Se declara aliviada tras elaborar el proyecto de presupuestos de la Xunta para 2011 y dar prácticamente por cerrada la fusión de las cajas. Ahora, su próximo reto es el adelgazamiento de la Administración para adecuarla al escenario de severas restricciones presupuestarias.

-El reajuste es de 1.177 millones de euros, pero pueden ser 243 millones más debido al Fondo de Cooperación, porque el Gobierno insiste en que no se liquidará esta cantidad hasta 2013. ¿No resulta arriesgado contar con ellos?

-Yo diría que la sorpresa sería que no vinieran esos fondos. Los ingresos son los previsibles y esos 243 millones tienen un fundamento, se derivan del cumplimiento de un contrato. El Estado no puede ahora interpretar unilateralmente ese acuerdo con las comunidades autónomas. Ese dinero es absolutamente imprescindible para mantener los servicios públicos fundamentales.

-La Xunta prepara una reestructuración de la Administración basada en la movilidad voluntaria de los funcionarios. ¿Y si no da resultados?

-Yo voy por mi decimotercer destino administrativo. Se negoció con los sindicatos y nos trasladaron que esta reorganización es posible llevarla de forma voluntaria. Hasta donde yo sé, la estabilidad del funcionario en el empleo no significa no moverse de la silla. Y además de la reorganización necesaria de la Administración, a veces el propio desarrollo tecnológico impone los cambios. ¿Podemos trasladar a los ciudadanos que cada vez que haya que mover una escalera, tengamos que contratar a alguien? Pues no. Sé que hay mucha gente deseando cambiar, pero hay que motivarla y darle una formación específica, porque nadie quiere estar ocho horas en su sitio sin hacer nada.

-Salvo casos imprescindibles, no habrá renovación de contratos temporales. ¿Puede cuantificar de cuántos trabajadores estamos hablando?

-Pues no. La línea general es de contención absoluta de la plantilla y sólo prevemos contratar interinos por un máximo de dos años y para ejecutar fondos estructurales, que además financian esos contratos. Y fuera de eso, fiamos todo a la reasignación de efectivos. Porque la rebaja del 4,75% del gasto de personal incluye una ajuste salarial y de cantidad.

-¿Cuántos trabajadores menos habrá en la Xunta al concluir 2011?

-Iremos descendiendo, pero con conseguir el objetivo de no incrementar, ya estamos haciendo mucho. Pero creo que sí, que iremos descendiendo porque hay que contar con las jubilaciones, porque ésta es una plantilla más envejecida de lo que creía.

-Seaga ha presentado un ERE. ¿Habrá alguno más por parte de otra empresa o sociedad pública?

-Bueno, lo que resulte de la reorganización de la administración, sino es un ERE, será algo parecido, porque de entrada, los que tengamos obligación de mantener, los mantendremos asignados a los servicios que procedan, y las contrataciones temporales pues serán rescindidas. El camino es ése y la filosofía es adelgazar.

-El martes decía que Galicia enfila la senda del crecimiento, pero el caso es que aunque levemente, se seguirá destruyendo empleo. ¿Cuándo cree que se volverá generar empleo neto?

-Bueno, hay un consenso de que por debajo de un crecimiento del 1,5% o el 2% del PIB es difícil generar empleo. Galicia llegará en 2011 al 1% del PIB y estoy esperanzada. No sé si decir si en el año 2012… De momento con las previsiones plurianuales que tenemos nos parece que tendremos un crecimiento del PIB que lo podría sostener.

-Hasta ahora, las previsiones apuntadas desde el Gobierno gallego señalaban 2012 y 2013 como años en los que se repetirá el mismo nivel de gasto. ¿Será así realmente?

-Claro, porque tenemos que devolver al año 500 millones de euros al Estado. Evidentemente esperamos un crecimiento presupuestario, pero la capacidad de gasto de la Xunta va a sufrir por estar muy limitada por la devolución de la deuda. Por mucho que crezcamos y nos recuperemos, seguiremos teniendo esa losa.

-La Xunta espera que la empresa privada ejecute y adelante 300 millones de euros en inversión, pero ¿está el sistema financiero en condiciones de apoyar estas operaciones?

-Creo que sí, que encontraremos financiación para esos proyectos.

-Ahora mismo ya están comprometidos 1.000 millones de euros hasta el año 2038, que hay que devolver a la empresa privada. ¿Dónde está el límite?

-El escenario que creemos coherente es que el sector privado ejecute inversiones por 2.000 millones hasta el año 2014. Más allá de ahí no hablo. Pero cada proyecto es estudiado en sus efectos presentes y futuros y a partir de ahora tendrá que ser aprobado con un informe de la Consellería de Facenda y el visto bueno del grupo INE, Banco de España e Intervención General del Estado, con criterios muy restrictivos.

-Las transferencias de capital se reducen un tercio, y éste es un capítulo fundamental para la estructura productiva de la comunidad.

-El papel de la Xunta es muy diferente de si se trata de la prestación de servicios o de otras políticas. Tendremos que revisar algunas de las ayudas que estábamos concediendo y que no siempre son del todo eficientes, porque en época de crecimiento parece que todo el mundo se acostumbra a recibir subvenciones y muchas veces esas subvenciones no son más que distorsionadoras de la competencia o se dedican a proyectos que por sí mismos no son rentables. Esta lluvia fina no continuará. Tenemos que buscar otra fórmula de hacer política y, sobre todo, dar unas directrices claras y unos mensajes de confianza lo suficientemente precisos para el auténtico motor de la inversión, que no va a ser la Xunta, porque no puede sustituir al sector privado.

-¿Y para el resto de subvenciones, que se conceden a millares, qué?

-Supongo que irán muy mal.

-¿Hay alguna otra fórmula de financiación prevista para la TVG distinta a la presupuestaria? ¿Una privatización parcial?

-No, no me consta que haya intención alguna de privatizarla.

-¿Qué conselleiro se mostró más combativo para elaborar los presupuestos?

-Antes de ser conselleira daba clases y he hecho un ejercicio de pedagogía presupuestaria y se han ido convenciendo. Era difícil trasladar esta rebaja y algunos conselleiros, unos con menos experiencia que otros, usaban el estilo de negociación propio de un presupuesto que se incrementa.

-Se le ve ahora más aliviada, tras aprobar los presupuestos y la fusión de las cajas.

-Pues sí. Ya era hora

-Por cierto, ¿qué le pareció el intento de José Luis Méndez de querer entrar a última hora en el consejo de administración de la nueva caja?

-A mí no me consta ese intento de entrar y mucho menos por la puerta de atrás. La última vez que hablé con él, vino a despedirse y decirme que había decidido jubilarse.