Preparar el MIR, que otorgará a los recién licenciados en Medicina la posibilidad de optar a una formación en un hospital concreto en la especialidad que más les atrae, requiere la misma constancia que estudiar para una oposición. Así lo da a entender Elena González, la joven de Nigrán que logró situarse en el puesto número 14 entre las cien mejores notas de este año, quien subraya que "hay que esforzarse porque te juegas mucho".

Aunque ese esfuerzo no caduca con el examen. Como afirma el joven Javier Limeres, de Marín, 46º en el ranking de cien y tercera mejor nota de Galicia, ser médico exige una "vocación casi sacerdotal", ya que uno no puede olvidarse de un paciente a pesar de que el horario de trabajo se limite oficialmente de ocho a tres. Se trata de una profesión, insistió, en la que el trabajo te lo llevas para casa.

Tanto Elena como Javier fueron dos de los cuatro alumnos recibidos ayer por el decano de la facultad de Medicina de la Universidade de Santiago, Juan Gestal. Los otros dos gallegos que lograron colarse entre las cien mejores notas del MIR –Andrea Orosa y Ramón Montero, de A Coruña, ubicados en el puesto 71º y 94º, respectivamente– no pudieron acudir al pequeño homenaje que el decano quiso rendir a los jóvenes que lograron que Santiago, ex aequo con la Autónoma de Barcelona, se situara en el tercer puesto en el número de estudiantes ubicados en los cien primeros puestos. Solo las "grandes" facultades, indicó Gestal, la Complutense y la Autónoma de Madrid y la Universitat de Barcelona, lograron hacer sombra a Santiago, motivo de "orgullo" para el decano y los docentes.

El hecho de que este resultado sea el "mejor" en años demuestra, a juicio de Gestal, que los alumnos que estudian en la Universidade de Santiago, "obtienen mejores conocimientos". Y es que, como también enfatiza Javier, este año el expediente académico solo ha computado un diez por ciento en la media, y no como antes, cuando suponía un 25 por ciento. Para Limeres, que el currículum académico pese "menos" ha "beneficiado" a los licenciados gallegos.

"En otras facultades los expedientes pueden ser más elevados, mientras que los nuestros quizás sean más reales, más adaptados a los conocimientos que tenemos, y no exageran tanto", argumentó.

La calificación en el examen MIR es trascendental para escoger la especialidad deseada y, aunque el decano de Medicina asegura que todos ellos verán cumplidos sus sueños, los cuatro jóvenes que acudieron ayer a su despacho son más precavidos.

Además de estas dudas, todos tienen en común el haber dedicado muchas horas al estudio y el haber acudido cada sábado a una academia. "Porque no hay un temario oficial del MIR y ellos pueden orientarte", explica Martina Espasadín, una joven de Vimianzo que logró colocarse en la posición número 39.

Todas esas dificultades no arredran a estos cuatro gallegos que básicamente escogieron la carrera de Medicina por vocación. No obstante, como matiza Elena, "aunque está claro que tiene que gustarte, también es cierto que a la hora de elegir la carrera que vas a cursar no conoces todas las opciones posibles". En el caso de la compostelana Alicia Sardina (puesto 94), la vocación fue incrementándose a lo largo de la carrera. "Mejor así que lo contrario", bromeó.

El decano de Medicina recordó ayer que el próximo año comenzará a impartirse la docencia descentralizada del título en A Coruña y Vigo en el sexto curso, "a no ser que aparezcan impedimentos de última hora". A su juicio, el hecho de que haya menos alumnos por centro facilitará que reciban más "atención". Curiosamente, fue ese factor, la "atención" recibida en las prácticas de ciertas asignaturas, lo que determinó, en todos los casos, la especialidad que desean cursar estas promesas de la medicina.