Si difícil es explicar a un lector la vorágine de un sector en plena convulsión, más lo es seguramente que el que tiene la página en la mano pueda digerir tanta información por los términos que en lenguaje financiero tiene. El core capital, la vara de medir del Gobierno para bancarizar forzosamente o no una caja, es el enésimo ejemplo. Pero aquí van unos cuantos más.

Activos ponderados por riesgo El balance de una caja caja se nutre con el volumen del pasivo, con la primacía de los depósitos de la clientela, y los activos, básicamente el crédito, juntos a los instrumentos de deuda, inmuebles o participaciones empresariales. Todos los activos se valoran en función del riesgo que puedan suponer para el negocio. ¿Por qué? Porque están muy concentrados en un mercado o un sector, como la promoción inmobiliaria que tantos quebraderos de cabeza genera a las cajas de ahorros.

Basilea III La nueva normativa europea que fija un endurecimiento de los recursos mínimos del sistema financiero y cómo se contabilizan. Detrás están los bancos centrales del continente y los supervisores. Una vuelta de tuerca que confirma el fracaso de su predecesora, Basilea II, ante el crack financiero mundial. Todavía no está finalizada. El calendario teórico de adaptación llega hasta 2019.

Core capital El término de la polémica. Aunque no existe una definición clara, a grandes rasgos representa los fondos propios de una entidad -el dinero con el que nació, las reservas y el beneficio anual- en comparación con todos los activos ponderados por riesgo. Es uno de los principales indicadores de solvencia, ya que mide el dinero que, valga la redundancia, hay en caja y está disponible. El real decreto de Economía pondrá luz al concepto.

Cuotas participativas Lo más parecido que tenían las cajas a las acciones, aunque la remuneración a los compradores la fijaba la propia entidad y no tenían derechos políticos. La reforma de la Lorca acabó con las limitaciones -ahora se puede vender hasta un 50% y que un solo inversor las compre- y permite entrar en los órganos de gobierno. El problema es que no hay precedentes en todo el sistema financiero mundial y los mercados desconfían.

Frob El Gobierno creó en 2009 el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria para impulsar fusiones e integraciones. Son, realmente, préstamos a un 7,75% de interés. Lleva ya inyectados 11.600 millones. Ahora se empleará para comprar capital de las cajas que no puedan reforzarse con socios privados y que serán convertidas en bancos.

Lorca La Ley de Órganos de Representación (Lorca) fija el funcionamiento interno de las entidades. La modificación del pasado año abrió la puerta al capital privado, la bancarización y redujo al 40% la presencia política.

Provisiones El colchón de las entidades para hacer frente a posibles impagos. Las hay genéricas, aprovechando los excedentes de los años de buenos beneficios, y específicas, que respaldan activos concretos que se devalúan. Como las hipotecas que van camino de no ser devueltas.

Reservas Una hucha. Los ahorros de las entidades. El dinero que pueden guardar después de llenar la partida de la obra social. Se considera capital de calidad.

Sip O fusiones frías. Varios grupos de cajas se aliaron en torno a un banco para integrarse, pero conservando su naturaleza jurídica y su marca en sus respectivos territorios.

Tier 1 Va un paso más allá que el core capital. Es también un indicativo de solvencia, que suma a los fondos propios las participaciones preferentes, valores que emiten las entidades como vía para captar liquidez.

Vencimientos Una de las causas que desató la nueva oleada de dudas. Son las amortizaciones a las que las entidades tienen que hacer frente de los préstamos con los mercados para tener dinero con el que operar. Bancos y cajas suman 97.500 millones este 2011.