Galicia tiene muchos más investigadores de los que puede mantener. La plantilla de contratados en los departamentos de las tres universidades gallegas ha crecido hasta tal punto en los últimos ocho años que el sistema "se ha saturado y está sobredimensionado". La Consellería de Economía e Industria, que elabora junto a Educación y las universidades el nuevo plan gallego de I+D+i, advierte de que el sistema universitario no puede absorber a los 5.352 becados y contratados que trabajan en los grupos de investigación de los siete campus gallegos. Xunta y universidades realizarán un ajuste drástico a la hora de crear nuevas plazas: solo las necesarias, las que el sistema pueda soportar.

"Apostamos por la investigación universitaria, que quede claro, pero lo haremos de un modo ordenado y con rigor. No ha existido una política coherente de consolidación y, lógicamente, es imposible que todos los que consiguen una beca-contrato para realizar la tesis tengan asegurada una plaza estable en la universidad. Eso no ocurre en ninguna empresa ni administración. La opinión pública debe entenderlo y más en épocas de ajustes", explica el director xeral de I+D+i, Ricardo Capilla.

La Xunta considera que se crearon falsas expectativas en Galicia y que no hubo un control en la convocatoria de plazas y contratos realizados por la universidad. Por el esquema actual, según argumenta Capilla, los que empezaban con una María Barbeito (predoctoral) tenían expectativas para seguir con una Parga Pondal (doctoral) y poder alcanzar una plaza fija en la etapa de consolidación (Manuel Colmeiro). Para el director xeral de I+D+i es un esquema "insostenible" porque no todos los que acaban la tesis pueden acceder a un "puesto vitalicio" como investigador. "No hay sistema que lo aguante", afirma, tajante, Capilla, quien avanza que el nuevo plan diseñará un esquema "tipo embudo": se empezará la carrera con becas-contratos predoctorales; sólo los mejores accederán a la etapa doctoral (equivalente a las Parga Pondal) y, la fase de consolidación, será más reducida en convocatoria. "A esta fase llegarán los excelentes. Ahora no existen infraestructuras reales para absorber a todos los que pretenden obtener una plaza estable", advierte el director xeral de investigación. Según la Administración, gran parte de la responsabilidad en la sobredimensión del sistema recae en las universidades. Existen, en la actualidad, 852 contratados por las convocatorias oficiales del plan que ahora expira, el Incite. Además, hay 4.500 contratados por las propias universidades, la mayoría mediante contratos por obra, cuyo mantenimiento en el sistema es más que difícil, según la dirección xeral de I+D+i. Según estas cifras, ocho de cada diez investigadores universitarios son contratados en los propios departamentos de las tres instituciones académicas.