Entre la situación delicada de la economía, los problemas para captar financiación y la incertidumbre sobre la regulación que tendrá en un futuro, 2010 no fue precisamente un buen ejercicio para el sector eólico en España. Creció, pero mucho menos que en ejercicios pasados, con solo un 8% más de potencia instalada en el conjunto del Estado, hasta un total de 20.676,04 megavatios (MW). Peor balance todavía para Galicia, donde se pusieron en funcionamiento únicamente 54,80 MW, equivalentes a un gran parque o dos de tamaño medio. La comunidad ve, además, complicado la recuperación del bastón de mando del negocio que ostentó durante muchos años. Castilla y León es todavía más líder que en 2009, Castilla-La Mancha no se baja de la segunda posición, y por detrás de Galicia y pisando muy fuerte está Andalucía, que recorta distancias.

Al cierre de diciembre, según el balance publicado ayer por la Asociación Empresarial Eólica (AEE), la potencia operativa en Galicia ascendía a 3.289,33 MW repartidos en 150 parques, un 1,69% más que doce meses antes. Todo lo contrario que la vecina autonomía leonesa, que tras incrementar un 24% los molinos, casi 1.000 MW más en solo un año, supera ya los 4.800 MW. En Castilla-La Mancha se instalaron únicamente 6, pero se mantiene a distancia de Galicia, con más de 3.700. El ritmo de crecimiento en Andalucía no fue tampoco acelerado el pasado ejercicio, pero sí lo suficiente, prácticamente un 5% más de potencia, para rondar ya los 3.000 MW.

Cataluña, con una firme apuesta por el sector, es la gran revolución de 2010. Sus parques en funcionamiento aumentaron más de un 60% y cuenta ya con 851 MW. Los otros dos incrementos destacados son los de Murcia, con un 25%, y Cantabria, que duplicó los aerogeneradores, aunque en ambos casos la relevancia del negocio del viento está muy alejada de las grandes productoras, con un total de 189,9 y 35 MW, respectivamente.

La AEE se lo esperaba "por el impacto de la entrada en vigor del registro de preasignación [que marca unos máximos de potencia por año] a mediados de 2009" y "la incertidumbre por la falta de un marco regulatorio que establezca las reglas de juego a partir de 2013", además de la crisis, "lo que ha tenido como consecuencia la suspensión de pedidos y la pérdida de empleo". Precisamente, ante la "ausencia" por el momento de luz sobre las primas que se pagarán en el futuro, la patronal sostiene que los siete concursos autonómicos que se resolvieron el pasado año, entre ellos el gallego, "no se sabe ni cómo ni cuándo podrá instalarse esa potencia".