Desde que llegó al Rectorado de la Universidad de Vigo, Salustiano Mato tuvo claro que la única forma de competir en el mundo y conseguir más recursos externos para la financiación universitaria pasa por cambiar el modelo de presupuestos instalado y esforzarse, cada uno en sus aulas y campus, por ser más eficaces, rendir cuentas y sanear cifras. El nuevo plan de financiación 2011-2015 plasma sus ideas aunque, reconoce: "a Vigo le gustaría ir más allá y ser, si cabe, más ambiciosa".Lo expresa con convicción desde Bruselas, a donde viajó ayer para seguir con los contactos para el Campus del Mar e impartir una conferencia sobre el megaproyecto.

–La financiación por resultados se empieza a implantar tímidamente: solo un 5% del total en el primer año del plan. Aún así, el acuerdo no fue fácil.

–Cambiar el paradigma y dar el salto a la financiación por objetivos es difícil de aceptar por los rectores. Pero, por algo se empieza. No lo dice Vigo, lo marca Europa y también España. Las universidades no pueden pensar: "como no voy a tener resultados no quiero". No, ese no puede ser el pensamiento, sino: "trabaja para tener resultados, tienes tiempo".

–Vigo quería o quiere que el peso de la financiación por objetivos sea mayor.

–Sí, pero ya fue difícil llegar a un consenso simplemente por incluir en el plan la financiación por objetivos. Así que, imagínese. La gente todavía no está en esa disposición o cultura, por eso nosotros cedimos en que los porcentajes, para empezar, fuesen más bajos y partir de cero, para que el susto no sea mayúsculo. Si marcamos una financiación por objetivos demasiado elevada, en la situación económica actual, la bajada en los presupuestos sería inasumible para algunas universidades.–¿Pero los indicadores de eficiencia benefician solo a Vigo?

–Benefician a todas. No somos egoístas, en el sentido de que se aplique ya la financiación por objetivos en grandes partidas. Nuestro interés es que las universidades sean todas fuertes porque son nuestras aliadas. Ahora viene la época de las alianzas con Europa y yo, cuando hablo del Campus del Mar en Bruselas, estoy vendiendo el Sistema Universitario de Galicia, que conste. Por lo tanto, para mi, el gran éxito no es ganar un millón de euros más o menos en la institución, es cambiar la cultura y la excelencia de las universidades a la hora de trabajar. Eso solo se cambia si los ingresos vienen por la eficiencia, el pago por resultados y el cumplimiento de objetivos.

–¿Cuánto más de ambicioso le gustaría ser?

–Lo ideal sería alcanzar un 60% de financiación por objetivos frente a un 40% de fondo estructural. Quizás en 2020 sea posible. De momento, nos quedaremos en un 30% por objetivos en 2015. Estamos en el camino que marca Europa y eso es lo importante. En este punto, el discurso de la Xunta coincide con el de la Universidade de Vigo. Lo que ahora le pedimos es valentía política para que se atreva a cumplir la letra del plan, para algo se aprobó. Y nos vamos a preocupar de que así sea.

–¿Qué le recomienda a las demás instituciones?

–Todas tenemos que ponernos las pilas y olvidarnos de si la historia o de si somos jóvenes. Vigo es igual de joven que A Coruña. Recibimos los mismos fondos en los últimos 20 años, aproximadamente. No es el momento de pensar en deudas históricas, de hecho, dentro de la parte estructural hay un fondo en forma de contrato programa ligado a objetivos que servirá para fortalecer a las universidades donde estén flojas, cubriendo sus necesidades. Ese planteamiento permite seguir caminando hacia la convergencia y hay que aprovecharlo bien. A mayores, existe una cuestión que le favorece a A Coruña igual que a nosotros: es el tema de la eficiencia. Aunque en 2011 apenas se notará, la eficiencia, que es el fondo de calidad, se distribuirá en función de que tengamos saneadas las cuentas, de que no tengamos deuda y que tengamos equilibrio financiero. Y Vigo presenta la misma situación que A Coruña en el saneamiento de las cuentas: no tenemos deuda. Tenemos incluso una situación de consecución de recursos este año muy superior. En este sentido vamos a tener que ser premiadas con respecto a quien no presente este equilibrio que, en este caso, es Santiago.

–Ante ese estado de saneamiento de cuentas, ¿por qué A Coruña critica la eliminación del fondo de compensación?

–Por una simple aplicación de los indicadores que medirán la eficiencia. Cuando se empiecen a evaluar las universidades en función, por ejemplo, de las publicaciones internacionales de alto impacto, Vigo está muy cerca de Santiago y, A Coruña, mucho más atrás. Si uno se fija en el ratio por profesores, pues igual; nosotros estamos mejor. Pero, que conste, que nosotros no estamos pensando, únicamente, en lo que nos viene bien a nosotros, sino que propusimos indicadores que creemos que son buenos para todas.

–¿En qué indicadores Vigo estaría por debajo de la media?

–Pues en empleabilidad de los alumnos, por ejemplo. Tenemos mucho que mejorar y en muchos. Pero son el futuro para la universidad, aunque sepamos que tenemos mucho que avanzar. Precisamente eso nos estimula también a la hora de gobernar y pensar en los objetivos que tenemos que conseguir. En la mayor parte de los indicadores, en el ranking español, Vigo está muy bien por el trabajo llevado a cabo estos años.

–¿Es tan importante alcanzar ese 1% de PIB teniendo en cuenta la crisis?

–Con la congelación de fondos para 2011, este indicador cae. Si estábamos en un 0,74% del PIB ahora será menos: sobre un 0,6% o algo más. El plan de financiación ha de ir acorde con la economía y evolucionar con ella. Creo que no están los tiempos como para hacer bandera del PIB.

–Cuando Santiago pide que se tengan en cuenta méritos y necesidades, ¿deja a un lado o pospone el reparto en función de eficiencia y resultados?

–El problema de Santiago no se va a arreglar con el plan de financiación, sino de otra forma. Habla de méritos y en eso estamos de acuerdo, de hecho, está en la letra del plan. Otro tema es la historia. Hay que actualizarse. Evidentemente la historia de una universidad, por ejemplo, Oxford o Cambridge, implica una ventaja añadida. Tienes imagen de marca. Santiago tiene imagen de marca gracias a su historia y qué mejor ventaja para ser todavía más competitiva. Es un handicap para los que no tenemos esa historia, como Vigo o A Coruña. Pero no lo es todo.

–¿Es incompatible la antigüedad con la filosofía del nuevo plan de financiación, por objetivos?

–Oxford o Cambridge tienen historia pero no van a mejorar su situación solo por eso. No avanzarán si no mantienen la actualidad en sus cuentas ni mejoran resultados. La historia les aporta prestigio y la ventaja de presentarse de un modo más fácil y rápido en el mundo competitivo. El peso histórico es una ventaja que hay que actualizar pero no un inconveniente o una razón que le permita a una universidad ser inmune o tener derechos perpetuos sobre algo. Compostela tiene una imagen de marca, una historia y un personal magnífico, en definitiva, todo un potencial para arrasar.

–Y deuda.

–Eso tiene que ver precisamente con la gobernanza. La solución para Santiago también es trabajar más desde una óptica de objetivos, porque tiene capacidad para eso, para desarrollar su potencial y para sacar lo mejor de sí.