Solo los excelentes llegarán a lo más alto en investigación en Galicia. A partir de ahora la financiación de las actividades de I+D en la comunidad gallega dependerán más que nunca de los resultados y su impacto en la economía, que se medirán exhaustivamente en empresas, universidades y centros tecnológicos. La Xunta se compromete a apoyar con fondos públicos la carrera de los investigadores gallegos durante cinco años pero no garantiza contratos estables, dejando la etapa de consolidación de este colectivo en el aire o en manos de las universidades, las empresas y el Ministerio de Educación. Que un científico sea capaz de lograr un puesto estable, después de cinco o seis años de vida laboral, estará en manos de su propia capacidad y excelencia para conseguirlo porque la Administración autonómica dejará de convocar plazas propias de consolidación.

Así consta en el nuevo Plan Galego de Investigación, Innovación e Crecemento 2011-2015, al que tuvo acceso este periódico y que será presentado esta semana. Sustituye al anterior plan gallego de I+D, el Incite. La filosofía del proyecto es distinta, con especial atención a potenciar la innovación en el sector empresarial: el principal déficit en Galicia que impide su despegue económico. "Uno de los problemas más graves es la débil presencia de investigadores en empresas: un 71% del colectivo trabaja en el sector público cuando en la Unión Europea ya se sitúa en un 50%-50%", explica el documento que la Consellería de Economía e Industria acaba de elaborar. Este plan introduce importantes cambios con respecto al anterior: además de insistir en las capacidades de la empresa para triunfar en innovación modifica la carrera investigadora hasta ahora establecida en la comunidad. "La política de estabilización de investigadores y captación de talento debe permitir la permeabilidad entre la carrera científica, la carrera docente y la incorporación de investigadores a las empresas, potenciando la movilidad entre sector público y privado", dice el texto definitivo.

La Xunta advirtió, antes de la publicación de este plan, que es "insostenible" mantener a los 5.350 investigadores que actualmente trabajan en las universidades, sin un control de los científicos que hasta ahora llegaban a la etapa de consolidación. Alertó en diciembre de que se crearon falsas expectativas en un sector que "no puede crear cuerpos funcionariales ni empleos vitalicios". En la nueva distribución de la carrera investigadora del plan que nace para los próximos cinco años, con más de 190 millones de presupuesto, se percibe el cambio de rumbo, hacia la competitividad y la captación de talento siempre por resultados. En definitiva, no todos los Parga Pondal se harán con una plaza estable de docente-investigador en las universidades.

El plan de I+D 2011-2015 mantiene las categorías predoctoral y postdoctoral. En las predoctoral, la Xunta establece becas-contrato por tres años, etapa que se corresponde con las hasta ahora María Barbeito. Para la etapa postdoctoral (las Parga Pondal), Economía e Industria plantea dos opciones: "la incorporación en agentes públicos del sistema gallego de I+D+i con contratos de dos años o la ampliación de la formación en el extranjero con becas de dos años fuera y la financiación de un contrato de un año al regresar a Galicia".

Es en la etapa de consolidación donde más se modifica el esquema previo. La Xunta limita esta fase a la convocatoria del programa I3 del Ministerio de Ciencia e Innovación. Es decir, los investigadores gallegos pelearán por la estabilización a través de esta vía, frente a las Manuel Colmeiro existentes en Galicia hasta el momento, una decisión gestionada entre Economía y las propias universidades.

"La fase de consolidación es complementaria a las anteriores. No debe entenderse como una salida garantizada a todos los investigadores de las anteriores etapas", especifica el nuevo plan gallego de I+D+i.