Heikki Willstedt, experto en cambio climático y director de Políticas Energéticas de la Asociación Empresarial Eólica, no recomienda a Galicia que apueste por la energía eólica marina y da la razón a las autoridades autonómicas que se oponen a los planes del Ministerio de Industria. Este profesor, que visitó Vigo para cerrar el Máster en Gestión del Desarrollo sostenible de la Universidad, advierte que por la profundida de los fondos marinos en Galicia habría que utilizar aerogeneradores flotantes que son mucho más caros y están además en fase experimental.

– Galicia intenta recuperar posiciones en el sector eólico y en marcha está un nuevo concurso ...

–El problema que hay con el concurso gallego es que los 2.325 megavatios no están en el prerregistro de asignación, que cubre los años 2011 y 2012. Lo que implica que en todo caso empezarían a construirse a partir de 2013. El problema en esto es la falta de integración entre los recursos regionales y el concurso estatal, que genera desconexiones e incertidumbre a los promotores. Vas al banco y te dicen que eses parques no están en el prerregistro y en consecuencia no se sabe cuándo empezarán ser rentables. Tampoco se sabe qué retribución van a recibir las empresas que operen en 2013. Los préstamos son más caros y, o rebajas mucho los costes de mantenimiento...Una vez que hayas ganado en el concurso una adjudicación por 50 megavatios, no sabes lo que vas a recibir, lo que te van a pagar por lo que produzcas. No se dan señales al inversor.

–El Parlamento gallego se opone a explotar la energía eólica marina, ¿se equivoca?

–Si hablamos específicamente de Galicia, el problema es la profundidad de los fondos marinos. Enseguida se va a profundidades superiores a 20 metros, porque no hay plataforma continental, los costes de construcción son muy elevados. Y la tecnología que podría utilizarse en España, que son los aerogenedares flotantes, están aún en vía experimental. Lo lógico sería cinco años para ir probando los aerogeneradores y luego, poner parques comerciales. Hay alguna zona en el Delta del Ebro en la que sí podrían instalarse.

–¿Las zonas más próximas a las rías no son una solución sostenible a nivel medioambiental?

–No en grandes cantidades. Y antes, habría que hacer un estudio concreto.

–¿Cómo ha quedado el sector en España, con el nuevo marco retributivo, que baja las primas al sector?

–Los sectores, sobre todo el eólico y solar han quedado bastante tocados por la bajada en la retribución que se ha plasmado en un Real Decreto, aunque ése no es el problema real. Eso era algo negociable, además no es para siempre, sólo por dos años y por el déficit de tarifa. El problema fundamente es la incertidumbre que se ha generado a los inversores, tanto regulatoria como política. Un día el Ministro de Industria decía una cosa y al siguienete el presidente del Estado decía otra... Eso ha generado muchas dudas en los inversores.