Los concellos ribereños del Umia sufren desde hace una semana la presencia de la cianobacteria microcystis, conocida como microcistina, que ha teñido el agua de color verde desde la altura del pantano de Caldas hasta la desembocadura del río. La bacteria provocó cortes en el suministro de agua, que se ha recuperado ayer.

Los concellos ribereños por los que discurre el Umia volvieron, una vez más, a sufrir la presencia de la cianobateria microcystis, microcistina, que esta vez tiñó el agua de color verde.

La alarma saltó la semana pasada, el miércoles 22, cuando vecinos de Caldas amenazaron con movilizarse por la proliferación masiva de la bacteria que tiñó el río de verde a la altura de la presa de A Baxe. Los vecinos temían que el alga contaminase la flora y la fauna del Umia, porque el agua estaba literalmente cubierta por un manto verde de algas.

Desde Augas de Galicia se intentó tranquilizar a los vecinos, a los que explicaron que el alto nivel de la bacteria no suponía un peligro para el consumo humano. Pese a las advertencias el jueves, los habitantes de Caldas sufrieron cortes en el abastecimiento porque se procedió a la limpieza de los filtros de la depuradora. El filtro de carbono activo de la instalación tuvo que parar cuatro veces al día. La operación de limpieza causó problemas en el suministro de los habitantes de la villa caldense a los que su alcalde, Juan Manuel Rey, les urgió a realizar un consumo responsable del agua para no agotar los depósitos de la depuradora. Los científicos alertaron que la proliferación de estas bacterias es muy difícil de eliminar porque las mismas propiedades biológicas del alga les hace ser muy resistentes.

Al parar los filtros de la depuradora para su limpieza, el municipio caldense consume más agua de la que potabiliza, de ahí que la Xunta de Galicia decidiese el viernes, 24 reforzar el suministro de agua potable del concello abasteciendo el depósito de la traída con camiones cisternas.

Mientras profesores de la Universidad de Santiago como Fernando Cobo, que lleva años estudiando los problemas del Umia, hizo público que el único modo de erradicar el problema sería demoler el embalse de A Baxe porque "el suministro de agua es subsanable, pero el medioambiental no".

La última novedad sobre el estado del río se produjo ayer, cuando por fin el Concello de Caldas pudo recuperar el suministro del agua y se garantizó su potabilidad. Pese a las buenas noticias, el agua sigue siendo verde y la administración trabaja en una solución definitiva al problema.