La del 6-N será la tercera vez que Compostela acoge a un Papa. Pero el encuentro de este año, será distinto ya que Benedicto XVI viajará a Galicia como un peregrino más. La primera visita de un Pontífice a Santiago se produjo también en Año Santo. Fue en 1982 cuando Juan Pablo II aterrizó en tierras gallegas, aunque este viaje se enmarcaba en una visita pastoral por toda España. Siete años más tarde, Wojtyla repitió destino con motivo de las jornadas mundiales de la juventud, un encuentro que como recordó hace días el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, puede celebrarse "en un sitio o en otro". Pero en la cita del próximo sábado, el Papa viajará expresamente a Santiago para participar en los actos jubilares en este año tan especial.

En su habitual audiencia celebrada en el Vaticano, Benedicto XVI explicó que viajará a este fin de semana para unirse a los peregrinos en Compostela y dedicar el "maravilloso" templo de la Sagrada Familia, en Barcelona.

El Pontífice destacó que viene a España "como testigo de Cristo Resucitado", con el deseo de "llevar a todos su Palabra, en la que pueden encontrar luz para vivir con dignidad y esperanza para construir un mundo mejor".

Visita pastoral

El Santo Padre insistió en el carácter pastoral de la visita y destacó que en Santiago de Compostela se unirá "a los peregrinos que llegan hasta los pies del Apóstol en este Año Santo". Tras oficiar una misa en la Praza do Obradoiro ante 6.000 fieles, el Papa partirá a Barcelona donde —aseguró— tendrá la alegría de "dedicar el maravilloso templo de la Sagrada Familia, obra del genial arquitecto Antoni Gaudí". En su intervención, Benedicto XVI invitó a los peregrinos de lengua española a que le acompañen con la "ferviente oración" durante el desarrollo de su segundo viaje a tierras españolas.