroceso" un hecho "tan impactante como triste".

El candidato del PP en esta localidad, Javier Domínguez, ofreció su versión de lo sucedido. La misa, a la que asistieron unas 100 personas, se celebró en la capilla del monasterio en memoria de militantes del partido fallecidos recientemente, por lo que la misa no estaba abierta a la entrada de cualquier feligrés y justificó la presencia en la capilla del monasterio porque "a la misma hora se estaba celebrando la misa parroquial en la iglesia del monasterio". Los carteles que flanqueaban el altar "se iban a centrar al término del acto para dirigir unas palabras con motivo del reconocimiento de los presentes", indicó Domínguez, que recordó que en la romería popular en el Monte Castrove también realizan una misa antes de comenzar el festejo-mitin.

Sin embargo, los carteles estaban presentes cuando el párroco ofició la misa e incorporaban mensajes que aludían expresamente al cambio de gobierno en Poio. "2011, o teu Concello quere" o "Cambio" eran alguno de ellos, acompañados del logotipo del PP.

"La foto creo que fue malintencionada, desde más cerca solo se vería al cura", añade sobre las instantáneas publicadas por este diario el lunes.

El cura que ofició la misa fue la principal autoridad eclesiática del monasterio, el padre Juan, quien aseguró ayer que actuaría de la misma manera "con cualquier partido" y que no se trataba de una celebración rutinaria, sino de una misa en el marco de unas jornadas organizadas por el PP.

En cambio, en la parroquia de San Xoán de Poio se mostraron ajenos a la polémica y vincularon la decisión de llevarla a cabo a la voluntad única del comendador. Los responsables de la Vicaría Episcopal de Pontevedra y el Arzobispado de Santiago, rehusaron valorar los sucedido, a poco más de dos meses de las elecciones municipales del 22 de mayo.

Sí lo defendió el presidente de los populares pontevedreses y de la Diputación, Rafael Louzán, quien tachó de "anécdota" la presencia de distintivos de su partido en el altar. Al acto no acudió él, pero sí la secretaria provincial del partido, Begoña Estévez, y la conselleira do Mar, Rosa Quintana, que intervino en la ceremonia.Al término de la misma, varios responsables del PP aprovecharon, aún en la capilla, para lanzar críticas contra los dirigentes del ayuntamiento. "El bigobierno deja cada vez más vacías las arcas municipales", declararon.

El regidor de Poio, Luciano Sobral, considera que lo sucedido constituye "un paso atrás". "Es lamentable como aparecen iglesia y PP caminando juntos como en los mejores tiempos del nacionalcatolicismo". "Tenía entendido que la iglesia no era partidista y eso parece que en Poio no es así", añadió Chelo Besada, teniente de alcalde socialista del municipio.