No le pesan los créditos, tiene menos cargas acumuladas a modo de deuda que su compañera compostelana, presenta más margen de financiación propia que Santiago y A Coruña gracias a los activos financieros y dedica menos dinero a nóminas que sus homólogas del norte. Además de estas variables, a través de las que se evalúa el saneamiento de las cuentas de las instituciones universitarias, la Universidade de Vigo es la que más presupuesto consigue ejecutar al cierre de ejercicio, un indicador clave para medir la gestión de los fondos públicos.

En pleno debate del nuevo plan de financiación universitaria 2011-2015 y con los departamentos contables del SUG (Sistema Universitario de Galicia) inmersos en la elaboración de un plan de reducción de gastos para cada universidad, paso previo y obligado para conocer el dinero que obtendrán en el próximo ejercicio, el balance económico comparado de las tres instituciones "favorece en muchos puntos clave a la universidad olívica", según expertos consultados por este periódico. Según el último informe del Consello de Contas, que analiza los datos de 2008, el grado de ejecución presupuestaria alcanzado por la Universidad de Vigo es del 82,5%, "más de cuatro puntos por encima de la media del SUG". "El grado de ejecución medido como el cociente entre obligaciones reconocidas netas y créditos finales resulta muy positivo para UVigo. En la USC ese porcentaje es del 75% y, en el caso de A Coruña, del 80,2%", explica el analista Alberto Vaquero, experto en Economía Pública y profesor en la universidad viguesa.

En cuanto a los gastos de personal, el capítulo más importante en volumen de fondos en el que se incluyen las remuneraciones a los empleados públicos de la institución, desde nóminas hasta seguros sociales, la institución viguesa es la que menos dinero destina. Mientras que la Universidade de Santiago gasta en nóminas un 51,1% y la de Coruña un 59,1%, la de Vigo presenta el porcentaje más bajo, con un 50,2%, dos puntos por debajo de la media de las tres. "Esto puede interpretarse como un buen indicador, ya que se consigue reducir la principal partida de gasto en que incurren las universidades y puede reflejar un mayor aprovechamiento del coste que supone el capital humano a cada universidad", indica Vaquero. No obstante, si se observa el apartado de gasto en bienes corrientes y de servicios (los necesarios para el funcionamiento diario de la universidad: calefacción, luz o teléfono) la universidad viguesa presenta el porcentaje más elevado, con un 15% frente 12,9% de A Coruña y un 12,4% de Santiago.

También en lo relativo a transferencias corrientes, episodio en el que se concentra, por ejemplo, el volumen de dinero que se destina a las becas para estudiantes, la universidad viguesa le dedica algo más que la media: un 3,2% frente al 2,6% del SUG. Las mayores ataduras por el pago de créditos corresponden a la institución compostelana, que supera con un 0,7% a Vigo (0,1%) y A Coruña (0%). "En gastos financieros destaca la situación de la USC debido a los intereses que tiene que pagar por su mayor petición de créditos. Tanto Vigo como A Coruña presentan un indicador muy bajo", argumenta este experto en Economía Pública. Vinculado al pago de intereses se sitúa el abono de las amortizaciones de los préstamos, unos indicadores que reflejan el nivel de solvencia o endeudamiento de cada institución en una radiografía puntual. La universidad compostelana es la que más fondos destina a amortizar los préstamos solicitados. "La Universidade de Vigo tiene capacidad adicional de financiación futura con respecto a las demás ya que el capítulo de activos financieros supone el 1% de su presupuesto de gasto", indica Vaquero. Se trata de dinero prestado que en su momento volverá a las arcas de las universidades, aportando un margen adicional de endeudamiento en el caso de Vigo, con ese 1%, frente al 0,1% de A Coruña y el 0% de Santiago.