La Fiscalía gallega de Medio Ambiente dedica 20 páginas de su escrito de acusación a exponer los motivos que le han llevado a centralizar todos sus esfuerzos en señalar a Apostolos Mangouras, de nacionalidad griega y 74 años de edad, como principal y único responsable del accidente que sufrió el Prestige el 13 de noviembre de 2002.

El Ministerio público le responsabiliza de lo ocurrido desde el momento mismo en el que"no impidió" que el petrolero, con 26 años de antigüedad y una "estructura seriamente debilitada", saliese del puerto de San Petersburgo con rumbo a Gibraltar. Así, asegura que el buque con bandera de Bahamas presentaba "importantes deficiencias" que deberían haber impedido su partida por el "serio riesgo que representaban". Entre estos fallos estructurales,"conocidos" por Mangouras, como sostiene en varias ocasiones, figuraban algunos tan graves como la avería del motor principal, que "desde hacía al menos cinco meses" sólo operaba en modo de emergencia, es decir, manualmente, al no funcionar una pieza clave.

Esta circunstancia, según el fiscal, "comprometía su trabajo en el momento de afrontar un temporal o navegar por aguas difíciles". Asimismo, el dispositivo de remolque de emergencia de la popa presentaba serias deficiencias que a posteriori dificultaron su rescate y el de la proa ni siquiera existía. Esta circunstancia condicionó de "manera determinante" la operación para asegurar el barco y provocó su "deriva sin control contra la costa". Además," la estructura principal del buque se encontraba seriamente debilitada" tanto por su edad como por un"deficiente mantenimiento general", deficiencias estructurales que eran, añade,"plenamente conocidas por el acusado.