En un consello extraordinario, para agotar al máximo los plazos legales, la Xunta aprobó ayer los presupuestos de la comunidad autónoma para 2011. Son unas cuentas que dejan al Gobierno gallego con 1.177 millones de euros menos que este año para gestionar –una caída del 10,8%– y cuyos recortes afectan a todas las áreas y consellerías, aunque en diferente grado. El tijeretazo en menor cuantía le tocó al gasto social y a las tres consellerías que lo ejecutan (Sanidade, Educación y Traballo e Benestar), que verán reducidos sus fondos en un 5,5%, aunque los 6.728 millones de euros asignados suponen el 75% del total de los presupuestos. En las otras siete consellerías, el hachazo ha sido de impacto, pues sus cuentas disminuirán de media un 24,7%. Y por supuesto, las inversiones reales tampoco se han librado de las restricciones, pues merman un 36%, al pasar de 1.250 a 804 millones de euros.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, los definió como "realistas y de interés general" y aseguró que los servicios públicos fundamentales (educación, sanidad e dependencia) quedan "blindados" y "garantizados a todo riesgo".

Estos servicios requieren al año en Galicia 6.403 millones de euros, pero el nuevo modelo de financiación solo aporta 6.008, por lo que hay un desfase de 395 millones. Para cubrirlos, la Xunta ha tenido que recurrir a otras partidas, como las destinadas inversiones y al gasto de personal, que este año se recorta un 4,15% por la rebaja salarial impuesta a los funcionarios para reducir el déficit del Estado, pero sobre todo al presupuesto de las siete consellerías que no tiene gasto social, cuyas cuentas mermarán de media un 24,7%. "De ahí salen esos recursos para mantener el gasto social", aseguró la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, quien junto a Feijóo explicó las grandes cifras del proyecto de presupuestos. "Nunca unos presupuestos dedicaron el 75% al gasto social", terció el presidente.

Para dependencia, pese a la crisis y a la disminución de las transferencias de capital del Estado, se destinarán 255 millones, siete más que este año.

La capacidad real de gasto de la Xunta será en 2011 de 9.708 millones de euros, 1.177 menos que este año, aunque el total presupuestado asciende a 10.548, pero porque se incluyen 840 millones procedentes del Estado pero que se transfieren, sin tocarlos, a las administraciones locales. Otros años se sumaban estas partidas, pero en esta ocasión se han desagregado a propuesta del Tribunal de Cuentas.

Financiación extra

Las inversiones han sufrido una acentuada merma y la Xunta, tras avanzar muy dispares cifras en las últimas semanas, las ha situado definitivamente en 804 millones, un 36% menos que las aprobadas este año. Pero al margen de los presupuestos, el Gobierno gallego calcula conseguir otros 504 millones de euros, 200 a través de la Sociedad Pública de Investimentos y el resto mediante la aportación privada –fórmula por la que se construirán las autovías y el nuevo hospital de Vigo–. Sumados ambos conceptos, la inversión global ascenderá a 1.308 millones, un 14% menos que la de este año, contando también con el capital privado.

El recorte también será importante en el apartado de subvenciones, aunque la Xunta no lo precisó. Y si el tijeretazo no es mayor en el montante global se debe a que el Gobierno dispone de 160 millones de euros para asignar a discreción procedentes del ahorro del capítulo de gastos de personal por la rebaja de los salarios.

Para amortizar la deuda y los intereses de los préstamos, el Ejecutivo dispondrá de 540 millones y se endeudará en 1.145 millones, el máximo permitido, para financiar las inversiones en infraestructuras y en el tejido productivo.

Los presupuestos prevén además dos nuevas rebajas fiscales, que se suman a las tres ya anunciadas con anterioridad. Una consiste en eximir de todo impuesto las asociaciones voluntarias de explotaciones forestales y su eventual venta y otra en conceder una ayuda de 300 euros a las familias que acojan a menores, cuantía que se deducirá del IRPF en el tramo autonómico.

Como era de esperar, el proyecto de presupuestos ha recogido las críticas de la oposición parlamentaria y los sindicatos. El PSOE ya anunció que pedirá su devolución por confirmar la "paralización" de Galicia, mientras que el BNG censuró los recortes sociales y el reparto injusto de la presión fiscal. Para CC OO, las cuentas no reflejan la adecuada atención a la protección social y al empleo.