La Caixa, la mayor caja de ahorros española y europea hasta la reciente alianza de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco pequeñas entidades, traspasará su negocio financiero a un banco, Caixabank, del que la caja catalana tendrá el 81 % de su capital. Caixabank nacerá como transformación en banco de su filial Criteria, la sociedad de cartera a la que La Caixa aportó hace varios años sus participaciones empresariales y a la que ahora pretende transferir su negocio financiero.

Criteria ya está en bolsa y posee inversores privados, por lo que, una vez que se materialice esta operación, La Caixa se convertirá en la primera caja de ahorros española cuyo negocio financiero cotice en el mercado. Será una experiencia pionera que otras cajas, en particular las que han protagonizado fusiones virtuales y que se han dotado de bancos como sociedades centrales de la integración también están sopesando, sobre todo una vez que el Gobierno ha decidido exigir un capital básico de máxima calidad, el core capital, entre el 9 y el 10% sobre activos ponderados por riesgo a las entidades financieras que no coticen, frente a una exigencia menor, un 8%, para las que sí negocien sus acciones en el parqué y hayan dado entrada a inversores particulares en su capital.

La Caixa, presidida por Isidro Fainé –líder además de la patronal del sector–, se quedará con el 81% del nuevo banco. El 19 % restante de Caixabank quedará en manos de los actuales 310.000 accionistas minoritarios de Criteria.

En tanto que mantenga una participación mayoritaria en el capital del banco, al menos el 51%, La Caixa podrá seguir disfrutando de la condición de caja de ahorros. Sólo en el caso de que en el futuro redujese su posición por debajo del 51% en la entidad bancaria, La Caixa tendría que renunciar a ser una caja y reconvertirse en fundación, de acuerdo con la reforma legal del pasado julio.

La Caixa será también la primera caja de ahorros española que vaya a acometer su bancarización en solitario. Hasta ahora todas las experiencia habidas en los últimos meses –caso del grupo que lidera Cajastur o del que encabeza Caja Madrid, entre otros– son producto de una iniciativa compartida por diversas cajas que mancomunan sus negocios y los transfieren a un banco de nueva creación y participado por ellas.

La operación se instrumentará mediante un intercambio de activos. La Caixa traspasará su negocio bancario a CaixaBank, que también agrupará el negocio asegurador y las participaciones en bancos internacionales –el austríaco Erste Bank, el Bank of East Asia de Hong Kong, el portugués BPI, el francés Boursorama y el mexicano GF Inbursa– y en gestoras de instituciones de inversión colectiva, así como las acciones que el grupo tiene en Telefónica (5%) y Repsol (13%). A cambio, La Caixa se quedará con las participaciones industriales en Gas Natural Fenosa, Agbar, Abertis y Port Aventura, así como las participaciones en Colonial, Metrovacesa y otros activos inmobiliarios.

CaixaBank nacerá con un core capital del 10,9%, según los cálculos de La Caixa tomando como referencia los criterios de Basilea II, que incluyen que Criteria realice una emisión de bonos convertibles de hasta 1.500 millones que se colocarán a través de La Caixa.

El partido ERC lamentó la conversión de La Caixa en banco porque supondrá, dijo, "la muerte del modelo de cajas catalán", que a su juicio es un modelo de éxito con una importante función social.