El año pasado comenzó con el ciclón Flora, que barrió el 14 de enero gran parte de Galicia con vientos huracanados dejando a su paso cuantiosos desperfectos. Con una semana de adelanto, 2011 ha arrancado con incesantes lluvias y auténticas trombas de agua como las que sufrieron ayer las comarcas de O Salnés, O Morrazo y la ciudad de Pontevedra.Por segundo día consecutivo, la lluvia se convirtió en la protagonista de la jornada. Protección Civil contabilizó 259 avisos por inundaciones y tuvo que movilizar equipos y personal para atender accidentes de tráfico, caídas de árboles o llamadas de gente atrapada en sus propias casas. Varios viales de la provincia de Pontevedra estuvieron cortados y O Grove llegó a quedar aislado durante casi dos horas al quedar anegados los principales accesos a este concello.

Fue la zona de O Salnés la que se llevó la peor parte. Llovió durante toda la noche y las precipitaciones se intensificaron a partir de las seis de la mañana. El Río Umia se desbordó y quedaron anegadas vivendas, garajes, comercios y carreteras. Se vieron afectados númerosos cultivos y huertas y varios vecinos quedaron atrapados en medio de grandes bolsas de agua.

El fuerte diluvio inundó las dos carreteras que dan acceso al centro urbano de O Grove, lo que impidió que entre las nueve y las once de la mañana se pudiese entrar o salir de esta localidad.

Los bomberos se vieron desbordados. Hacia las siete de la mañana alertaban de nuevas inundaciones en Meis, Cambados y Vilanova. En Vilagarcía la red de alcantarillado se colapsó y muchas calles quedaron sumergidas. Los servicios de emergencias tuvieron incluso que rescatar en Meaño a una mujer de avanzada edad que tenía su casa anegada y no quería abandonarla. También hubo vehículos atrapados por las bolsas de agua que se formaban en las carreteras.

El Umia se desbordó, al igual que alguno de sus afluentes, sobre todo en la zona de Barrantes (Ribadumia). Lo mismo ocurrió con los ríos de O Morrazo. La peor parte se la llevó Bueu, donde quedaron anegadas varias de sus calles más céntricas, por el desbordamiento del río Bispo, debido a una mala canalización. En este concello los bomberos tuvieron que intervenir por los desprendimientos de tierra que se produjeron en varios puntos.

Y por segundo día consecutivo la ciudad de Pontevedra volvió a sufrir los efectos de las fuertes lluvias. Se desbordaron varios ríos y hubo calles, bajos y garajes inundados. Varios viales estuvieron cortados y los bomberos tuvieron que acudir al rescate de dos personas cuyo coche se había quedado atrapado en una bolsa de agua. En Pontevedra cayeron 85 litros por metro cuadrado.

Pero los mayores registros del día se produjeron en Fornelos, donde se recogieron 156 litros en solo 18 horas. Según Meteogalicia, solo una o dos veces al año se producen en Galicia lluvias tan intensas. Ante esta situación la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil activó el Comité para Situaciones de Adversidad Climática y Medioambiental y extremó la vigilancia de cauces fluviales en Lugo, Ourense y Pontevedra.