La Consellería de Traballo e Benestar abrió expediente el pasado año a setenta padres por el absentismo escolar reiterado de sus hijos. No enviar al niño al colegio está tipificado como delito y puede acarrear desde la retirada de la tutela hasta, en las situaciones más graves, penas de cárcel. En los últimos tres años los servicios de menores de la Xunta detectaron 239 casos en los que las ausencias del alumno superaron el diez por ciento de horas lectivas y además no estuvieron justificadas. Cuando la intervención de la Administración gallega no resuelve el problema se remite el expediente a la Fiscalía de Menores para que abra diligencias contra la familia del alumno.

El absentismo escolar es considerado un síntoma de que el niño está desprotegido. Los padres estarían incurriendo en un delito de abandono de familia, ante el incumplimiento de los deberes legales de asistencia inherentes a la patria potestad, entre los que se encuentra el de proporcionar al menor una educación adecuada.

Cuando un estudiante se ausenta de forma reiterada de las clases son los centros educativos, los que a través de sus equipos de orientación, tratan de advertir a los padres para reconducir la situación. Si el problema persiste intervienen los servicios comunitarios de los ayuntamientos y, cuando esto no es suficiente, se remite el caso a la Consellería de Traballo.

El servicio de menores de la Xunta analiza la situación familiar del menor para averiguar las causas que motivan el absentismo del colegio y trabaja con los padres para ponerle remedio. El número de expedientes abiertos por la Administración autonómica ha descendido en los últimos tres años. De los 87 incoados en 2008, se bajó a 82 en 2009 y durante 2010 se tramitaron un total de setenta, aunque actualmente ya solo quedan abiertos sesenta.

Cuando la mediación de Benestar fracasa, el caso se deriva a la Fiscalía. A falta de disponer de los datos de 2010, que aún no están publicados, el ministerio fiscal informa que en 2009 se investigó a más de 150 familias por el supuesto absentismo escolar de sus hijos, sin contar con los de la provincia de Lugo que no tiene datos desagregados.

La Fiscalía de Menores actúa tanto a instancias de la Consellería de Traballo como de los propios concellos. Una vez analizados los correspondientes informes, se incoa un expediente de protección por riesgo de desamparo. Lo primero que hacen es citar de urgencia a los progenitores para valorar la situación y explicarles las consecuencias de enfrentarse a la imputación por un presunto delito de abandono.En algunos casos, también se entrevista al propio menor y se consulta al centro educativo. Si se aprecian indicios de delito se remite el asunto al juzgado de instrucción competente.

Provincias

En Pontevedra el fiscal detectó en 2009 medio centenar de casos. Esta cifra supone una reducción importante con respecto a años anteriores. En Educación Primaria los 91 expedientes abiertos en 2007, se redujeron a 45 en 2008 y a 24 hace dos años. Lo mismo ocurrió en Secundaria. Frente a los 84 casos de 2007 y 2008, tan solo fueron detectados 29 supuestos de posible absentismo escolar en 2009.

Aunque estos datos son motivo de “satisfacción” para el fiscal del menores de Pontevedra, en A Coruña advierten, sin embargo, que “persiste una bolsa relevante de alumnos que falta de forma continuada a clase”. En 2009 se abrieron en esta provincia 83 expedientes, una cifra muy superior a los 28 incoados durante 2008.

De los 83 casos detectados en A Coruña en 2009, están ahora en tramitación 24 de ellos, que sumados a los procesos que se arrastran de otros años, da como resultado un total de 131 menores objeto de investigación por parte del ministerio fiscal por faltar a clase de forma continuada. En muchos casos, estos alumnos se han ausentado más de la mitad del curso académico, tal y como se denuncia en la memoria de la Fiscalía.

En la provincia de Ourense se incoaron en 2009 un total de 22 diligencias informativas por un presunto delito de abandono de familia, de las cuales se archivaron diez y se tramitaron 12 ante los juzgados de instrucción ourensanos. A raíz de estas investigaciones se intervino sobre 24 menores, de los cuales 18 son de etnia gitana. “Éste es el colectivo de mayor riesgo de absentismo escolar en la provincia de Ourense”, explican desde el ministerio fiscal ourensano. Según explican, se han detectado casos con una media de cuarenta faltas de asistencia no justificada en un solo curso, a las que añaden la falta de puntualidad de estos mismos alumnos que, en algunos casos, entran por las mañanas “con una hora de retraso como mínimo”.

En cuanto al perfil de menores afectados por el absentismo escolar, la Fiscalía de Pontevedra apunta, en general, a familias desestructuradas, con dificultades económicas o en situación de desamparo. Según explican además, la falta de oportunidades laborales hace que algunos padres cambien continuamente de residencia, de manera que sus hijos se ven imposibilitados de asistir a clase con regularidad.

Los datos más recientes sobre absentismo escolar de la Consellería de Educación, correspondientes al curso 2007-2008, apuntaban que alrededor de medio millar de estudiantes se ausentan de la clases al menos más de la mitad del año.