En Galicia se desperdician al mes 53 toneladas de medicamentos tras caducar o simplemente quedar aparcados porque el paciente ya no los necesita para curar su dolencia. Son fármacos que sobran y, aunque la mayor parte de las veces quedan olvidados en algún cajón o en el botiquín, un tercio de las medicinas que ya no sirven se reciclan.

En pleno debate, tanto en Galicia como en España, para reducir la factura del gasto farmacéutico, con el reto de incrementar la prescripción por principio activo (aumentando los genéricos, de menor coste frente a los de marca) o de caminar hacia la receta unidosis (para evitar que sobren píldoras de un mismo envase), los datos del reciclaje de medicamentos son muy significativos.

Las administraciones se están esforzando en gastar menos en sanidad pública, con medidas novedosas para cambiar hábitos de derroche y tender hacia la racionalización: desde el decreto del Gobierno de los precios mínimos de los medicamentos o la futura ley gallega para incrementar la dispensación de genéricos. Pero, ¿cuántas medicinas de las que se recetan no se utilizan?¿Cómo adecuar la prescripción de fármacos a las necesidades reales del paciente para ajustar dipensación y consumo?

El Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases del Sector Farmacéutico (Sigre), la sociedad encargada en España de reciclar los medicamentos que sobran en los hogares del país, aporta una de las claves.

Cada mes, Sigre recoge en los puntos de reciclaje ubicados en Galicia (depósitos situados en las farmacias) casi 18 toneladas de medicinas que los gallegos se molestaron en llevar a estos contenedores especiales en lugar de tirarlos directamente a la basura, conscientes de que dañan el medio ambiente.

Según las estimaciones de Sigre, que ha conseguido mediante campañas de concienciación triplicar el reciclaje de fármacos desde 2002, los envases y píldoras inservibles que se depositan en los puntos de reciclaje son solo un tercio del total de medicamentos que se desperdician.

En el caso gallego, además de los 18.000 kilos de fármacos enviados a reciclar, quedarían otros 35.000 kilos olvidados en el botiquín de las casas o depositados directamente en la basura una vez que su uso ya no es necesario o pierden actualidad teniendo en cuenta su fecha de caducidad.

De media, los gallegos depositan en los puntos de reciclaje de la comunidad 6,33 kilos al mes por cada 1.000 habitantes, según las estadísticas de 2009 que maneja el Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases del Sector Farmacéutico. Estas 18 toneladas mensuales entregadas por la población gallega para su posterior tratamiento suponen un incremento del 16,36% con respecto al ejercicio anterior. Según Sigre, cada año las cifras de reciclaje indican que la concienciación de la ciudadanía para reciclar medicinas crece. Desde la implantación del primer punto Sigre en farmacias gallegas en febrero de 2002, cuando se empezó a hablar en la comunidad, aunque tímidamente, de la necesidad de reciclar los medicamentos, el número de depósitos en toda Galicia supera, en la actualidad, los 1.300 (526 en A Coruña, 423 en Pontevedra, 180 en Ourense y 177 en Lugo).

En cuanto al incremento anual de la entrega y reciclaje de medicinas, A Coruña es la provincia donde más crece, con un 22,33% de incremento, frente al 14,32 de Lugo, el 12,44% de Pontevedra y el 10,39% de Ourense. Pese al paulatino aumento y a que, según Sigre, el 63% de la población ha usado al menos una vez en su vida un punto Sigre para depositar pastillas que ya no valen, el volumen de reciclaje de fármacos todavía es bajo en Galicia y en España.