Las cooperativas lácteas y las conserveras –que estuvieron entre las grandes beneficiarias del reparto eólico del bipartito anulado después por el Gobierno del PP– han decidido no volver a presentarse al concurso por el que se asignarán los 2.325 megavatios pendientes. "No nos parecía interesante y además no teníamos muchas opciones", señalan los implicados. La nueva convocatoria del departamento de Javier Guerra exige a los aspirantes que tengan experiencia en el sector, prima en la adjudicación aquellos planes industriales que se presenten asociados a los aerogeneradores y fija unos criterios económicos más restrictivos.

Es por esta razón que ni las conserveras ni las cooperativas lácteas están entre los solicitantes de los nuevos parques que, según los datos definitivos de la Consellería de Economía e Industria, se elevan a 90 con una potencia total que suma 15.000 megavatios, la mitad de los 30.000 a los que aspiraban los proyectos que habían concurrido al anterior reparto de 2008.

Industrias, dedicadas a las conservas o al sector lácteo, habían decidido con el bipartito dar el salto al negocio eólico aprovechando que los nacionalistas, que en ese momento dirigían la Consellería de Innovación, primaban los proyectos de empresas gallegas y no requerían a los aspirantes una experiencia determinada en el sector energético.

Bajo este marco empresas como Alfageme –ahora en concurso de acreedores– lideraba junto a otras conserveras como Albo o Pita Hermanos el grupo Aucosa Eólica, que finalmente resultó beneficiaria de 217 de los megavatios repartidos en un total de siete parques. Sólo Galenova, la filial eólica de Caixanova, obtuvo más potencia en el concurso (235 megavatios).

Tras las conserveras, el tercer grupo más beneficiado entonces había sido Ventos Cooperativos, que encabezaba Feiraco junto a cooperativas del sector como Colaga, Icos o Irmandiños. El bipartito le había adjudicado 192 megavatios de potencia distribuidos en cuatro parques.

Tras el cambio de gobierno, sin embargo, la nueva Xunta del PP derogó el decreto eólico del bipartito alegando "inseguridad jurídica" y "falta de transparencia". El Gobierno gallego sacó de nuevo a concurso los megavatios pero con nuevas condiciones. Se debe acreditar una experiencia mínima de tres años, se exige un aval bancario de 20.000 euros por cada megavatio y se puntúa con 55 puntos sobre 100 los planes industriales que los aspirantes presenten asociados al desarrollo eólico.

Estos requisitos dejan ya sin apenas posibilidades a empresas sin experiencia pero también a las industrias del sector energético de menor tamaño como es el caso de Viraventos Energy, ajudicataria del anterior concurso, que tampoco concurre a este reparto. "Tenemos dos incertidumbres grandes: el régimen tarifario de primas y el prerregistro creado en Madrid donde ya se ha superado el cupo previsto y hay varios megavatios en cola", explica Mario Carballo, de Viraventos Energy. "Podría pasar que nos autorizan el parque y no puede entrar en funcionamiento hasta 2015 o 2016", explica.

Pero hay excepciones, otras pequeñas eléctricas, han decidido volver a probar suerte. Oitavento aspira a nueve megavatios en A Lama.

Y entre los grupos más potentes se van confirmando nuevos nombres que concurren al concuso de la Xunta. El Grupo San José –presidido por Jacinto Rey–, que ya resultó beneficiario en el anterior reparto, vuelve a presentarse con su filial Enerxías Renovables de Galicia. Opta a 391 megavatios en parques de la provincia de Pontevedra, A Coruña y Lugo en los que movilizará una inversión de 550 millones de euros.

También Copasa y Acciona han solicitado megavatios. Se suman así a otras grandes del sector como Unión Fenosa, Endesa, Iberdrola, E.on que concurre con el Banco Pastor, Norvento, Gamesa y Jove. Caixanova y Caixa Galicia presentaron sus ofertas por separado y, entre los solicitantes, está también Caixa Rural Galega.